sábado, junio 13, 2009

El cuerpo y la sangre de Jesucristo.



Mañana es la fiesta del Corpus Christi. Jesús en la Eucaristía sale a nuestras calles, donde trabajamos, donde nos saludamos, donde vivimos, donde nacemos y morimos. Recuerdo en "El poder y la gloria", a ese sacerdote pecador, que trata de celebrar la Misa. Eucaristía como sacrificio de la nueva ley, como alimento, como presencia. Lo que los hombres y las mujeres no podemos, Jesús sí; se ha quedado verdadera y realmente, en este sacramento. Al ver fotos antiguas con una dedicatoria de amor, el tiempo las tiñe de gris desvaído. Pero Jesús se queda realmente. Viva Jesús sacramentado. Miríadas de ángeles lo adoran y nosotros podemos ir a verle a diario. Gracias Jesús, no soy digno pero una palabra tuya basta para sanarme.

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