Cuenta un autor teatral la siguiente escena. Un conductor, tenso, preocupado, conduce con habilidad. Nota un pinchazo. Firme, con rapidez , despliega el material para el cambio de rueda. Mira el reloj. A las horas sigue sentado con la nueva rueda puesta. Y piensa," por qué tanta prisa para cambiar la rueda si no sé dónde voy". Muchas veces pasamos la vida cambiando ruedas sin saber dónde vamos.
Casi siempre son tan importantes las pausas como el propio bagaje ...
ResponderEliminarSaludos profesor .
Creo que siempre hemos de saber dónde vamos.El pinchazo en sí tiene arreglo siempre;otra cosa es cuando nos dirigimos hacia el pinchazo sabiéndolo..
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