Un niño cae en un zoo, cerca de un gorila 180 kilos. Las autoridades del zoo deciden matar al gorila para salvar al niño. A día de hoy todos conocemos que el gorila se llama Harambe, y que la madre del niño ha sido tachada en las redes de mala madre, descuidada y culpable de la muerte de Harambe. Declaro que estamos en una sociedad enferma y que el hombre y la mujer no están al mismo nivel ontológico y ético que los animales. Los animales no tienen derechos como no tienen deberes; merecen su lugar en la creación y en la medida que el hombre cuida de la naturaleza se sigue una responsabilidad en favor de los animales como garantes del ecosistema .
Ojalá el feto humano estuviese tan protegido como el del gorila.
La verdad es que yo aluciné en colores cuando vi la que se montó. Me dio mucha pena el pobre animal, pero el crío (que, por cierto, ¿cómo se llama? porque el nombre del gorila ya lo sabemos todos) estaba en grave peligro. Un dardo tranquilizante hace un agujero en la piel, habría tardado varios minutos en hacer efecto, pero el doloroso pinchazo inicial le habría puesto nervioso o, peor, furioso... Su respuesta hubiera sido imprevisible. Aun así, entiendo el dolor de los dueños del zoo.
ResponderEliminarSiempre, desde que recuerdo, he sido defensora de los animales. Ya lo era cuando no estaba "de moda", en los años setenta. En aquella época, los niños podían matar a un gato a pedradas en plena calle (yo fui testigo, siendo niña, de un terrible suceso de este tipo que todavía no he podido borrar de mi memoria) sin que nadie moviera un músculo por evitarlo. Era lo más normal del mundo y a mí me encendía en llamas que nadie hiciera nada... Jamás pensé que llegaría un día en que sintiera exactamente la misma indignación al comprobar que hay gente que hubiera firmado sin dudar por conservar la vida de un gorila en lugar de salvar la de un niño. Claro, niños hay muchos, y gorilas pocos. ¿Ese es el mejor argumento del que disponen?
¿Qué le pasa a todo el mundo? En menos de cuarenta años pasamos de maltratar a los animales sin motivo alguno a encumbrarlos por encima de nuestros hombros y colocar sus derechos por encima de los del ser humano... ¿Nadie sabe dónde está el bendito término medio? ¿En qué momento perdimos el rumbo?
Un abrazo, Daniel.
esa es la cuestión Ana; hemos mejorado, el maltrato animal está mal, porque nos hace peores,pero esto es un animalismo incoherente. Quizás los zoos deben desaparecer...
ResponderEliminarMás que desaparecer, quizás deberían ser más seguros. Yo estuve en el zoológico de Jerez hace años y me extrañó que animales potencialmente muy peligrosos, como el caimán, estuvieran relativamene al alcance de las manos de los visitantes. Un niño podría haber saltado perfectamente la valla y haberse acercado al caimán sin problemas. Hay animales en peligro de extinción que están más seguros en zoológicos y otros espacios protegidos, siempre que estén bien cuidados. Ese pobre gorila, en su lugar de origen, seguramente hace mucho que habría sido víctima de la caza furtiva :-( En fin, un tema delicado y complejo.
ResponderEliminarBesos!
Estamos locos!,,,
ResponderEliminarSiempre el niño. Sin lugar a dudas.
ResponderEliminarJyy+
PD Basta ya de estupideces