lunes, junio 13, 2011

Liuhecun, China.




Gentileza de Salvador Brañas, un formador de formadores.



Los fieles pagan juntos las multas por tener hijos No es fácil llegar a él, pero ya en los campos que le rodean aparecen pequeñas iglesitas católicas aquí y allí, una visión insólita en China después de la concienzuda destrucción de templos durante la Revolución Cultural. Lo primero que uno se encuentra a la entrada de Liuhecun son tres estatuas de santos de indudable romanidad: San Pedro con las Llaves del Reino, San Pablo y San Simón. La parroquia es una gran iglesia que imita el románico, flanqueada por unas palmeras de plástico amarillo y con banderines de alegres colores. Los banderines también están dentro del templo, en el que caben 3.000 personas y que se abarrota cada domingo. En la fachada de la iglesia, dos altavoces a plena potencia transmiten a todo el pueblo la recitación del Rosario que salmodian numerosos fieles durante la media hora anterior a la misa. El profesor Anthony E. Clark, un orientalista de la universidad de Whitworth (Washington) que está escribiendo un libro sobre mártires en China, hace un análisis sencillo: «Liuhecun es el mayor pueblo católico de China porque ha desarrollado estrategias para tener varios hijos, que luego son criados en hogares católicos devotos», escribe en su informe en «Ignatius Insight». Todos se apoyan para pagar solidariamente las multas por tener más de un hijo, y un enjambre de niños pulula por los bancos de la iglesia en misa. La mayoría de las familias rezan el Rosario cada día y tienen imágenes del Inmaculado Corazón de María. El pueblo dice que la Virgen se apareció varias veces en el verano de 1900, sobre el campanario, con ropas blancas al viento, protegiéndolos de la sangrienta Rebelión Boxer. Años después, el integrismo maoísta de la Revolución Cultural cerró la iglesia, pero los fieles pasaron a celebrar la misa en una lona en el campo. Un anciano de 90 años explica al profesor Clark como apalizaron a su tío franciscano hasta matarlo, pero el pueblo se mantuvo siempre fiel.Y en Zan Jia Cun, lluvia de vocacionesAunque Liuhecun exporta curas y seminaristas por el país, palidece en comparación con el pueblecito de Zan Jia Cun: 660 habitantes, 400 son católicos, y sin embargo de él han salido 7 curas, 1 diácono, 3 religiosas y 3 seminaristas. Su secreto, según el párroco: «Aquí las familias rezan juntas todos los días».



Tomemos nota, yo al menos.


12 comentarios:

  1. http://www.larazon.es/noticia/9983-liuhecun-el-pueblo-mas-catolico-de-china

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  2. Sí, pero a mi me lo mandó el Doctor Brañas...formador de formadores. Cómo va su blog?. Pelis muy raras que no he visto..

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  3. Esta gente tiene verdadero mérito. Y nosotros, que no tenemos más que facilidades, racaneando... Qué vergüenza y qué ejemplo.

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  4. No es por desanimar, pero parece una gota de agua en el Océano chino. El gigante chino, es más grande de lo que nos parece a nosotros aquí. Pensamos que ellos todos son iguales, pero nos separa un abismo cultural y religioso, que es tan variado como un puzzle con infinidad de piezas. Evangelizar allí y más sin saber su idioma (como van algunas familias cristianas) es casi una tarea de personas invisibles, ante lo que se cuece entre ellos. Y cuando se despiertan y descubren a los cristianos que eran invisibles e ignorados, se sienten agredidos y casi es peor. No es necesario forzar a la gente y violentar sus culturas, a veces es mejor intentar, en todo caso evangelizar a los de aquí, y allí integrarse pasando lo más desapercibido posible. Es mi más humilde opinión.

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  5. Pásese, amigo, que ya le echo en falta. Por la razón que sea los comentaristas han desaparecido. Y, extrañamente, me llegan cientos de visitas de su blog al mío. Al día.

    Saludos blogueros,

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  6. En el mundo biológico se le llama a eso parasitismo, pero es consentido y me alegro. Su blog de cine es el único que he enlazado., de cine imperfecto claro.

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  7. La Revolución Cultural fue una tropelía sin parangón que casi logra destruir una de las culturas más fascinantes de la humanidad, afortunadamente ni Mao ni nadie ha podido con la cultura China. El cristianismo podría penetrar en China, ya lo intentaron algunos misioneros de renombre, pero los chinos no renuncian a creencias para adoptar otras, los chinos adaptan todas sus creencia, así lo han hecho con el taoismo, el confucianismo y la adoración a los muertos.

    Yo creo que si se pretende de verdad evangelizar china, se debe hacer con otro punto de vista, tienen una cultura infinitamente más antigua que la nuestra, y si se quiere evangelizar la jerarquía debería hacer concesiones. Esto no es nuevo, casi excomulgan a Matteo Ricci por intentarlo.

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  8. El mensaje es rezar en familia t vivir a fondo la caridad, no hablamos de inculturaciones, ni historias.. En Occdieente nos encantan los analisis difíciles. A rezar, más y en familia...

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  9. No se trata de imponer la religión a ninguna cultura. Hay un Dios infinitamente sabio por encima de cualquier cultura y religión que hace que todos seamos iguales ante sus ojos. Somos nosotros quienes le ponemos a Él muchas caras y complicamos la historia de la salvación. Creando las diferencias. Quizas por eso en China con su maravillosa cultura y su sabiduria ancestral, estan comenzando a ver tambien en Jesucristo el rostro del Dios creador. Dios tiene muchos nombres segun las distintas culturas y religiones. Pero solo hay uno que penetra el corazón del hombre y le hace capaz de amar mas alla de sus propias limitaciones.

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  10. No es por hacerle mala sangre, Don Sin retorno, pero por mucho que Usted quiera hacer que todos los chinos del mundo, hagan instrucción, rezando todos los días el Rosario en familia, esto no va a suceder de momento, ni seguramente en otro momento. Lo más probable es que sigan haciendo lo que están haciendo hasta ahora, pero como ya sabemos, muy poco tiene que ver con conocer a Jesucristo y menos a la Virgen María. No quiero que le hierva la sangre, es sólo bajarle a la realidad, porque rezar el Rosario en familia, en Europa, que lo tenemos cerca, es algo que escasea. Un saludo

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  11. Es una historia muy bonita y un ejemplo para los "católicos aburguesados", al menos para mí. Yo la leí en Religión en Libertad y me ha alegrado verla aquí también, está bien que estas historias se difundan.

    Me ha parecido entender que lo que más le ha llamado la atención, don Sinretorno, es lo de rezar el rosario en familia. Lo primero en lo que me fijé yo fue en lo de los niños, teniendo en cuenta la política del hijo único y lo que significa desafiar a un gobierno como el chino. Y, mientras tanto, aquí en Occidente estamos difundiendo una mentalidad antinatalista basada en argumentos materiales. Claro que los dos aspectos de la noticia se complementan a la perfección ¿cómo se va a rezar en familia si no se tienen niños? En fin...recemos :)

    Por último, me han sorprendido (es una forma de hablar) los comentarios que, bajo una apariencia de respeto a su cultura, tratan a los chinos como seres inferiores a los europeos, incapaces de alcanzar la Verdad que nos hace libres, que es Cristo. A mí me parece que una buena muestra de que esto no es así es precisamente esta historia. Y sobre la diferencia entre inculturación y sincretismo, igual nos pueden informar los católicos que están en prisión a causa de su fe y la Iglesia de las catacumbas o incluso algunos miembros de la Iglesia Patriótica, como el sacerdote que la semana pasada se negó a ser ordenado obispo sin permiso de la Santa Sede. A ver si al final va resultar que los que tenemos que re-aprender somos nosotros de ellos.

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  12. El problema de la evangelización en China no es una cuestión de fe, es una cuestión de autoridad y control. En China manda el dictador de turno y si hay alguien (en este caso el Papa) que le haga sombra en el mandato se le persigue y elimina, no hay más que eso, es todo política y lo ha sido durante todos los años que los cristianos han llegado a China. Es por eso que el cristianismo no se permite y si se hace con el budismo por ejemplo.

    MariaJose no le quepa duda de que tenemos miles de cosas que aprender de los chinos.

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