miércoles, agosto 21, 2024

Sea.



 En este mundo, si trabajas para alguien u obedeces a alguien, esa persona obtiene un beneficio económico de tu trabajo, o incrementa su poder. Dios, sin embargo, no necesita nada de nosotros, todo lo tiene en su mano y su poder es absoluto. Si nos llama a trabajar para Él, no es para enriquecerse. Es para endiosarnos a nosotros, para hacernos partícipes de su interior y para que hagamos sus obras.


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