«Miles» –soldado, llama el Apóstol al cristiano. Pues, en esta bendita y cristiana pelea de amor y de paz por la felicidad de las almas todas, hay, dentro de las filas de Dios, soldados cansados, hambrientos, rotos por las heridas..., pero alegres: llevan en el corazón las luces seguras de la victoria. (Surco, 75) No sabes si será decaimiento físico o una especie de cansancio interior lo que se ha apoderado de ti, o las dos cosas a la vez...: luchas sin lucha, sin el afán de una auténtica mejora positiva, para pegar la alegría y el amor de Cristo a las almas. Quiero recordarte las palabras claras del Espíritu Santo: sólo será coronado el que haya peleado «legitime» –de verdad, a pesar de los pesares. (Surco, 163) |
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