Se amaban locamente, se casaron, eran pobres de solemnidad, muy pobres. Al llegar su aniversario, pensaron cada uno en regalarse algo. El vendió su pipa en la que hacía tiempo que no fumaba nada, ella se cortó parte de su bellísimo pelo, para comprar el regalo. Llegó el día , el le regaló un peine precioso, ella tabaco para fumar en pipa. Se hicieron muy felices.
Muy bueno, el amor ni se mide , ni pesa, ni se puede traducir en dinero, como la belleza, el bien, la verdad. Tenemos alma.
ResponderEliminarDe donde te inventas esa historia? Pon al menos la fuente.
ResponderEliminarEsto me trae a la memoria las clases de árabe en la universidad: todos los cuentos eran combinaciones de princesas melancólicas, babuchas, elefantes y margaritas. Por favor, vuelve al mundo.
ResponderEliminarEsto me recuerda a un conocido mío que tenía una novia un poco así, y le regaló un lápiz de labios porque nunca se pintaba, y seguía sin pintarse hasta que le dijimos claramente que su novia era un manolón. Lo siento, pero fue así, todos nos dábamos cuenta pero él no... No sé si tiene algo que ver con esta anécdota pero me lo ha recordado.
ResponderEliminarEl amor es todo eso y mucho más.¡Qué suerte estar enamorado!
ResponderEliminarHOla,!!!
ResponderEliminarPuedes indicarme la fuente de la historia? Estoy muy interesada en tener el texto completo.
Gracias.
Un salud0.
Por cierto, ¡es buenísimo!!