Se levantó con un grano en la nariz. Lo vio claramente en el espejo. Uno a uno hasta 18, le dijeron que tenía un grano en la nariz. Fue a comer a casa de su madre. Su madre le dio un beso y no le dijo nada. A los cinco segundos, su madre le dio un tubo de crema: "toma, para el grano". No me digáis que tengo un grano, dadme crema para el grano.
Una madre siempre es resolutiva, siempre
ResponderEliminarComo diría Jaimito: madre, no hay más que una.
ResponderEliminarJaimito dice que asín es
ResponderEliminarJyy+
Yo también necesito crema y madre
ResponderEliminarLlevo un rato navegando por algunos blogs...
ResponderEliminarMe ha gustado la anécdota narrada. Me figuro que es original.
Saludos.
Llevo un rato navegando por algunos blogs...
ResponderEliminarMe ha gustado la anécdota narrada. Me figuro que es original.
Saludos.