La barba del infame gordo con aspecto de botella de Coca-Cola es blanca, tupida y lustrosa, ideal guarida tanto de fideos como de chinches. La barba del Bautista es oscura y recia; cada pelo se delata a sí mismo.
El de la barba blanca es obeso, y aún así presume de entrar en las casas por las chimeneas. El nuncio del Cordero es delgado y austero, sobrio como su embajada. Vivía en el desierto (…) se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
El gordo, que grita «¡Jo, jo, jo!», invita a los hombres a comprar, gastar, comer y beber. El hijo de Zacarías invita a los hombres a esperar con sobriedad al que viene: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Mira: las dos navidades no son compatibles. O haces caso al Bautista y esperas al Señor en oración, silencio y austeridad, o sigues al gordo de las barbas y esperas la navidad en unos grandes almacenes, soltando dinero y embriagándote en comidas de empresa. Pero tienes que elegir; no puedes celebrar, a un tiempo las dos navidades. http://www.espiritualidaddigital.com/
4 comentarios:
Muy fácil decirlo,hay que seguir al Bautista ,pero el gordo nos tienta con todo lo mundano y es muy difícil decir que no...
hay que celebrara con alegría, que para eso es fiesta...
Guay la entrada, espero seguir al bautista; aunque de cenas opíparas con un poco de cava, no se salva casi nadie el 24 de diciembre y el 31 de enero...
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He dejado una entrada titulada "Testamento", por si quieres leerla, es la última entrada que he escrito en mi blog. Dios te bendiga:
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Javier
Una entrada para pensar, es cierto! en mi casa, papa Noel poco...Saludos, :))
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