Quien esta noche ha aterrizado en Madrid en el Air Force One no será aquel chico delgado de 26 años (Barry, para los amigos), que en 1987 se movía por España con su mochila al hombro. Hoy, Barack Obama, es un hombre que dentro de unas semanas cumplirá 55 años, presidente del primer poder político, militar y social del mundo. Pero, todo hay que decirlo, en el final de su segundo mandato, casi por sorpresa, en su tiempo de descuento (lame duck).
El ocaso de una Presidencia tiene algo de otoñal. Se mezcla mucha nostalgia con algo de esperanza. La primera, por lo que uno pudo hacer y no hizo, por lo que la Historia triturará sin compasión o mantendrá en el texto o a pie de nota. La esperanza suele moverse en torno al prestigio futuro. De ahí sus posibles memorias, la biblioteca presidencial en construcción y, en el caso de Obama, el traspaso de su legado a Hillary Clinton.
Es curioso cómo los enemigos de ayer se convierten en imprescindibles de hoy. Esto es especialmente notable en Obama. Su más íntima enemiga en las presidenciales de 2008 es hoy su esperanza de supervivencia. Me sonreí al leer que, en el Senado, Obama odiaba especialmente a los muy locuaces. Tras aguantar un incesante monólogo a cargo del senador Joe Biden durante una audiencia legislativa de la Comisión, Obama le pasó una nota a un senador vecino en la que ponía: «Pégame un tiro ahora mismo». Hoy Biden es su vicepresidente.
Uno de los fenómenos más interesantes de su presidencia es el efecto obamanía, esto es, el progresivo retroceso del antiamericanismo en el mundo y la sustitución por un movimiento de simpatía hacia el afroamericano que hoy visita España. Comenzando con Norteamérica, Obama goza de una ratio de aprobación del 56%, el más alto desde la ejecución de Bin Laden.
En Europa, un amplio análisis del Pew Research Center (uno de los think tanksindependientes más prestigioso de EEUU) acaba de mostrar estos datos: la popularidad de Obama en Alemania es del 86%, en Francia alcanza el 84%, Reino Unido roza el 80%, y España supera el 75%. Nada comparable a los índices de popularidad de George W. Bush en sus últimos años, aunque cuando visitó España en julio de 2001 todavía no se había precipitado al vacío.
Desde luego, también en España, pequeños grupos contrarios a lo que representa Obama para España las bases americanas anuncian que entonarán un go homecallejero, pero no creo que llegue la sangre al río. Tengo curiosidad de comprobar la reacción de los manifestantes al ver a su líder departiendo con el líder estadounidense, mientras ellos asumen en la calle parte del programa del grupo emergente.
¿Cuáles son las razones de esa obamanía?
Obama no es un presidente «transformador», como lo fueron Franklin Roosevelt y Ronald Reagan. Lo que se ha llamado «la coalición» del primero duró 36 años (1932-1968), salvo el paréntesis de Eisenhower , y la de Reagan, a pesar de la presidencia de Clinton, duró casi 30 años (1980-2008). En cuanto el presidente afroamericano, si logra que Hillary siga con su legado ya es bastante. Tampoco es un presidente de tercera vía, es decir, aquellos que Stephen Skowronek, historiador de Yale, define como los que tienden a apropiarse de la agenda política de sus oponentes y a llevarla a la práctica después de limar los filos más cortantes. Tal fue el caso de Woodrow Wilson o Dwight Eisenhower. El afroamericano es un demócrata de pura cepa, sin demasiadas concesiones a los republicanos.
Me parece, que la razón del éxito de Obama radica en dos razones. La primera es que ha evitado «traer ataúdes a casa». Quiero decir, que en los conflictos armados heredados (Afganistán, Irak) se ha replegado, procurando evitar el choque cuerpo a cuerpo. De ahí el éxito de su política militar de «drones». El segundo, es que le ha pasado lo que a Bill Clinton. Su periodo de servicio público ha sido bastante sereno -si se excluye la guerra de guerrillas con Daesh-, sin demasiadas crisis internacionales.
Se le recordará como un presidente «que ocupó el cargo antes de que la historia reanudara su cruento baile de conflictos, antes de que la vida volviera a ponerse seria», como diría Joe Klein. Por lo demás, instintivamente ha procurado apagar los conflictos tendiendo la mano: Irán, Cuba, ahora Venezuela, etc. Tiene el inconveniente de que a veces te la muerdan, pero en general hoy la conciliación goza de cierto glamour. Sin contar que ha creado casi 11 millones de empleos, que el crecimiento de EEUU lleva más de cuatro años subiendo en flecha y que la mejora de la balanza de pagos ha sido importante. Desde luego, sus parámetros de ética social son muy discutibles -es un maestro en seguir los cauces de lo políticamente correcto-, pero eso no parece percibirse demasiado por la opinión pública.
Es interesante constatar que los comunicados oficiales de las visitas a España de Eisenhower (21 de diciembre de 1959) y Obama prácticamente coinciden en sus líneas generales. Ambos hablaron de un común objetivo: «Fortalecer los vínculos de colaboración entre ambos países».
Entiéndase bien: ante todo, los vínculos militares. Existe una continuidad en los objetivos norteamericanos en sus acercamientos a España. La rápida visita de Obama a Rota (Eisenhower la inició en la antigua base de Torrejón de Ardoz) es una manifestación de que EEUU ve en esas bases «la punta de lanza de la OTAN» en escenarios de «despliegues inmediatos». Los más de cuatro mil efectivos estadounidenses desplegados son esenciales en la geoestrategia diseñada por su defensa.
Si además, eso coincide con que el mando terrestre en la OTAN de la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF) ha correspondido a España hasta hace unos días, mejor que mejor. En realidad, esta visita de Obama supone una muestra de agradecimiento a España por su cooperación militar.
Probablemente Obama sugerirá a Rajoy un aumento en el presupuesto militar español, actualmente en un 0.9% del PIB, muy por debajo del 2% que le gustaría a Estados Unidos. No es seguro que, en la actual coyuntura de «austeridad», el presidente del Gobierno en funciones acceda.
España es poco conocida en Estados Unidos. Sin embargo la ignorancia sobre nuestro país va mejorando con el inteligente recurso español a los «creadores de lluvia», esto es, los lobbies de Washington que pueden conseguir que «llueva adecuadamente» para su cliente en la maraña de los intereses creados en torno a los departamentos gubernamentales estadounidenses.
De este modo, comienzan a valorarse las importantes inversiones españolas en Iberoamérica, que cada vez tienen mayor trascendencia para EEUU en lo que se llama su «patio trasero». Sin contar con el empuje de la comunidad hispana -cuya influencia electoral es decisiva-, así como la importancia del idioma español. El propio Obama (poniendo como ejemplo a su hija) animó hace poco a los norteamericanos a aprenderlo, ya que hoy se habla más castellano en Estados Unidos que en España. Según un informe del Instituto Cervantes en EEUU residen 41 millones de personas que hablan español de forma nativa, a los que se suman casi dos millones de personas bilingües.
De todo ello conversará Obama con el Rey y Rajoy. Desde luego -lo pondrá sobre la mesa con Iglesias, Sánchez y Rivera-, también del futuro político de España, después de las elecciones del 26 de junio, y del horizonte previsible para Estados Unidos, tras las elecciones presidenciales del próximo noviembre. Sin olvidar el intercambio de experiencias en la lucha contra el Daesh, y la posible colaboración de España, en los enrevesados pasillos de Bruselas, después del vacío que para los americanos supone la espantada de la UE de sus primos británicos tras el Brexit.
Si algo hay seguro es que Obama no volverá a visitar España como presidente, ni probablemente como mochilero. ¿Y Rajoy? Su problema es si paseará por España como presidente en funciones, presidente ejecutivo (como desea Obama) o simple registrador de la propiedad. Pero esa es otra cuestión. Lo que ahora procede es un cortés : «Bienvenido, señor presidente».
- Rafael Navarro-Valls es catedrático, académico y autor del libro 'Entre dos orillas: de Obama a Francisco'
Seré muy elemental pero después de escuchar,hoy,a Rajoy ,quiero lo mismo que Obama (que no es santo de mi devoción precisamente).Un abrazo de Janusa
ResponderEliminarDa gusto leer a Mr Navarro Valls
ResponderEliminarSiempre me gustó Navarro Valls...es una mente clara y objetiva. Menudo lio tenemos con nuestro panorama politico...la de oraciones que esta gastando este grupo de politicos que estan absorvidos por el poder....
ResponderEliminarMientras no vayamos a la raiz...creo que tenemos para rato. la raiz enferma es el derecho a abortar.
Don Rafael hace análisis y estudia al "Cesar" de forma magistral y envidio su manera de estar en este mundo.
ResponderEliminarPero a los "cesares" les veo el plumero a km de distancia ya y no es mérito mío.
Qué cosas Señor, qué mundo este, qué vida esta!
Yo espero siempre lo mejor y me preparo para lo peor, independientemente (desgraciadamente les tengo que tener en cuenta) de los "líderes" de este mundo y sus circunstancias que dan risa, si no fuera porque pueden traer mucho dolor a la gente.
He dicho...y al Señor Obama, a Trump o a Hillary les tengo tan calados!!! que me canso.
Yo hablo de mi Jesús, de mi libro!
Jyy+
Mi trabajo es mover dinero...la semana pasada creo que moví unos 60 MM de Euros.
ResponderEliminarSoy un ratón de Dios en este mundo y mi objetivo es que de esos 60, unos 2 o 3 vuelvan a ser dinero de Dios para buenas cosas.
Si no fuera así...no podría aguantar este trabajo, para el que el Señor parece que me dio cierta habilidad. ¿Mi sueño?
Una huerta, un corral de gallinas...en mi tierra del Norte.
Jyy+
Nuestra querida hermanita "Gosspi"
ResponderEliminarHa dado usted en el clavo! (no se si fue alguno de las muñecas o le de los pies...o todos a la vez)
Este es un mundo que expulsa a Nuestro Padre, a nuestro Dios, Único y Verdadero!!!!! a nuestro Jesús (Hombre y Dios), al Amor, a nuestra Madre, a San José, a las legiones de ángeles, a nuestra familia del Cielo (la Triunfante y la Purgante).
Oh! Señor! ven pronto por favor. Ya se, ya se, ya se que estoy loco.
Pero. Oh! Señor llévame pronto.Según tu Voluntad siempre.
Jyy+