Jóvenes, ,jóvenes.

La gemela que vino de Colonia, vino agotada, pero feliz, muy feliz. Como nueva, convertida. Por cierto, allí había dos millones, diga lo que diga Prisa. Se supone que estos jóvenes deberían ser muy progres, muy pro aborto, pro sexo, pro gay, pro psoe. A quién se le ocurre darse un palizón para asistir a catequesis, ver, oir y rezar al Papa y con el Papa, cantar como locos a la Virgen. Pues sólo a los jóvenes. Estos jóvenes las pasan canutas, no son anti nada, tienen amigos gays, pero apuestan por Cristo, por otro modelo de vida. De los Quicos, mil chicos se han decidido a ser sacerdotes, 400 chicas a ser monjas de clausura, y sólo Dios sabe lo que se habrá producido en el corazón de cada uno de los que asistieron. Hay otros que van de jóvenes, te cuentan el rollo del 68, la marihuana, el sexo y el rock and roll, que ya frisan los setenta años como Mike Jagger, Daniel Con Bendit (Dani el rojo), que Dios ha muerto ( los que se van muriendo son ellos), que Freud y Marx (no Groucho), son el combinado perfecto, que siguen a Fidel y al Ché (por cierto ni uno , ni otro tragaban a los homos, a los que sigue encarcelando Fidel...Bardem, Echánove, coño, dónde estáis). No les salen, a éstos las cuentas; llegará el día en que tu hijo te lleve a Misa o te acerque a los sacramentos,o el nieto te reproche que no lo bautizaste (no le enseñes tu lengua hasta que el niño elija), para hacer un lifting a tu alma, porque en el cuerpo ya no te quedan costillas y pellejos que quitar. Resulta que los jóvenes van a adorar a Cristo en la Hostia y sus padres o abuelos siguen con el rollito de los sesenta y la movida del sexo, bienvenidos al siglo XXI, carrozones, jajaja.