150 historias personales, familiares, de amigos , de conocidos. Una cierta sensación de que cualquiera de nosotros podíamos estar en ese avión o tener a alguien querido en ese avión. La levedad del ser, la contingencia de poder estar o no estar. Algo que nos admira y espanta. Estamos en las manos de Dios, que es un padre amoroso. Una oración a la Virgen de Loreto por difuntos y vivos, y la concicción de que vivir cara a la eternidad, sin miedo, nos ayudará a estar preparados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario