Ya quisiera yo ser corredor de fondo, al menos intento ser andador de fondo. Se ha hablado mucho del corredor de fondo y su soledad, contra sus pulmones, su corazón, sus piernas. San Pablo hablaba de que nuestra vida cristiana es como una carrera, contra la pereza , la sensualidad, el egoismo, la ira... lo difícil que cuesta estar en forma y lo fácil que se pierde en cuando te abandonas un poquito, como el corredor de fondo. Mientras daba vueltas a mi recorrido de 1.100 metros, ví a un chico paralítico que lo hacía con su silla...gracias señor por las piernas...también a un ciego con su perro..gracias Señor por ver. Gracias porque no estamos solos.
Sr. sinretorno, con mis respetos, pero su circuito parece paralímpico.
ResponderEliminarlos verdaderos paralímpicos somos nosotros, que nos creemos completos por tener 2 piernas y dos brazos.
ResponderEliminarSi lo analizobien. Si miro de verdad a mialrededor.La acción de gracias a Dios tendría que ser constante y sin embargo tengo que esperar a ver de lo que carecen los demás para hacerlo. Tu entrada también me lo recuerda. GRACIAS
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