Dos discípulos de Emaús
Miércoles Santo
3 de abril
La historia del camino de Emaús es un poderoso recordatorio de la presencia constante de Jesús en nuestras vidas, incluso cuando nos sentimos perdidos, desanimados o abatidos. Al igual que los discípulos caminaban junto a Cristo sin reconocerlo, nosotros también podemos a veces no ver Su presencia y Su amor rodeándonos.
Es fácil caer en la trampa de hablar de Jesús en pasado, como si fuera una figura de la historia y no una presencia viva y activa en nuestras vidas. Podemos encontrarnos diciendo: “Jesús estuvo”, en lugar de reconocer que Él está siempre con nosotros, guiándonos, consolándonos y caminando a nuestro lado.
Como los discípulos de Emaús, podemos sentirnos agobiados por la tristeza, la decepción o el cansancio. Pero al igual que Cristo caminó con ellos, Él camina con nosotros, dispuesto a descubrir las razones de nuestra tristeza y a traernos esperanza y alegría.
Tomémonos un momento para reflexionar sobre nuestra propia vida y nuestra relación con Jesús. Abramos nuestros corazones a su presencia, a su amor y a su guía. Recordemos que Jesús no es una figura del pasado, sino una realidad viva en nuestras vidas de hoy, que nos ofrece consuelo, fuerza y esperanza. Caminemos con Él por nuestro propio camino de Emaús, sabiendo que Él está siempre a nuestro lado.
Gracias por comentar
ResponderEliminarMuy bello su blog
Mucha