lunes, febrero 13, 2006

Pelotas.


Hacer la pelota es uno de los juegos nacionales más practicados. Ante el jefe, ante el profesor, ante quien se tiene una aspiración legítima o no tanto. Lo peor de todo es que nos gusta que nos hagan la pelota, a mí antes me gustaba más, cada vez menos. Es muy ridículo esa sonrisas forzadas, ese cambiar de criterio en cuanto el peloteado cambia, ese acompañar de risas forzadas y manifestaciones de júbilo las ocurrencias o las bromas del jefe. Lo más normal es que en cuanto este desaparece todos se ponen a rajar, menos alguno que va con el cuento al jefe. Esto crea desconfianza. Lo peor es que es un juego binario, hay pelotas y hay peloteados. Ojo, no voy contra la buena educación o el respeto lógico de quien es autoridad, pero sí voy en favor de la naturalidad, saber estar, respetar y ser respetado. Con tanto mobbing, acoso, etc, habría que hacer una campaña contra el "peloting". Mañana S. Valentín, pobre, cada 4 minutos una separación matrimonial en España.

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