martes, septiembre 27, 2005

La anciana de mi espera.

Las estaciones de buses reúnen un conjunto de población extraña. Mendigos, descolocados,colocados,algún choricete. Se me acercó una señora. Tenía buena pinta, excepto por los pelos duros y blancos que marcaban su boca. Me dijo que tenía 81 años, que dónde iba, que a San Sebatián, que a gusto se vendría conmigo. Tenía varios recortes de prensa donde salía, en el camino de santiago, leyendo libros. Fue durante muchos años maestra, recordaba generaciones de alumnos, algunos famosos. Se notaba que su discurso era errático. Me habló de la soledad y de que le gustaba hablar, cosa que estaba comprobando. Necesitamos que nos escuchen. Quien mejor te escucha es Dios, se podría decir que sólo El sabe escuchar. Le invité a un café con leche, me lo agradeció pero no tomaba nada entre horas.

1 comentario:

  1. si, pero también Dios pone a gente buena, para que nos escuche o a veces nos pone a nosotros a escuchar, buena semana!!

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