Publicado en EL
CONFIDENCIAL.com el sábado 24 de enero
En el cincuentenario de su muerte
WINSTON CHURCHILL : EL BRITANICO DEL MILENIO
Conocí a Winston Churchill algún
día de septiembre de 1958. Por entonces
yo era un muchacho. El yate 'Christina', el más grande y lujoso de
su tiempo, fondeó en Cartagena, mi
ciudad natal. Una embarcación despegó de su costado y se detuvo muy cerca
del Club de Regatas, del que mi padre, - un abogado del Estado, enamorado de la
mar,- era su presidente, que le
esperaba con su Junta directiva. De la falúa descendieron, entre otros, Winston Churchill, su mujer Lady Clementine, Onassis y su primera
esposa, Tina Livanos. Yo, que me
“colé” entre los que esperaban en pie, me uní al protocolario saludo. Winston
encendió su habitual puro, sonrió y ceremoniosamente correspondió levantando ligeramente su sombrero blanco de
ala ancha. Onassis y Winston cogieron un taxi que les esperaba. Lady Clementine
y Tina – según narra la prensa local y los cronistas - prefirieron pasear por la ciudad. Winston
tenía por entonces 85 años, había dimitido cuatro años antes como primer
ministro y todavía viviría hasta 1965. El 24 de enero de ese año, a las 7'58
horas, moría en Londres. Ahora se cumplen 50 años.
¿Un egocéntrico,
oportunista y charlatán ?
¿Qué peripecia histórica se esconde tras esa figura voluminosa que, en un atardecer septembrino , se movía con
cierta dificultad por las escaleras del
más importante puerto natural del Mediterráneo? Desde luego, merece ser llamado “·el británico del milenio”. Isaiah
Berlin va más lejos: “ Churchill fue –
dijo- el ser humano más grande de
nuestro tiempo”. Y probablemente, lo fue. No sólo por sus
victorias, también por sus derrotas. Y no sólo por sus aciertos, también por
sus errores.
Contra lo que pudiera creerse, se sentía
triunfador no tanto en la política y en la guerra cuanto en
su faceta de periodista y escritor. Acaba de recordarse que, en un breve ensayo de Churchill llamado El
sueño, escribe que se le apareció el fantasma de su padre y le preguntó por
las cosas que había hecho en su vida.
Winston contestó: “He sido
periodista y escritor”. Al parecer, el fantasma no se alegró, sino que dio media
vuelta y se marchó decepcionado. Conviene advertir, que este
personaje soñador y, al tiempo cínico,
legendario político , excepcional orador ,
periodista y escritor, tenía una íntima
herida, guardaba un secreto – desvelado
en una reciente biografía de Frédéric Ferney - : el desprecio que por él sentía
su padre, que lo consideraba un inútil. Tal vez porque compartía el juicio de uno de sus profesores de
Harrow, que escribió en su boletín de calificaciones : “No se puede confiar en Winston . Es inteligente,
pero de pésimo comportamiento, no para de hacer diabluras y constantemente
falta al respeto”. Toda su vida intentó cauterizar esa herida, intentando
demostrar que su padre – Lord Randolph Churchill, que fue ministro de Hacienda
– se equivocaba.
El cincuentenario de
la muerte de Churchill se ha iniciado en el Reino Unido con unas duras palabras
de Jeremy Paxman - conocido analista de la BBC - que lo
ha definido “como un oportunista,
un completo egocéntrico y tal vez un charlatán”. Antes, la revista The
Spectator lo denunció en su día como “un demagogo sin escrúpulos, con un ego
descomunal, que busca demasiado el protagonismo, la acción y el melodrama”. En
su momento, el líder liberal lord Asquith se refería a él como una “criatura
brillante, pero carente por completo de convicciones”. Conectan estos juicios negativos con una reciente corriente
bibliográfica (Robert Raico, Patrick Buchanan etc) que ven en Churchill un
criptosocialista, defensor de la limpieza étnica, un mentiroso patológico, un criminal de guerra y un “ títere” de Stalin
. En una palabra : “un hombre sanguinario
y un político sin principios”
Un luchador hiperactivo
No comparto esos duros juicios. Más bien coincido con
Andrew Roberts, cuando dice que esos intentos de desacreditarlo “ causan
el mismo impacto en la percepción del ciudadano que una chincheta en la piel de
un paquidermo”. Su popularidad sigue siendo inmensa. La realidad
es que Churchill fue, ante todo, un luchador hiperactivo. Atravesó revoluciones y guerras, transitó del partido conservador al liberal y vuelta, sobrevivió a ataques
cerebrales y a la depresión (“el perro
negro”, la llamaba), sufrió un largo desierto político entre la primera y la
segunda guerra mundial, en su juventud
recorrió medio mundo : de Cuba a
Sudán, de la India a Sudáfrica . Era obstinado, insolidario y autoritario.
Pero un autoritario que luchó contra tres despiadadas fuerzas totalitarias:
fascismo, nazismo y comunismo estalinista. Primero hizo de Casandra
alertando a su pueblo contra la tiranía hitleriana, a la que venció. Después, al final de la segunda Guerra Mundial,
comprendió que el comunismo era también adversario de la democracia, no su
perfeccionamiento. Como él mismo escribió : "un monstruo que desciende de
su pirámide de cráneos". Percibió
la trampa intelectual que ocultaba, y lo captó con años de anticipación. Sus
biógrafos suelen afirmar que fue en Fulton, Missouri, cuando en marzo de 1946
acuñó la expresión "telón de acero", al lanzar la primera gran
andanada de la guerra fría contra sus antiguos aliados soviéticos. Esto no es
exacto. La expresión la deslizó por
primera vez en un telegrama dirigido a Truman, casi un año antes, el 12 de mayo
de 1945: "Sobre el frente ruso,
decía, ha caído un telón de acero. No sabemos lo que ocurre detrás de él".
Lo que sí es verdad es que el discurso de Fulton fue el comienzo de una abierta
contienda entre las democracias y el
socialismo real, batalla que, cincuenta años más tarde, finalizó con el
triunfo de la libertad.
Entre la gloria y el error
Era un conservador
tirando a reaccionario, pero con gran sentido del humor . Cuenta Piers Brendon que, en una ocasión, el
presidente de la Real Academia inglesa de las Artes le preguntó: "¿qué
haría si Picasso fuese paseando delante de usted por Picadilly?". La
contestación fue: "Le daría una patada en trasero ". Dos de sus
bestias negras- aunque llegara a tomarles cierto afecto- fueron George Bernard
Shaw y Lady Astor, la primera mujer que ocupó un escaño en el Parlamento
británico. Bernard Shaw le envió dos entradas con esta nota:
"Venga a mi comedia y tráigase a un amigo, si es que tiene un amigo".
Churchill le contestó: "Tengo un compromiso para el estreno, pero iré a la
segunda representación, si es que la hay". Lady Astor- "la más
encantadora Colombina de la pantomima capitalista"- le dijo en otra
ocasión: "si yo fuera su esposa, le envenenaría el café". Respuesta
de Churchill, siempre galante: "Señora, si yo fuera su esposo, me lo
bebería".
Totalmente de acuerdo con esta semblanza.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Incluso me ha emocionado...
Hace una semana a mi hijo Diego (quince años) le echaron dos días del colegio y las palabras eran casi iguales...
Esto no quiere decir que yo piense que Diego vaya a ser un Winston Churchill (que lo sea cuando yo esté muerto)pero me ha consolado en cierta en íntima y orante forma.
Eso sí.
Gracias!
Jyy+
Diego apunta maneras....me alegro y gracias, usted no es repipi...
ResponderEliminarViniendo de usted querido amigo.
ResponderEliminarEsto también es un consuelo para mi.
Jyy+
Donsin,
ResponderEliminarEste verano por primera vez estuve en Inglaterra: lugar Londres. Vine fascinado. Nada que ver con un país latino. ¡ qué amabilidad, qué educación ! ¡ qué envidia !
Asunto religión. La visita a la cripta de la catedral de San Pablo da buena cuenta qué ha sido el anglicanismo: la religión del estado para el estado. Lo que algunos llaman el nacionalcatolicismo de Franco es una bromita al lado del anglicanismo... y oiga ! no se les ve echando los espumarajos que aquí se echan.
Claro que el anglicanismo, el concepto de la Santa Misa da un poco de risa... para ellos es algo así de "lo que se siente en Misa cuando las personas se reunen alrededor del altar de la Misa." Todo muy happyflower. Me llamó fuertemente la atención que gentes, como las inglesas, de una profundidad, en general, de pensamiento, un tanto desconocida en el continente, tengan la misma profundidad de pensamiento espiritual que una lombriz artrítica. Y de las reciente elección de una obispa... qué le voy a decir !
Otro dia le cuento más. Pocos días pero muy intensos.
¿ Y a vd... donsin... ? ¿ qué le parece Inglaterra que seguro que vd ha estado ya allí ? que está vd. muy viajado...
saludos cordiales. misael
En Inglaterra he estado dos días ymedio....he sido más de Irlanda, o Candá.....Inglaterra es la segunda o tercera potencia mundial y eso se nota, saben hablar, escuchar y guardar una cola, admirable...su comida era muy mala, han mejorado y tienen mucha envidia controlada de la historia de España. Lea a Newman, un poco. efectivamente allí la Iglesia es de Estado y no andan como aquí, pero es curioso que sus mejores figuras han pasado al catolicismo: Newman, Tomás MOro, Tolkien, etc
ResponderEliminarhay un libro de un tal J Pierce, que habla de grandes conversos ingleses
ResponderEliminar¿ Envidia de España donsin ? Es posible... pero me pareció ver un matiz... España fue una potencia... una metrópoli... pero es que Inglaterra, de otra manera, continua siendo un imperio... La reina sigue siendo reina de los paises de la Commonthwealth... La ciudad llena de monumentos por los caídos... En una palabra: "orgullosos de ser ingleses".
ResponderEliminarAquí en cambio, el sábado, una manifestación de Podemos: cero en el marcador de banderas españolas... Y hasta en los contubernios del PP... cero en banderas españolas... La cosa psoe puso de moda renunciar al pacto constitucionall y es de "progreso" ser un apátrida... menos para recibir prestaciones sociales... que ahí sí se sabe a qué ventanilla acudir.
Saludos. misael