De hospitales...

Andamos estos días de hospitales. El mundo cambia en esos lugares: dolor, preocupación, cariño. Médicos, enfermeras, auxiliares, limpieza, son , por lo general gente extraordinaria. Amables, con una sonrisa, atentos, profesionales, humanos. Debe desgastar mucho y debe algo muy vocacional. También puede haber alguna mala cara, un mal gesto, pero no es lo normal. Cómo se agradecen un detalle, una sonrisa, unas palabras de ánimo, la naturalidad; ángeles de diferentes colores, de blanco de verde, de rosa. Tenemos un excelente sistema de atención hospitalaria, y diría que por la implicación de su personal muy humano. En el hospital Donostia, antes Nuestra Señora de Aránzazu, hay una excelente y sencilla capilla; merece la la pena echar una ojeada rápida al libro de intenciones; ver las flores, las velas, cómo se reza. Parece que algunos partidario de una sanidad laica dijeron que eran demasiados metros cuadrados dedicados a un espacio no sanitario. El asunto duró tres minutos. Qué buena labor la de los sacerdotes en esa situación y de los agentes de pastoral sanitaria. Madre nuestra, salud de los enfermos y puerta del cielo, ruega por nosotros.