Missis Obama.

En un régimen presidencialita, se vota a un Presidente, no a su familia. Pero el glamour, la prensa, la coña, hacen que la Casa Blanca o negra sea noticia. Es una reminiscencia monárquica, donde la familia sí que es importante. Pero eso de la primera dama, las hijas, las góticas, no tienen nada que ver; no nos deberían importar. Genéticamente llevamos a la familia en el inconsciente. Cierto que ser la mujer del Presidente es un excelente escaparate para optar a ser Presidenta. La mujer de Aznar, la Clinton, a los que algunos llaman la amante en Jefe, los Kirchner corruptos. Todo está lleno de familias. Eso es subconsciente monárquico, donde la familia sí importa, por ser real. Por eso ni un minuto a las vacaciones de la mujer del Presidente.