Dicen algunos que no les gusta el rosario porque no ven sentido a repetir cincuenta veces las mismas cosas. Prefieren una oración más «original», más «personal»… Yo creo que han rezado poco el rosario, o lo han rezado mal.
Yo también detesto algunas repeticiones. Por ejemplo, la de los pecados. Detesto repetir una y otra vez las mismas torpezas. Preferiría, mil veces, no haberlas cometido nunca.
Pero, cuando se trata de algo bueno, me encanta repetir. Y, respecto a palabras, algunas de ellas siempre me saben a poco. Por eso encuentro gusto en repetirlas una y otra vez, como quien saborea un dulce y lo disfruta deseando que no se acabe nunca.
Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo… ¿Cómo no va gustarme repetir cincuenta, cien, ciento cincuenta veces estas palabras? Jamás me cansaría de ellas. Y es que a veces pienso que el rosario lo rezan hasta los ángeles. Gabriel disfrutó pronunciando semejante saludo.
En cuanto a esa oración tan «original» y «personal» que muchos buscan… Deberían probar a recitar cada avemaría con amor nuevo, con ilusión de niños, con pasión de enamorados. Las avemarías del rosario son lo que nosotros hagamos de ellas.
Sí. Me gusta repetir.
El post ilusiona y se ve de otra forma.Gracias
ResponderEliminarclaro que sí....el Rosario da paz y en familia es genial, por la calle, en el bus, en el metro...
ResponderEliminarLo importante es meditar, meditar implica que mientras dices ave Marías piensas en el misterio. Es como yo lo hago, y es la meditación y el Espíritu Santo lo que hacen que los misterios no sean tediosos, sino gratos de orar...
ResponderEliminar.
Si no meditas, al segundo ave María estás pensando en las patatas que tienes que comprar.