sábado, septiembre 30, 2017

Mariano Fazio; el Papa y la Argentina.


http://www.lanacion.com.ar/2067696-comprendo-que-el-papa-no-quiera-viajar-a-la-argentina-porque-hay-un-clima-muy-crispado-dice-el-numero-dos-del-opus-dei



Monseñor Mariano Fazio opinó sobre la confirmación de que el Papa no vendrá a la Argentina en 2018
Monseñor Mariano Fazio opinó sobre la confirmación de que el Papa no vendrá a la Argentina en 2018.

ROMA.- "Comprendo que el Papa no tenga ganas de viajar porque hay un clima muy crispado en la sociedad argentina. No se lo he preguntado, pero me parece que él considera que no están dadas todas las circunstancias para una visita al país, para que no le manipulen sus gestos, como ha ocurrido en el pasado, lamentablemente".


Son palabras de monseñor Mariano Fazio, el sacerdote argentino que en enero último se convirtió en el número dos de la prelatura del Opus Dei, en una entrevista con LA NACION en Villa Tevere, el cuartel general de la prelatura, ante la confirmación de que el Papa no vendrá al país en 2018.
Intelectual, de 57 años, muy cercano a Francisco, autor de varios libros y hasta diciembre de 2014 Vicario del Opus Dei en la Argentina, Paraguay y Bolivia, destacó la urgente necesidad de reconciliación que hay en el país .


-El Vaticano hoy salió a decir que el Papa no viajará a la Argentina en 2018. ¿Está soprendido?
-No. Conozco la situación y hay un clima muy caldeado. Espero que después de las elecciones las cosas se calmen y que haya un ambiente más tranquilo, algo fundamental para que el Papa pueda ir. Y estoy convencido de que cuando vaya será un éxito.


-¿Qué condiciones deberían darse para una visita del Papa?
-Me parece que la sociedad argentina necesita reconciliación. Hace un tiempo hubo una polémica en la Argentina con la palabra reconciliación. Me parece que es una palabra santa porque es algo propio de los cristianos y de las buenas personas saber perdonar, saber darnos un abrazo después de haber estado peleados y especialmente en la Argentina donde corrieron ríos de sangre. Todas las intervenciones del Papa en Colombia fueron hacia la reconciliación. No fue interpretado a favor de una parte u otra de la sociedad. En ese sentido fue un viaje muy modélico porque superando las circunstancias logró que el pueblo colombiano se diera cuenta de que tenía que darse un abrazo. En la Argentina todavía tendríamos que darnos ese abrazo. Lamentablemente en los últimos años hubo gente que echó sal en la herida, una herida que se estaba cerrando. Yo considero que el Papa puede ser un instrumento en las manos de Dios para ayudar a cerrar heridas y darnos un gran abrazo.
" El Papa puede ser un instrumento en las manos de Dios para ayudar a cerrar heridas y darnos un gran abrazo"
-¿Por qué cree que es tan compleja la relación del Papa con los argentinos? Allá, cualquier cosa que diga o haga, es criticado. ¿Por qué?
-Creo que está en el ADN de los argentinos, a quienes nos encanta criticar. Por otro lado es la primera vez que tenemos un Papa de nuestro país y los argentinos tendemos a considerarnos el centro del mundo y todas las actitudes que toma el Papa las relacionamos con la situación argentina, cosa que me parece un poco exagerada porque si bien somos un país maravilloso (risas), no somos lo más importante y no todo el mundo gira en torno a Buenos Aires.
-¿Qué le diría a quienes creen que el Papa no va porque no lo quiere a Macri?
-Que están muy equivocados, él está mucho más allá de las cuestiones partidarias, sino que es evidente que quiere que le vaya bien a su país, que ama, como dejó en claro en el videomensaje que envió el año pasado para anunciar que no iba a venir este año.
-El Papa en varias ocasiones confesó haberse sentido utilizado por algunos compatriotas...
-Siendo los argentinos del mismo país del Papa es muy fácil manipular todas sus declaraciones, pero preferiría no entrar en los detalles del caso.
- Cambiando de tema y volviendo al Vaticano, este quinto año del Papa está siendo difícil: en los últimos días una minoría ultraconservadora pidió una "corrección filial" de su apertura a los divorciados vueltos a casar en la exhortación apostólica Amoris Laetitia (AL) y lo ha acusado de propagar herejías. ¿Qué opina de este nuevo ataque?
-Lamentablemente no es la primera vez en la historia de la Iglesia de los últimos años donde hay grupos de personas que atacan al Papa, algunos me imagino con buena intención. Me parece que por un lado es una manifestación de la libertad de opinión que hay en la Iglesia y que el Papa respeta. Por otro lado me parece que es un método totalmente equivocado porque si se trata de una relación filial, un hijo no "corrige" a su padre en público. Cualquier fiel, obispo, cardenal, laico tiene derecho a decirle al Papa lo que le parezca por el bien de la Iglesia, pero me parece que no tiene derecho a hacerlo públicamente y escandalizar a toda la Iglesia con estas manifestaciones de desunión.
-Entre los firmatarios de la carta que pide la "corrección filial" apareció el italiano Ettore Gotti Tedeschi, ex presidente del Instituo de Obras para la Religión (IOR, el banco del Vaticano), que es supernumerario del Opus Dei...
-Considero que él también se ha equivocado, como los demás que han firmado.
-Algunos se habían ilusionado con que terminarían las intrigas en el Vaticanocon la llegada de Francisco, pero de nuevo hay venenos. Libero Milone, el ex auditor general denunció hace unos días haber sido echado por un "viejo grupo de poder" que se resiste a las reformas financieras... Y la Santa Sede lo acusó de haberse excedido de sus funciones y de haber espiado a miembros del Vaticano...
-No estoy metido en el fondo del tema. Conozco muchísimas personas de la curia romana y la inmensa mayoría de ellos trabaja silenciosamente, con gran espíritu de servicio, con deseo de servir a la Iglesia y ellos no son noticia. Los que son noticia son los que tienen actitudes un poco ambiguas que despiertan sospechas. Sé que el Santo Padre sufre con esta situación. No soy experto en temas económicos, pero me parece que se han dado paso significativos sobre la transparencia de las finanzas vaticanas, en particular en el IOR. Pero toda reforma, no sólo en la Iglesia, sino en cualquier sociedad, genera reacciones contrarias de personas que están acomodadas y que no quieren que cambie nada, que me parece que son reacciones bastante lógicas desde un punto de vista humano. Me gustaría que por parte de todos los miembros de la curia hubiera mayor espíritu de colaboración y servicio con la reforma que el Papa quiere llevar a cabo.
"Me gustaría que hubiera mayor espíritu de colaboración y servicio con la reforma que el Papa quiere llevar a cabo"
-¿Ve mucha resistencia?
-Me parece que lo que sale en los medios de comunicación son el pequeño grupo que le resiste al Papa, porque no es noticia que un cardenal, obispo o un oficial de la curia vaticana obedezcan al Papa...
-¿Es una minoría ruidosa entonces?
-Me parece que sí.
-¿Cómo ve el Opus Dei la apertura que hay en el capítulo ocho de AL a los divorciados vueltos a casar, que tánto revuelo ha generado en los sectores conservadores?
-El Opus Dei, como todos los católicos, siempre está con el Papa, es una tradición continua en la historia de la obra que lo hemos aprendido de San Josémaría Escrivá de Balaguer, que decía que hay que estar con el Papa quien quiera que sea. Siempre estaremos con el Papa. En lo que se refiere a AL el prelado (monseñor Fernando Ocáriz) ha escrito: "Pensad también, con corazón grande, cómo ayudar a quienes se encuentran en las así llamadas "situaciones irregulares". El Papa Francisco ha reafirmado que la doctrina no cambia, pero urge a mejorar la atención de estos hermanos y hermanas, a los que es preciso acompañar con una mirada más cercana, de acogida y discernimiento, que les facilite superar esas situaciones, con la gracia de Dios".
-Algunos, en el Vaticano, dicen que el Opus Dei tiene una visión de Iglesia distinta a la del Papa...
-Desde que el Papa ha sido elegido ha tenido muchas manifestaciones de cercanía y aprecio por el Opus Dei. En lo que a mí respecta tengo una amistad con él de la cual todavía estoy emocionado. Ha querido confirmar la elección del prelado el mismo día, una manifestación de grandísima confianza, ha manifestado en la primera entrevista del prelado un agradecimiento por lo que estamos haciendo al servicio de la Iglesia, ha estado muy cercano en torno a la muerte del prelado anterior, Javier Echevarría, ha beatificado al primer sucesor de San José María Escrivá de Balaguer, Álvaro del Portillo, ha firmado tres documentos de virtudes heróicas de fieles de la obra, que están en proceso de beatificación, con lo cual no podemos no estar sino agradecidos por la cercanía que ha manifestado en estos años. En los continuos contactos que tenemos con el Papa siempre ha manifestado su apoyo, su impulso apostólico y en la primera audiencia con el prelado nos encargó directamente las periferias de las clases medias, del mundo del trabajo, diciéndonos algo así como que "ése es su carisma, adelante, siguiendo los pasos de san Josémaría".
-Usted lo conoce a Jorge Bergoglio desde la Conferencia de Aparecida (2007) y estamos en el quinto año de pontificado: ¿cuáles fueron para usted los aportes del Papa a la Iglesia?
-Creo que el Papa desde un punto de vista de la fe siempre es el sucesor de Pedro y por lo tanto hay una gran continuidad con la tradición de la Iglesia. Desde un punto de vista humano, cada Papa es de un país determinado, de una cultura distinta y el Papa ha aportado une estilo nuevo que lo definiría cercano, auténtico, espontáneo, evangélico. Y eso ha hecho que mucha gente se acerque a Dios y a la Iglesia, que estaba muy alejada, al comprobar que es un líder que vive lo que dice. Los otros papas anteriores han sido buenísimos y de altísimo nivel, creo que este estilo es muy revolucionario. Se trata, como dice el papa Francisco, de la revolución de la ternura, del amor, de la cercanía, de la preocupación por los demás. Esto es su gran aporte.
-¿Cómo es la situación interna del Opus Dei con el nuevo prelado y usted como el número dos?
-Estamos viviendo un momento de gran unidad y manteniéndonos muy fieles al espíritu de la Obra, pero también estamos en un momento de fidelidad dinámica porque los tiempos cambian y el Opus Dei es un cuerpo vivo que cambia con los tiempos, manteniendo siempre la fidelidad al carisma fundacional. En ese sentido le estamos haciendo mucho eco a la idea de Iglesia en salida del Papa y queremos fomentar más iniciativas y que todos el mundo piense "yo, en mi circunstancia, qué puedo hacer para llevar el Evangelio a todas las periferias". Periferias que son sociales, existenciales, pero también culturales.

lunes, septiembre 25, 2017

Carta del Prelado de setiembre.




Carta del Prelado (24 septiembre 2017)

“¿Qué buscáis?”, dice Jesús a los jóvenes. Si les ayudamos a crecer sanos y fuertes de corazón, podrán escuchar su llamada: “Venid y veréis”.
CARTAS PASTORALES Y MENSAJES
Opus Dei - Carta del Prelado (24 septiembre 2017)
Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
Tras los pasados meses, en los que he tenido la alegría de ver a muchos de vosotros, os escribo con la mirada puesta ya en el tema de la próxima reunión del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar dentro de un año en Roma: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Como sabéis, la labor apostólica con la juventud estuvo muy presente en el reciente Congreso general[1]. Quisiera, con estas líneas, animaros simplemente a considerar –sin descender a detalles– cómo podemos intensificar este aspecto prioritario de nuestra vocación cristiana.
«¿Qué buscáis?», dice el Señor a Juan y Andrés, la primera vez que se acercan a Él (Jn 1,38). La juventud es un momento de búsqueda; es la época en que cobra protagonismo la pregunta “¿quién quiero ser?”, que para un cristiano significa también: “¿quién estoy llamado a ser?”. Es la pregunta por la vocación: sobre cómo corresponder al amor de Dios. «Y tú, querido joven, querida joven, –escribía el Papa Francisco hace dos años– ¿has sentido alguna vez en ti esta mirada de amor infinito que, más allá de todos tus pecados, limitaciones y fracasos, continúa fiándose de ti y mirando tu existencia con esperanza? ¿Eres consciente del valor que tienes ante Dios que por amor te ha dado todo?»[2].
Existen hoy muchos obstáculos, a veces complejos, que dificultan este encuentro personal con el amor de Dios; pero también hay signos de esperanza. «No es verdad –decía Benedicto XVI– que la juventud piense sobre todo en el consumo y en el placer. No es verdad que sea materialista y egoísta. Es verdad lo contrario: los jóvenes quieren cosas grandes»[3]. Esta afirmación responde a la realidad de la vida de muchos jóvenes, ilusionados por mejorar el mundo, aunque parezca chocar con la indolencia de tantos otros, a quienes vemos “envejecidos” por un constante bombardeo de consumo, entretenimiento, inmediatez, frivolidad. Es fácil lamentarse de esa situación; más exigente, en cambio, es procurar estar a la altura de esos deseos de cosas grandes que anidan, a veces encubiertos por una capa de aparente indiferencia, en sus corazones. ¿Somos capaces de hacerles vibrar con la belleza de la fe, de una vida vivida para los demás? Pregunto a cada uno de mis hijos e hijas más jóvenes: ¿sabes transmitir a tus amigos la vibración por ese Dios que es la Belleza, la Bondad, la Verdad, el único que puede saciar las ansias de felicidad de su corazón? Y a quienes no somos tan jóvenes por edad, pero procuramos mantener la juventud del corazón: ¿tratamos de entender sus dificultades, sus ilusiones? ¿Nos hacemos jóvenes con ellos?
A san Josemaría le gustaba el modo en que se llama en portugués a los jóvenes: os novos. En una ocasión comentaba: «Sed todos muy jóvenes. ¡Renovaos! (…) Renovar es volver a ser jóvenes, volver a ser nuevos, tener una nueva capacidad de entrega»[4]. Para animar a que muchas almas tengan sueños generosos de entrega a Dios y a los demás, es necesario que todos los cristianos nos esforcemos en ser testimonios auténticos de una vida que tiende sinceramente a la identificación con Jesucristo. A pesar de nuestras limitaciones, con la gracia de Dios podemos ser sembradores de paz y de alegría en el lugar –ya sea un rincón del mundo o una encrucijada de culturas– donde el Señor nos quiere. Procuremos conservar y potenciar la “juventud” que Dios nos da[5]. Nuestro testimonio sereno de esa juventud de espíritu deja siempre en los demás una impronta que, tarde o temprano, se revela como una ayuda para su vida.
Decía san Josemaría –y la consideración se extiende a todos los que inciden de un modo u otro en la educación de los jóvenes– que los padres son responsables del noventa por ciento de la vocación de sus hijos. Pensando en todos, pero especialmente en los cooperadores y en los supernumerarios y supernumerarias, a la vez que os animo a considerar si podéis aumentar, con creatividad y generosidad, vuestra implicación en las iniciativas de formación de la juventud (colegios, clubs, etc.), os sugiero que pongáis ante todo la mirada en vuestro hogar. Pensad si vuestros hijos pueden estar felices de pertenecer a su familia, porque tienen unos padres que les escuchan y les toman en serio, que les quieren como son; que se atreven a hacerse con ellos sus mismas preguntas; que les ayudan a percibir, en las pequeñas realidades de la vida diaria, el valor de las cosas, el esfuerzo que requiere sacar adelante un hogar; que saben exigirles, que no tienen miedo de ponerles en contacto con el sufrimiento y la fragilidad, tan presentes en la vida de mucha gente, quizá empezando por la propia familia; que les ayudan, con su piedad, a tocara Dios, a ser «almas de oración». Ayudadles, en fin, a crecer sanos y fuertes de corazón, para que puedan escuchar a Dios que dice a cada uno y a cada una, como a Juan y Andrés, «venid y veréis» (Jn 1,39).
Os bendice con todo cariño
vuestro Padre,
Roma, 24 de septiembre de 2017, nuestra Señora de la Merced.

sábado, septiembre 23, 2017

Nuestra Señora de la Merced.







De la misericordia, de los regalos, los cuidados, las atenciones,las mercedes. Era el santo de mi amatxo. Lo que nos han querido nuestras madres: noches en vela, se comían la cabeza del pescado y nos decían que era lo mejor, y nunca dijeron nada. El silencio del amor o el amor silencioso, cuanta pantomima se hace del amor, qué poco tiene que ver con el de verdad. Pues si así son nuestras madres, cómo será la Madre de Dios. Necesitamos de tu merced. Qué viva la Madre de Dios, que viva la Merced!!.

viernes, septiembre 22, 2017

Papa Francisco, el bien y el mal.
















Palabras del Papa antes del ángelus
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
El pasaje evangélico del día propone tres parábolas con las cuales Jesús habla a la muchedumbre, del Reino de Dios. Me detengo en la primera: la de la buena semilla y en la de la cizaña, que ilustra el problema del mal en el mundo y pone de relieve la paciencia de Dios (cf.Mt 13,24-30,36-43). ¡Cuánta paciencia tiene Dios! Cada uno de nosotros puede decir esto: cuánta paciencia tiene Dios conmigo. El relato de la parábola se desarrolla en un campo con dos protagonistas opuestos. Por un lado el propietario del campo que representa Dios y esparce la buena semilla: por el otro el enemigo que representa Satanás y esparce la hierba mala.
Con el tiempo, en medio del trigo crece también la cizaña y frente a este hecho el propietario y los servidores tienen actitudes distintas. Los servidores quisieran intervenir arrancando la cizaña; pero el propietario que está preocupado sobre todo por la salvación del buen grano, se opone diciendo: “No sea que recogiendo la cizaña, también arranquéis el trigo” (v.29). Con esta imagen, Jesús nos dice que en este mundo, el bien y el mal están tan entrelazados entre sí, que es imposible separarlos y extirpar todo el mal. Solo Dios puede hacer esto, y lo hará en el juicio final. Con sus ambigüedades y su carácter complejo, la situación presente es el campo de la libertad, el campo de la libertad de los cristianos, donde se desarrolla el difícil ejercicio del discernimiento entre el bien y el mal.
Y en este campo se trata de juntar de conjugar con una gran confianza en Dios y en su providencia, dos actitudes aparentemente contradictorias: la decisión y la paciencia. La decisión es la de querer ser buen trigo con todas sus fuerzas y por lo tanto tomar distancia del maligno y sus seducciones, la paciencia significa preferir una Iglesia que sea levadura en la masa, que no teme ensuciarse las manos lavando la ropa sucia de sus hijos, más que ser una Iglesia de “puros”, que pretende juzgar antes de tiempo quien irá al Reino de Dios y quién no.
El Señor, que es la Sabiduría encarnada, nos ayuda hoy a comprender que el bien y el mal no pueden identificarse con territorios definidos o marcados o en determinados grupos humanos, estos son los buenos, estos son los malos. Él nos dice que la línea de separación entre el bien y el mal pasa por el corazón de cada persona, de cada uno de nosotros, es decir, todos somos pecadores. Pregunta  ¿quién no es pecador? levante la mano, nadie, porque todos lo somos, todos somos pecadores. Jesús, por su muerte en cruz y su resurrección, nos ha liberado de la esclavitud del pecado y nos da la gracia de caminar en una vida nueva; pero con el Bautismo nos ha dado también  la Confesión, porque tenemos siempre necesidad de ser perdonados de nuestros pecados. Mirar siempre y solamente el mal que está fuera de nosotros, significa no querer reconocer el pecado que hay en nosotros.
Y luego Jesús nos enseña un modo distinto de mirar el campo del mundo, de observar la realidad. Estamos llamados a aprender los tiempos de Dios que no son nuestros tiempos, e igualmente también a aprender la “mirada” de Dios: gracias a la influencia benéfica de una espera trepidante, lo que era cizaña o parecía cizaña, puede convertirse en un buen producto. Esta es la realidad de la conversión, es la perspectiva de la Esperanza.
Que la Virgen María nos ayude a captar la realidad que nos rodea no solamente la suciedad y el mal, sino también el bien y lo bueno; a desenmascarar la obra de Satanás, sino sobre todo a confiar en la acción de Dios que fecunda la historia.
Traducción de Zenit, Raquel Anillo

jueves, septiembre 21, 2017

Anotaciones sobre el nacionalismo de Orwell.







Un genio.



Existe un hábito de la mente que está hoy tan exten­dido que afecta nues­tro pensa­miento en casi todo tema, pero al que no se le ha dado todavía un nombre. Como su más cercano equi­va­lente que existe he esco­gido la pala­bra “nacio­na­lismo”, pero como se verá en un momento no estoy usán­dola en el sentido ordi­na­rio, sencil­la­mente porque la emoción de la que hablo no siempre se refiere a lo que se conoce como nación –esto es, una raza deter­mi­nada o un área geográ­fica. Puede apli­carse a una igle­sia o clase, o puede trabajar en un sentido mera­mente nega­tivo, contra algo y sin la nece­si­dad de algún objeto posi­tivo de leal­tad.
Por “nacio­na­lismo” quiero refe­rirme primero al hábito de asumir que los seres huma­nos pueden ser clasi­fi­ca­dos como insec­tos y que grupos ente­ros de millones o dece­nas de millones de perso­nas pueden razo­na­ble­mente ser etique­ta­das como “buenas” o “malas.” Pero en segundo lugar –y esto es mucho más impor­tante- quiero refe­rirme al hábito de iden­ti­fi­carse uno mismo con una deter­mi­nada nación u otra unidad, colocán­dola más allá del bien y del mal y reco­no­ciendo no otro deber que el de apoyar sus inter­eses. El nacio­na­lismo no debe ser confun­dido con el patrio­tismo. Ambos térmi­nos son normal­mente usados de forma tan vaga que cualquier defi­ni­ción está sujeta a cues­tio­na­miento, pero uno debe dife­ren­ciar entre ellas, pues encier­ran dos ideas distin­tas y hasta opues­tas. Por “patrio­tismo” me refiero a la devo­ción a un lugar en parti­cu­lar y a un parti­cu­lar estilo de vida, los cuales uno cree que son los mejores del mundo pero sin tener la menor inten­ción de forzarlo a los demás. El patrio­tismo es por natu­ra­leza defen­sivo, tanto mili­tar­mente como cultu­ral­mente. El nacio­na­lismo, por otro lado, es inse­pa­rable del deseo de poder. El propó­sito perdu­rable de todo nacio­na­lista es el de asegu­rar más poder y pres­ti­gio, no para sí mismo sino para la nación u otra unidad a la cual ha deci­dido some­ter su propia indi­vi­dua­li­dad.
Un nacio­na­lista es alguien que piensa sola­mente, o prin­ci­pal­mente, en térmi­nos de pres­ti­gio compe­ti­tivo. Puede ser un nacio­na­lista posi­tivo o nega­tivo –esto es, puede emplear su energía ya sea en promo­ver o en deni­grar- pero en todo caso sus pensa­mien­tos giran siempre en torno a victo­rias, derro­tas, triun­fos y humil­la­ciones. El nacio­na­lista ve la histo­ria, espe­cial­mente la contem­porá­nea, como la inter­mi­nable suce­sión de ascen­sos y declives de unidades de poder, y cada evento que tiene lugar le parece una demos­tra­ción de que su propio bando está en ascenso y algún bando rival muy odiado está en descenso. Pero final­mente, es impor­tante no confun­dir el nacio­na­lismo con la mera alabanza del éxito. El nacio­na­lista no es alguien que simple­mente tiene como prin­ci­pio estar siempre del lado del grupo más fuerte. Al contra­rio, una vez que ha elegido su grupo, se conven­cerá a sí mismo de que aquel es el más fuerte, y estará en capa­ci­dad de mante­ner tal creen­cia aún cuando los hechos estén avasal­la­do­ra­mente contra dicha creen­cia. El nacio­na­lismo es hambre de poder alimen­tada por el autoen­gaño. Todo nacio­na­lista es capaz de la más flagrante desho­nes­ti­dad, pero también – desde que esta consiente de servir algo más grande que a él mismo- está firme­mente seguro de estar en lo correcto.
Sería una sobre­sim­pli­fi­ca­ción decir que todas las formas de nacio­na­lismo son iguales, aún en sus esque­mas mentales, pero hay cier­tas reglas que apli­can bien a todos los casos. Las siguientes son las prin­ci­pales carac­terís­ti­cas del pensa­miento nacio­na­lista:
OBSESIÓN
En térmi­nos gene­rales, ningún nacio­na­lista piensa, habla o escribe sobre otra cosa que la super­io­ri­dad de su propia unidad. Es difí­cil, sino impo­sible, para cualquier nacio­na­lista escon­der su leal­tad. Si la unidad de su leal­tad es un país, decla­rará la super­io­ri­dad de éste no sólo en térmi­nos mili­tares y de virtud polí­tica, sino también en el arte, la lite­ra­tura, el deporte, la estruc­tura lingüís­tica, la belleza física de sus habi­tantes, y quizás incluso hasta en el clima, paisajes y cocina. Mostrará una gran sensi­bi­li­dad sobre aspec­tos tales como la correcta manera de enar­bo­lar la bandera, tamaños rela­ti­vos de titu­lares y el orden en que los distin­tos países son nombra­dos. La nomen­cla­tura juega un papel impor­tante en el pensa­miento nacio­na­lista.
INESTABILIDAD
La inten­si­dad con que son senti­das no impide que las leal­tades nacio­na­lis­tas sean trans­fe­ribles. De parti­cu­lar interés es la retrans­fe­ren­cia. Un país u otra unidad que ha sido idola­trada por años puede repen­ti­na­mente deve­nir odiada, y otro objeto de afecto puede tomar su lugar casi sin un inter­valo. En Europa conti­nen­tal los movi­mien­tos fascis­tas reclu­ta­ban a sus segui­dores en su mayoría de entre los comu­nis­tas. Lo que perma­nece constante en el nacio­na­lista es su estado mental: el objeto de sus senti­mien­tos puede cambiar, y hasta ser imagi­na­rio.
Pero para un inte­lec­tual, la trans­fe­ren­cia tiene una función impor­tante. Hace posible para él ser mucho más nacio­na­lista –más vulgar, más ridí­culo, más mali­gno, más desho­nesto- de lo que jamás podría ser en nombre de su país nativo, o de cualquier unidad de la que tuviese real cono­ci­miento. Cuando uno ve la basura preten­ciosa que se escribe sobre Stalin, el Ejér­cito Rojo, etc., por gente bastante inte­li­gente y sensible, uno se percata que ello sólo es posible porque algún tipo de dislo­ca­ción ha tenido lugar. En socie­dades como la nues­tra, es inusual para cualquier persona que se describa como inte­lec­tual el sentir un apego muy profundo a su propio país. La opinión pública –esto es, la sección del público de la cual él es inte­lec­tual­mente consciente- no se lo permi­tirá. La mayoría de la gente que lo rodea es escép­tica e indi­fe­rente, y él puede adop­tar la misma acti­tud ya sea por imita­ción o por pura cobardía: en tal caso habrá aban­do­nado aquella forma de nacio­na­lismo que se encuen­tra a su más cercano alcance. Pero él todavía siente la nece­si­dad de una Patria, y es natu­ral que la busque en algún otro lado. Una vez que la ha encon­trado, puede indul­gir en exac­ta­mente aquel­las emociones de las cuales él cree que se ha eman­ci­pado. Dios, el Rey, el Impe­rio, la Bandera –todos los ídolos aban­do­na­dos pueden reapa­re­cer bajo dife­rentes nombres, y dado que no los reco­noce como lo que son los puede adorar con una buena conscien­cia. El nacio­na­lismo trans­fe­rido, como el uso de los chivos expia­to­rios, es una forma de lograr la salva­ción sin tener que alte­rar la propia conducta.
DESCONEXIÓN CON LA REALIDAD
Todos los nacio­na­lis­tas tienen la capa­ci­dad de obviar las analogías entre hechos simi­lares. Las acciones son teni­das como buenas o malas, no en aten­ción a sus propios méri­tos, sino de acuerdo a quién las realiza, y prác­ti­ca­mente no hay clase alguna de barba­rie –tor­tura, la toma de rehenes, trabajo forzado, depor­ta­ciones en masa, penas de cárcel (o ejecu­ciones) sin juicio previo, falsi­fi­ca­ción, asesi­nato, el bombar­deo de pobla­ciones civiles- cuya cali­fi­ca­ción moral no cambie cuando es come­tida por “nues­tro” bando.
El nacio­na­lista no sólo no desa­prueba las atro­ci­dades come­ti­das por su propio bando, sino que además tiene una notable capa­ci­dad para ni siquiera ente­rarse de ellas. Durante seis años los admi­ra­dores de Hitler en Ingla­terra se las arre­gla­ron para no ente­rarse de la exis­ten­cia de Dachau y Buchen­wald. Y aquel­los que más ardien­te­mente denun­cia­ban los campos de concen­tra­ción alemanes esta­ban muchas veces en desco­no­ci­miento de que también había campos de concen­tra­ción en Rusia. Even­tos notables como la hambruna de Ucra­nia de 1933, que invo­lu­cra­ron las muertes de millones de perso­nas, han esca­pado la aten­ción de la mayoría de los rusó­fi­los ingleses. En el pensa­miento nacio­na­lista hay hechos que pueden ser a la vez cier­tos y falsos, cono­ci­dos y desco­no­ci­dos. Un hecho cono­cido puede ser tan inso­por­table que habi­tual­mente es descar­tado y no se le permite entrar en proce­sos lógi­cos.
Todo nacio­na­lista se obse­siona con alte­rar el pasado. Se pasa parte de su tiempo en un mundo de fantasía en el que las cosas ocur­ren como deberían –en que, por ejem­plo, la Armada Española fue todo un éxito o la Revo­lu­ción Rusa fue aplas­tada en 1918– y trans­fe­rirá frag­men­tos de este mundo de fantasía a los libros de histo­ria cada vez que pueda. Hechos impor­tantes son supri­mi­dos, fechas alte­ra­das, citas remo­vi­das de sus contex­tos y mani­pu­la­das para cambiar su signi­fi­cado. Even­tos cuya ocur­ren­cia se piense que no debió darse son omiti­dos y en última instan­cia nega­dos. En 1927 Chiang Kai Shek quemó cien­tos de comu­nis­tas vivos, y sin embargo 10 años después se había conver­tido en uno de los heroes de la Izquierda. El reali­nea­miento de la polí­tica inter­na­cio­nal lo había traído al campo anti­fas­cista, así que de alguna manera se llegó a pensar que la quema de comu­nis­tas vivos “no contaba”, o quizás no había ocur­rido. El obje­tivo prima­rio de la propa­ganda es, por supuesto, influen­ciar la opinión contem­porá­nea, pero aquel­los que rees­cri­ben la histo­ria proba­ble­mente creen en una parte de sí mismos que están real­mente rear­mando los hechos hacia el pasado. Cuando uno consi­dera las elabo­ra­das falsi­fi­ca­ciones que han sido come­ti­das para demos­trar que Trotsky no tuvo un papel impor­tante en la Guerra Civil Rusa, es difí­cil sentir que las perso­nas respon­sables esta­ban simple­mente mintiendo. Más probable es que ellos sintie­ran que su propia versión era lo que había ocur­rido a los ojos de Dios, y que había justi­fi­ca­ción plena en reor­de­nar los regis­tros de acuerdo con ello.
Algu­nos nacio­na­lis­tas están no muy lejos de la esqui­zo­fre­nia, viviendo muy felices entre sueños de poder y conquista que no guar­dan conexión alguna con el mundo real.

George Orwell





miércoles, septiembre 20, 2017

Conjunción cósmica.



Del gran Javier Cremades.

Esta noche ha habido una conjunción planetaria: se ha visto la alineación de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y la Luna.
También sucede en las empresas de transportes una vez cada 250.000 pasajeros… Un espectáculo único...





La imagen puede contener: una o varias personas y personas sentadas

lunes, septiembre 18, 2017


13 min 
 
Sábado 23 de septiembre a las 19,30 tendrá lugar la PRIMERA MISA SOLEMNE de don Javier y don Alvaro Ruiz Anton. Ambos hermanos fueron ordenados sacerdotes en Roma este año.








La imagen puede contener: 2 personas, personas sonriendo, personas de pie y traje

sábado, septiembre 16, 2017

Prelado Ocáriz en alfa y omega.





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El Opus Dei “existe solo para servir a la Iglesia”, dice el prelado, Mons. Fernando Ocáriz, en una larga entrevista de Teresa Gutiérrez de Cabiedes para Alfa y Omega que toca distintos temas, algunos de ellos polémicos.
El Opus Dei es una “partecica” de la Iglesia, según la expresión del fundador, san Josemaría, que la periodista trae a colación. Mons. Ocáriz comenta a propósito de eso: “Si servir a la Iglesia –necesaria expresión del amor a Jesucristo– es siempre una realidad en la vida de cada uno, iremos bien”.
Antes, Mons. Ocáriz señala un aspecto que ha querido acentuar de modo especial desde su nombramiento, en enero pasado: “Poner a Jesucristo en el centro de nuestras vidas”. Lo cual no es una mera idea, sino una realidad concreta: “Podemos tocar a Jesús vivo en todas las ocasiones de la existencia ordinaria. Sobre todo, en los lugares privilegiados de la presencia del Señor: en los niños, los pobres, con quienes Él ha querido identificarse especialmente; en los enfermos, a los que el Papa llama ‘la carne sufriente de Cristo’; y del modo más intenso (…) en la Eucaristía.
También subraya el prelado un punto fundamental del espíritu del Opus Dei, la fe en la paternidad divina. “Sabernos hijos de Dios –dice– nos ayuda a vivir con confianza, gratitud y alegría. Nos invita a amar este mundo nuestro, con todos sus problemas y con toda su belleza”.
La periodista plantea algunas objeciones que a veces se hacen al Opus Dei: las experiencias de antiguos miembros que luego se apartaron sintiéndose heridos; el posible exceso de celo doctrinal; un voluntarismo que descuida la dimensión afectiva; el peligro de inmovilismo o de caer en la autocomplacencia. Mons. Ocáriz, sin dejar de reconocer errores, advierte también que “muchos problemas surgen cuando planteamos dilemas innecesarios o reducimos la realidad a estereotipos dialécticos: fidelidad o creatividad, ortodoxia o libertad, doctrina o vida…” Pero “la realidad no se deja encerrar en un esquema excluyente”. Por eso, cree que “hemos de vivir con una actitud integradora que es, por cierto, muy cristiana”.
Otras cuestiones que destaca Mons. Ocáriz son la necesidad de vivir con libertad de espíritu y la importancia del contacto personal para dar a conocer a Jesucristo: de “la sincera amistad, de persona a persona, que es siempre mutuamente enriquecedora”, dice. “Para la evangelización, resulta esencial el valor del testimonio y de compartir la propia experiencia de vida: es mucho más eficaz que los discursos teóricos”.  fuente,aceprensa.

Primavera de la Iglesia católica en Ucrania.











La Iglesia católica en Ucrania es poco conocida en Occidente. Mientras la atención de los medios se concentra en el conflicto con Rusia, Ucrania exhibe una gran vitalidad eclesial, tanto en la Iglesia Greco Católica como en la de Rito Latino, ambas perseguidas por el régimen comunista de la Unión Soviética.
En una entrevista con la agencia católica polaca KAI, el arzobispo de Lviv de los latinos, Mons. Mieczyslaw Mokrzycki, destacó la vitalidad de la Iglesia local:
¨La Iglesia católica en Ucrania -afirmó- aún está experimentando la primavera¨. El prelado recordó la reciente celebración de los 25 años de la restauración de las estructuras de la Iglesia Católica de rito latino en Ucrania tras la caída del comunismo. "Empezamos casi desde cero. Mi predecesor, el cardenal Marian Jaworski, cuando inició su gobierno pastoral en 1991, se encontró con sólo 8 sacerdotes y 12 templos en actividad", describió. "Actualmente, en la arquidiócesis de Lviv tenemos unos 250.000 fieles, 312 templos, 110 parroquias y trabajan en ellos 201 sacerdotes diocesanos y religiosos, entre ellos 50 polacos.
(Tomado del Boletín de Información ecuménica de la diócesis de Pamplona, julio 2017)

viernes, septiembre 15, 2017

La Dolorosa.












Hoy  los Dolores de María, la Madre de Jesús. Ella que tan desapercibida pasa por la vida pública de Jesús, está, está serena y dolorosa, llorosa, por ver a su Hijo en tal suplicio. Cuánto amor y sufrimiento llevó nuestra redención, nuestra salvación. La vida de María está llena de grandes alegrías y de grandes dolores. A veces, se oyen gentes, o nosotros mismos que decimos que Dios no nos comprende. Quizás somos nosotros quienes no comprendemos, porque no hay dolor como su dolor. Su Madre junto a la cruz. ella entregó a su Hijo para hacernos a todos hijos.

miércoles, septiembre 13, 2017

Margarita maría y la magia de la red.










Estuve en Puebla México en 2011; allí conocí a una profesora llamada así. Alguna vez tenia algún comentario en elblog de Margarita María, le dije, que saludos para Puebla.Me escribió y me aclaró que no era de Puebla,  ni Profesora allí. Hemos mantenido trato por el blog, tiene un hijo sacerdote.En una estancia que hizo en Madrid no pudimos vernos,pero me dejó un precioso detalle de una Virgen de Guadalupe en medalla. Muchas gracias Margarita maría y  familia. Solo por esta magia ha compensado el blog.