En este mes de otoño, donde caen las hojas y se cubren de ocre los bosques, la Iglesia nos recuerda a quienes nos han precedido en la vida y se purifican y de algún modo nos ayudan y les ayudamos. Qué sentido tiene visitar a los muertos, si no hay nada después? Una lágrima se seca, una flor se marchita...una oración siempre queda. Hasta el gran Habermas reconoce que la religión cristiana es necesaria para vivir sin Dios. Curioso.
Bueno, aquí en Argentina estamos viviendo una briosa primavera, los difuntos admiten doble lectura.
ResponderEliminarpor eso los incineran ahora... ¿no?
ResponderEliminarNo hay inconveniente en la incineración, siempre que no sea un gesto de rechazo a la resurección de la carne.
ResponderEliminarlo que yo queria, gracias
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