“La modernidad y los creyentes [visto por un pensador judío, de nombre árabe y converso al catolicismo]”
entrevista /fuente: revista huellas/ http://www.aceprensa.com/ /martes 24 de de enero 2012
Extracto de una entrevista a Fabrice Hadjadj publicada en la revista Huellas:
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La modernidad ha generado una gran incertidumbre, ha dado al hombre certezas falsas, ¿por dónde pasa el camino para reconstruir la certeza?
Es cierto, la modernidad ha propuesto varias certezas falsas. Podemos afirmar que lo que ha marcado de forma negativa la modernidad es una especie de ruptura, pero se trata de una ruptura que tiene muchos aspectos positivos. Ha transformado en valores algunos elementos esenciales del cristianismo. Pienso, por ejemplo, en la libertad humana, la justicia social, la dignidad de la persona, el hombre que asume toda la responsabilidad de su propia vida (…)
¿De qué tentación deben cuidarse más los creyentes de hoy?
Si miramos las tres tentaciones de Jesús en el desierto, vemos que las tres están ligadas entre sí: existe siempre el riesgo de pasar de una fe sólo material a una descarnada (el espiritualismo), o a una fe que confunde carne y espíritu. Me cuidaría mucho de la tentación diabólica de perseguir la gloria humana más que la divina. Un ejemplo es creer servir a la Iglesia haciendo propaganda de estilo publicitario, olvidando que el fin no es conseguir clientes, sino encontrar personas.
No comparto la nueva evangelización preocupada solamente por las tecnologías digitales: éstas pueden sernos útiles, pero no son esenciales. El cristianismo no es una técnica de comunicación sino una vida de comunión basada en el encuentro con una Persona, Cristo.
Y, por tanto, la mejor “técnica” será siempre ir de dos en dos a encontrarse con las personas físicamente: no es casualidad que todos los sacramentos supongan la proximidad física. Desde el momento en que los sacerdotes se centran en las preocupaciones tecnológicas, hemos perdido de vista la esencialidad de los sacramentos (…)
Si tuviera que contar a un “ateo” lo que está viviendo, ¿de qué partiría?
Pienso que, ante todo, es necesario evitar las etiquetas. Es muy difícil definirse “ateo”. Pero si alguno se definiera así, para ser coherente no debería divinizar nada en lugar de Dios, ningún otro ídolo: dinero, técnica, comunismo… Hoy en día está de moda decir “soy ateo”, “soy homosexual”, etc… Nadie dice: “soy un hombre”. Lo importante para el creyente es comprender que ante él tiene siempre a un hombre. Uno que está como yo expuesto al pecado y a la muerte y que tal vez es un poco menos consciente del Misterio.
Pero, como yo, es alguien rodeado por un desconocido. Antes de ponernos a discutir con un “ateo”, hay que sentir y vivir esta fraternidad humana: ¿sois capaces de reír juntos?, ¿y de cantar juntos? Sólo a partir de ese momento podremos dialogar. Los cristianos dicen que no hay que acostarse con una chica antes de haber hecho todo el recorrido del noviazgo, y sin embargo al mismo tiempo existen cristianos que dicen que habría que discutir con el ateo sin pasar por un periodo de “noviazgo”: es una contradicción total.
Estás en un blog espumoso, intimista, paradójico; de lo humano y de lo divino. No soy mejor que tú... Me propongo hablar a la cara y que me hables a la cara, sin caretas, sin retorno, a quemarropa... blog del Profesor Tirapu
Hola, mi pregunta no es a "quemarropa" no es con animo de discutir, sino de dialogar,pero de verdad me gustaría que fuera lo mas sincero posible.Mi pregunta es:¿ Que piensas como ministro de la iglesia, sobre el Cristo de Medinaceli? ¿Esta en armonía con Jesús de Nazaret? Gracias.
ResponderEliminarEnprimer lugar muchas gracias, pero no soy ministro de la Iglesia. Soy un fiel bautizado. El Cristo de Medinaceli estaría en la línea de la devoción popular; una imagen venerada, muy querida especialmente por el pueblo de Madrid, que le ha confiado y confía su dudas, sus peticiones, sus necesidades, sus promesas. Para mucha gente puede ser su entronque con el Jesús de Nazaret. Evidentemente una mera devoción debe ser purificada con la lectura de la palabra de Dios, la práctica de los sacramentos, la caridad con los demás y la coherencia de vida, pero estoy seguro que esa devoción hace mucho bien. Claro que ser cristiano es ser dicípulo de Cristo que es más que ser devoto del Cristo de Medinaceli, en mi opinión.
ResponderEliminarDesde luego, da para pensar. ¡Gracias!
ResponderEliminarLa práctica devocional en España es característica de nuestro pueblo, que siempre ha manifestado sus opiniones de manera extremadamente visible. Sino remitámonos a los que gritan más al Papa en su presencia, los españoles, y quienes son los que más jaleo destilan por las calles de nuestro país en verano, nosotros mismos, y de dónde salió el 15M, en España y las revueltas de Valencia etc.
ResponderEliminarNosotros, como pueblo, siempre hemos manifestado nuestra opinión en la calle, es propio del ciudadano español, entre otras cosas porque nos lo permite el clima.
donsin,
ResponderEliminarMe ha gustado cuando el entrevistado dice algo así como que para dialogar con el "ateo" hay que hacer un noviaje. Yo eso lo entiendo a mi manera que es: dialogar con quien sea siempre que el otro demuestre sincera búsqueda de la verdad.
Saludos
siempre haciéndonos reflexionar hacia lo esencial con tus aportaciones, Sinret.
ResponderEliminarsaludos blogueros
El ateo es un contrasentido en sí mismo, el agnóstico, no. Al agnóstico jamás se le puede rebatir.
ResponderEliminarGracias por contestarme.Saludos
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