Quedar bien y otras cuestiones.

Hazte oir es un grupo que ya lleva tiempo organizando y promoviendo la voz de los ciudadanos con acciones muy concretas. De hecho yo he firmado muchas de sus alertas, otras no; se puede decir que en el caso de Tele5, le han ganado más de dos partidas,

 

La cuestión es cómo los medios presentan estas informaciones. De entrada dicen que hazte oir es una plataforma católica ultraconservadora. Defienden la dignidad de la mujer, el no sexismo, que la mujer no sea objeto. Pero todo eso queda ensombrecido u opaco por el hecho de ser católicos ( suena a interesado, dirigido, dependiente de los Obispos, etc); qué diferente es cuando una asociación de gays y lesbianas, o de tolerancia cero con la mujer objeto propone lo mismo; son acogidos con gozo, redentores de la igualdad. Parecen grupos  bucólicos, cien por cien espontáneos, nada interesados; no se lo crean, el pensamiento llamado laico está lleno de ideología, de intereses, de concepciones de la persona y del mundo y hay dinero detrás.

 

De todos modos, mi reflexión sería la siguiente. Hagamos amable, divertida, no rencorosa nuestra labor cristiana. El Papa Francisco es un genio en este sentido. Por favor, no hagan apostolado con cara de pepinillo en vinagre, algo así ha dicho; no hablen mal de sus vecinas al salir de Misa ( conozco sacerdotes que han prohibido las tertulias de sacristía, por la cantidad de chismosos y chismosas). Es cierto que desnudarse para protestar parece fantástico, pero que hay del respeto, la elegancia, etc.? No me grites, mejora tu argumento y vamos a hablar más unos con otros para ponernos de acuerdo incluso hasta de nuestros desacuerdos. Ars longa, vita brevis. Sé que es mucho pedir; pero es muy desagradable vivir socialmente con mensajes y actitudes esquizofrénicas.

 

Tampoco pasa nada por quedar mal, no somos moneda que a todos guste, un cuadro sin contraste sería pura luz. Y desde luego Jesús, nos dejó bien claro que no seríamos menos que el Maestro; se reirán, se mofarán, nos detendrán. No nos extrañemos demasiado cuando lo sintamos en carne propia, es buena señal.