Las familias cristianas no son angelicales. Los pecados (soberbia, ira,
inoportunidad, victimismo, quejas,vagancia, falta de tacto, llevar la contraria,
capricho, etc) nos afectan a todos. Las dos hermanas gemelas sugieren cenar
todos juntos( en total diez, no son muchos). Desde las seis preparando todo,los
niños y mayores ayudan. Los pequeños están más nerviosos. No cabemos en la mesa,
al peque no le hace gracia estar en mesa aparte y más baja, comienza su mosqueo
que irá en aumento. Su tío le dice que calle, su madre le dice al tío que él no
manda, el padre se pone serio, el abuelo no aguanta y empieza a decir cosas
inconexas. El abuelo reclama el vino bueno, una de las hijas le dice que basta
de beber, el que juega al basket dice que él es el puto amo, que lo único que le
gusta es el jamón y que falta pan, alguien le sugiere que vaya a por él. El rape
está bueno pero media botella de cocacola acaba de caer en los mejilones. El
ambiente se tensa, menos mal que llega el postre y el turrón. Se pone la tele.
El abuelo domina el mando y se engancha en la ETB 1 donde unos tíos bailan al
son de una acordeón.La madre dice que por ella ya se habría ido a la cama. Leti
con voz de pito solicita continuamente que se ponga la cuatro para las
campanadas, Carlos dice que veamos las de la uno. No se puede salir a la terraza
a fumar porque está sucia. Los tres peques empiezan a comer las uvas mientras el
hermano mayor da las campanadas en una botella medio vacía de cava. El tío está
mosca desde que le mandaron callar. Leti dice que las campanadas buenas son las
de la cuatro, el abuelo dice que es el último año que pasa esto. La tía llora
con recuerdos,el peque estira sus pies en el sillón. Suena el teléfono con una
amiga petarda de una de las hermanas, todos le dicen que vaya lagarta y pesada
la que llama. El abuelo saca orfidales para tomar en vez de uvas. Por fin vemos
las campanas de la uno. Leti llora con su gorrito y gafas de cotillón. Se cae el
resto de la botella sobre el cenicero. Alguien sugiere cantar un villancico. El
abuelo dice que no. Hogar, dulce hogar; siempre pensando que este año saldrá
todo mejor. Desde el Belén me pareció que el niño Jesús se reía. Feliz año, viva
la familia. ( de este blog, nochevieja de 2009) . Gracias Señor, perdona y ayúdame más. FELIZ AÑO A TODOS!!!!!!!!!!!!
CINCO CLAVES DEL HOBBIT
1) Sal de tu pequeño agujero hobbit: complícate la vida
Bilbo Bolsón estaba cómodamente instalado en un estuche, en su agujero hobbit- in a hole lived a hobbit (homo+rabbit). Su confort se ve interrumpido por una llamada a transformar el mundo: Gandalf y los Enanos le convocan a una increíble aventura. La inercia del mediocre (del típico occidental opulento) es quedarse en casa junto al fuego (o frente a la pantalla). Pero en Bilbo se despierta otro fuego latente en su sangre... y sale a los caminos. No tiene muy claro lo que puede aportar, pero sí intuye que tiene una misión. Se siente convocado a salir de su pequeño mundo confortable.
2) Muévete, busca buenos guías, confía y llegarás
Como sabe cualquiera que haya subido a la alta montaña, en el camino se crece. Se aprende a viajar con menos cosas... muchas cosas materiales dejan de parecer imprescindibles y se quedan atrás, la persona y el alma se robustecen. Caminando se aprecia más a los compañeros de cordada. Como le sucede a Bilbo con los Enanos. Siempre se aprende más de los guías veteranos que de un buen plano. Bilbo se fía y aprende de Gandalf. Pero los guías en cierto momento le dejan a uno solo, para que aprenda a volar y a valerse por su cuenta. Por el camino, se ganan tesoros y sabiduría. Nada de eso se ganaría sentado en casa.
3) Demasiadas casualidades juntas no suceden por azar
Una y otra vez, Bilbo tiene una extraña suerte. No es otro sino él quien encuentra la fortuna. ¿Es él quien encuentra el Anillo o els el Anillo quien lo encuentra a él?. Se van sumando demasiadas casualidades Qué casualidad que él, una y otra vez, encuentre justo lo necesario, llegue justo en el momento... El lector espabilado advierte que no es suerte. Se puede descubrir un designio providencial. Gandalf lo deja claro al final: "no pensarás que todas tus aventuras y escapadas eran mera suerte, sólo para tu beneficio, ¿verdad?"
Nietzsche se equivocaba al fiarlo todo al triunfo de la voluntad y más se equivocó Hitler cuando siguió tal planteamiento. No es cuestión sólo de voluntad, hay una asistencia sobrenatural. En El Señor de los Anillos se ve más claro: ¡no es Frodo quien con todos sus esfuerzos destruye el Anillo maligno! Hay algo más. Una plan, un designio, una Providencia.
4) Busca el bien con toda tu valentía, que el mal ya te lo encontrarás
La virtud es el hábito de optar por lo bueno, elegir lo bueno y fortalecerse en el bien habitual. Bilbo supera su miedo una vez, y luego otra, y otra, y acaba haciéndose valiente. Repetir actos de valentía le hace a uno cada vez más valiente. Al abandonar su cómodo agujero, se hace desprendido y generoso. Hacer actos repetidos de generosidad, le hace a uno más generoso. Bilbo no es grande ni fuerte, pero no se rinde: y al final consigue grandes cosas. La gente que se ve pequeña, como los hobbits, son muchas veces el elemento crucial para resolver los asuntos más grandes.
5) Con los dragones no se negocia;
Con el dragón no se puede negociar, ni jugar a acertijos ni llegar a un pacto: el dragón al final te devora. Cuanto menos se arriesgue uno con el dragón, mejor.
1) Sal de tu pequeño agujero hobbit: complícate la vida
Bilbo Bolsón estaba cómodamente instalado en un estuche, en su agujero hobbit- in a hole lived a hobbit (homo+rabbit). Su confort se ve interrumpido por una llamada a transformar el mundo: Gandalf y los Enanos le convocan a una increíble aventura. La inercia del mediocre (del típico occidental opulento) es quedarse en casa junto al fuego (o frente a la pantalla). Pero en Bilbo se despierta otro fuego latente en su sangre... y sale a los caminos. No tiene muy claro lo que puede aportar, pero sí intuye que tiene una misión. Se siente convocado a salir de su pequeño mundo confortable.
2) Muévete, busca buenos guías, confía y llegarás
Como sabe cualquiera que haya subido a la alta montaña, en el camino se crece. Se aprende a viajar con menos cosas... muchas cosas materiales dejan de parecer imprescindibles y se quedan atrás, la persona y el alma se robustecen. Caminando se aprecia más a los compañeros de cordada. Como le sucede a Bilbo con los Enanos. Siempre se aprende más de los guías veteranos que de un buen plano. Bilbo se fía y aprende de Gandalf. Pero los guías en cierto momento le dejan a uno solo, para que aprenda a volar y a valerse por su cuenta. Por el camino, se ganan tesoros y sabiduría. Nada de eso se ganaría sentado en casa.
3) Demasiadas casualidades juntas no suceden por azar
Una y otra vez, Bilbo tiene una extraña suerte. No es otro sino él quien encuentra la fortuna. ¿Es él quien encuentra el Anillo o els el Anillo quien lo encuentra a él?. Se van sumando demasiadas casualidades Qué casualidad que él, una y otra vez, encuentre justo lo necesario, llegue justo en el momento... El lector espabilado advierte que no es suerte. Se puede descubrir un designio providencial. Gandalf lo deja claro al final: "no pensarás que todas tus aventuras y escapadas eran mera suerte, sólo para tu beneficio, ¿verdad?"
Nietzsche se equivocaba al fiarlo todo al triunfo de la voluntad y más se equivocó Hitler cuando siguió tal planteamiento. No es cuestión sólo de voluntad, hay una asistencia sobrenatural. En El Señor de los Anillos se ve más claro: ¡no es Frodo quien con todos sus esfuerzos destruye el Anillo maligno! Hay algo más. Una plan, un designio, una Providencia.
4) Busca el bien con toda tu valentía, que el mal ya te lo encontrarás
La virtud es el hábito de optar por lo bueno, elegir lo bueno y fortalecerse en el bien habitual. Bilbo supera su miedo una vez, y luego otra, y otra, y acaba haciéndose valiente. Repetir actos de valentía le hace a uno cada vez más valiente. Al abandonar su cómodo agujero, se hace desprendido y generoso. Hacer actos repetidos de generosidad, le hace a uno más generoso. Bilbo no es grande ni fuerte, pero no se rinde: y al final consigue grandes cosas. La gente que se ve pequeña, como los hobbits, son muchas veces el elemento crucial para resolver los asuntos más grandes.
5) Con los dragones no se negocia;
Con el dragón no se puede negociar, ni jugar a acertijos ni llegar a un pacto: el dragón al final te devora. Cuanto menos se arriesgue uno con el dragón, mejor.