sábado, julio 21, 2007

Los confesonarios de Torreciudad.



















Mucha gente que viene a conocer este santuario trae ideas peregrinas: preguntan si aquí está enterrado San Josemaría Escrivá, si es verdad que aquí está el refugio antiatómico de los del Opus o si en el pantano hay algún submarino (sic). Este santuario se hizo con el esfuerzo de mucha gente para dar culto a la Virgen, para que las familias encontraran la fuerza de Dios y de su Madre y para que hubiese mucho milagros interiores: conversiones, confesiones después de muchos años. De hecho hay una cripta con confesonarios, unos cuarenta (modernos y cómodos) que en días señalados no dan a basto. Mucha gente piensa que basta arrepentirse directamente con Dios y ya está. Por supuesto que Dios puede perdonar los pecados directamente, pero también dijo a los apóstoles: a quienes perdonareis los pecados yo se los perdono. Cuando confiesas, no hay porque contar batallitas, el sacerdote te orienta y te da la absolución, si no sabes confesarte dile al sacerdote que te ayude a hacerlo. El sacerdote dice : ego te absolvo, Yo te perdono y lo oyes con tus oídos. Perdonar es cosa de Dios, cuántas veces pensamos no me puedo perdonar esto y lo otro y lo de más allá...tú no pero Dios sí. Por eso este Santuario es muy alegre, el perdón de los pecados, da alegría, serenidad,paz. Yo ya me he confesado y espero hacerlo más veces en estos días. Ojo, para confesarse hay que estar arrepentido, dolor de amor (que no es algo sensible) de la voluntad y Jesús se muere de alegría por el arrepentimiento de un pecador. Hay más alegría en el reino de los cielos por un pecador arrepentido, que por 99 justos. En los juicios humanos la confesión puede atenuar la pena, en el tribunal de Dios la confesión absuelve siempre. Gracias, perdón, ayúdame más.

1 comentario:

  1. Precioso!! La realidad es que cuando confiesas sientes una alegría y una paz.... Y qué trabajito nos cuesta!!
    Buen momento, el del descanso, para pensar, para plantearnos todas estas cosas.
    Bonito Torreciudad y su entorno. ¡Qué buen descanso!

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