Dios creó el mundo; lo visible y lo invisible. Algunos ángeles se rebelaron y se hicieron espíritus del mal. Los hombres y las mujeres pecamos y quedamos heridos, vulnerados, débiles, enfermos. Tanto amó Dios a los hombres que se hizo uno de ellos, igual en todo menos en el pecado. Para nacer de un vientre de mujer; para llorar, reir, jugar,comer, aprender a andar, hablar, amar, trabajar, rezar, leer, obedecer. Conocer la miseria de hace 2000 años, las lepras, las viudas con hijos jóvenes muertos, ciegos, sordos, paralíticos, jefes egoístas, maestros falsos, pastores de pedrada y tente tieso, prostitutas y amigos de la noche, adúlteras, discípulos que pretenden sentarse a derecha o izquierda, envidiosos, bocazas, cortos de espíritu y de miras; amigos que se mueren y llorar por ellos a gusto, mujeres fieles, nobles, pobres, ladrones. Y no sólo eso. Se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, por nuestros pecados, por mis pecados: conocer el miedo, la angustia, la soledad, el escarnio, el insulto, el maltrato físico, la tortura, el juicio injusto, las naúseas, la fatiga, los clavos, las zancadillas, los empujones, la desnudez, la exposición a la turba...todo se ha consumado, como para que nadie puediese decir "no sabes lo que es esto", sí Lo sé y lo que es morir. Y al tercer día resucitó, para siempre , de entre los muertos, para que nosotros resucitemos también. Ese es el Dios de los cristianos.
Ése es, cierto. Deo gratias.
ResponderEliminarReconforta mucho su blog.Gracias
ResponderEliminarEra inimaginable todo lo que ha hecho
ResponderEliminar¡Qué grande es nuestro Dios!