sábado, marzo 21, 2009

San José.



Ya me perdonarás José, pero aunque no lo parezca, estoy muy pendiente de ti. Fuiste genial, muy discreto, enseñaste a trabajar a Jesús, cuidaste de la sagrada familia, del vientre de María. Seguramente no entendiste muchas cosas, pero no oimos quejas tuyas, ni analisis políticos acerca del partido de Herodes. Estuviste con Dios y con su Madre. Y al que muchos reyes y profetas hubiesen querido ver, tú lo viste, lo abrazaste, lo peinaste. Gracias José, sé modelo de todos los padres del mundo y echanos una mano, porque esto parece que se hunde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bello que un profesor laico se dirija así a San José, le sigo.