"No lloréis por mí si me queréis, si conocierais el don de Dios y lo que es el Cielo....¡si pudierais oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudierais ver con vuestros ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos ante los cuales todas las otras bellezas palidecen!
Creedme. Cuando la muerte venga a romper vuestras ligaduras, como ha roto las que a mi me encadenaban y, cuando un día, que Dios ha fijado y conoce, vuestra alma venga al Cielo en que os he precedido, ese día volveréis a ver a aquél que os amaba y que siempre os ama, y encontraréis su corazón lleno de ternura y purificado. Volveréis a verme transfigurado y feliz, no esperando la muerte, sino avanzando por los senderos de luz y vida".
Sinre,
ResponderEliminarMuy, muy bonito... una oración preciosa... Su pongo que el fondo es alegórico, en el sentido que San Agustín "habla" como estando en la Gloria Celestial.
Saludos