martes, octubre 08, 2013

Sobre el papa Francisco.





Os ofrezco el artículo que publiqué el pasado sábado en ABC, en la sección Enfoques, sobre la visita del Papa Francisco a Asís

Cristo que pasa de nuevo 

El viento del papa Francisco ha provocado en estos meses que muchos, incluso alejados o cínicos, se pregunten de nuevo qué es eso del cristianismo. Asís es un lugar extraordinario para comprenderlo, porque esa modesta ciudad de Umbría da nombre a uno que al pasar hacía exclamar a la gente: es Cristo, que pasa otra vez. Hasta tal punto se había identificado con su Señor que le brotaron aquellas llagas que inútilmente pretendía esconder.

El Papa llegado del fin del mundo se ha plantado en la histórica plaza de Asís para decir que la realidad fundamental que nos atestigua el Poverello es que “ser cristianos consiste en una relación viva con la persona de Jesús, es revestirse de Él”. Palabras quizás misteriosas pero también provocadoras, para un mundo acostumbrado a reducir la fe a una receta de urbanidad, a un bagaje cultural o a una consolación para soportar una vida demasiado áspera e incomprensible.

Francisco, el Papa, no ha dejado resquicio de duda sobre la identidad del santo del que ha tomado prestado su nombre como sucesor de San Pedro: la paz franciscana no es un sentimiento almibarado ni una especie de armonía panteísta. Es la paz de Cristo, que pasa a través del amor más grande, el que nos muestra en la Cruz. Por eso sólo podremos llegar a las periferias (como tantas veces nos repite) si llevamos en el corazón la Palabra de Dios y caminamos con la Iglesia. De otro modo llevamos sólo nuestros pequeños proyectos, nuestra impotencia disfrazada de orgullo.

En la famosa “sala della expogliazione”, donde Francisco realizó el gesto de desnudarse para mostrar que su única seguridad y su único camino era Jesús, el Papa Bergoglio ha pedido a todos los que formamos la Iglesia que tengamos el coraje de “desnudarnos” de tantos ídolos y falsas seguridades, que nos dejemos plasmar y conducir sólo por Él. Ese es también el secreto del vértigo de caridad que el Papa ha comunicado ayer frente a cada riostro y cada corazón necesitado. Una vez más es Cristo que pasa de nuevo.

José Luis Restán

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