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Estate, Señor,
conmigo
siempre, sin jamás
partirte,
y, cuando decidas
irte,
llévame, Señor,
contigo;
porque el pensar que te
irás
me causa un terrible
miedo
de si yo sin ti me
quedo,
de si tú sin mí te
vas.
.
Llévame en tu
compañía,
donde tú vayas,
Jesús,
porque bien sé que eres
tú
la vida del alma
mía;
si tú vida no me
das,
yo sé que vivir no
puedo,
ni si yo sin ti me
quedo,
ni si tú sin mí te
vas.
.
Por eso, más que a la
muerte,
temo, Señor, tu
partida
y quiero perder la
vida
mil veces más que
perderte;
pues la inmortal que tú
das
sé que alcanzarla no
puedo
cuando yo sin ti me
quedo,
cuando tú sin mí te vas.
Preciosa.
ResponderEliminarPreciosa
ResponderEliminarPerdón por ser poco original en el comentario, pero es la purita verdad y lo que me ha venido a la mente en cuanto he terminado de leerlo.
Esta oración no es la primera vez que la leo ¿de quién es?
Preciosa
ResponderEliminarYo también siento lo de ser poco original, pero lo que es, es
Esa de Fray Damián de Vegas ( google, wiki pedia). No es preciso sr original, lo bueno es rezarla de corazón.
ResponderEliminarPreciosa y tierna.cuanto cariño desborda.eso es amor al Señor.ojala llegue a sentirlo de verdad.
ResponderEliminarBellisima a la altura de D. Daniel
ResponderEliminarun abrazo
Goyo