
Cuenta un autor teatral la siguiente escena. Un conductor, tenso, preocupado, conduce con habilidad. Nota un pinchazo. Firme, con rapidez , despliega el material para el cambio de rueda. Mira el reloj. A las horas sigue sentado con la nueva rueda puesta. Y piensa," por qué tanta prisa para cambiar la rueda si no sé dónde voy". Muchas veces pasamos la vida cambiando ruedas sin saber dónde vamos.
2 comentarios:
Casi siempre son tan importantes las pausas como el propio bagaje ...
Saludos profesor .
Creo que siempre hemos de saber dónde vamos.El pinchazo en sí tiene arreglo siempre;otra cosa es cuando nos dirigimos hacia el pinchazo sabiéndolo..
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