miércoles, agosto 28, 2013

San Agustín.










En el siglo IV, Agustín de Hipona nos relata en las Confesiones su búsqueda de la felicidad, de la plenitud, del sentido de la vida; fue probando de todo, la amistad, el sexo, la buena vida, el estoicismo, todo lo progre de aquella época y topó finalmente con Dios.
 
Ayer, Santa Mónica ; hoy, su hijo, Agustín de Hipona, uno de los genios del Cristianismo y de la cultura mundial. Y, sobre todo, una santo que arrastra. El pasa...je que copio es célebre y es parte de la lectura patrística de la Iglesia en la Liturgia de hoy.
Puede llenar por completo la oración de esta jornada, al modo de Benedicto y Francisco.


(Confesiones, libros VII, 18 y X, 27)
«Buscaba el camino, y no lo encontraba, hasta que me abracé al Mediador entre Dios y los hombres, el Hombre Cristo Jesús, el que está por encima de todo, Dios bendito por los siglos, que me llamaba y me decía: Yo soy el camino, la verdad, y la vida.
»¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así, por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti»
 
 

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