Dos cortejos. Uno que llega, Jesús, sus discípulos y un gentío. San Lucas podía haber sido guionista de cine. Otro que lleva el féretro de un joven acompañado de su madre , viuda, y el gentío local. Vida y muerte, Jesús, una viuda, un muerto y gentío siempre. "No llores", la mujer no dijo nada, no pidió nada; nada le pidió Jesús. Le miró, se acercó y se le conmovieron las entrañas. Realiza el milagro y entrega el muchacho a su madre.
El gentío de un lado y otro está aterrorizado, conmovido, temeroso. Exclaman, este es un gran profeta ( maestro) y nos ha traido a Dios, (es Dios y hombre ) entre nosotros.
En los milagros Jesús pide Fe, crees?, en la medida que creas se hará. En este no pide nada, se conmueve, se "compadece" y obra el milagro. Bendito seas y ten compasión de todos nosotros, aunque nuestra Fe sea poca. ( de la homilía del ex-párroco de la Sagrada Familia de San sebastián).
Daríamos un ojo de la cara por ser la viuda de nain,que nos hiciera un milagro el señor,y no nos damos cuenta que a cada uno nos ha hecho muchísimos más.bonito post.
ResponderEliminarLa bondad de Dios es infinita, y este, es un ejemplo de ello, incluso superar a la muerte para darle a la madre lo que más quería. Un abrazo
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