lunes, mayo 28, 2012

Espíritu.

Uno de los significados de la palabra “espíritu” es ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo. Cuando nos falta el “espíritu” nos sentimos languidecer. No solamente puede debilitarse el cuerpo - por ejemplo, en la enfermedad - , sino que también el “espíritu” puede abatirse.




Aunque mejoremos nuestras condiciones de vida – la vivienda, el bienestar material, la comodidad – , si nuestro espíritu no está fuerte, entonces no encontraremos la felicidad. Incluso teniéndolo todo, nos parecerá que las cosas, y que la misma existencia, no merecen demasiado la pena.



El “espíritu” es también un modo de denominar nuestra alma. Los hombres somos seres “espirituales”, dotados de “espíritu”; es decir, llamados a un fin sobrenatural, destinados, desde la creación, a ser elevados, por pura gracia, a la comunión con Dios (cf Catecismo 367).



La solemnidad de Pentecostés nos recuerda que la fuerza y la energía interior nos vienen de Dios, y que la realización de esa capacidad de nuestra alma de ser elevada al plano de lo divino es también una obra de Dios, del Espíritu de Dios.



Dios, que nos ha creado, ha querido comunicarse a nosotros para salvarnos. Esta comunicación de Dios a los hombres ha tenido lugar por el envío de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, que, con su Pascua, nos ha redimido, rescatándonos del pecado y de la muerte y haciéndonos partícipes, por la Resurrección, de su vida nueva. Pero la obra de Jesucristo es inseparable del envío del Espíritu Santo.



Dios no solamente ha querido morar entre nosotros por la Encarnación de su Hijo, sino que ha querido también habitar dentro de nosotros, por la efusión de su Espíritu. El Espíritu Santo es lo más íntimo de Dios, porque Dios es, en su esencia, amor y el Espíritu es, en el seno de la Trinidad, el amor personal de Dios, el amor en persona, la Persona que es el amor (cf Juan Pablo II, Dominum et Vivificantem, 10).



El Espíritu Santo es el amor del Padre y del Hijo y, queriendo Dios dárnoslo todo, no solo nos ha enviado a su Hijo, sino que ha hecho de su amor personal un don, el don del Espíritu Santo, que el Padre y el Hijo derraman en nuestros corazones.



Por la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, “la Iglesia se manifestó públicamente delante de la multitud, empezó la difusión del Evangelio entre las gentes por la predicación, y por fin quedó prefigurada la unión de los pueblos en la catolicidad de la fe por la Iglesia de la Nueva Alianza, que en todas las lenguas se expresa, las entiende y abraza en la caridad y supera de esta forma la dispersión de Babel.” (Ad gentes, 4).







El Espíritu Santo es la fuerza de Dios que nos permite amar como Dios ama, con ese amor hasta el extremo que se simboliza en el Sagrado Corazón de Jesús. El Espíritu Santo, la Persona-amor, infunde en nuestros corazones la caridad, que es el principio de la vida nueva, y que fructifica en las obras nuevas y en los frutos nuevos del amor, la alegría, la paz, la comprensión, la servicialidad, la bondad, la lealtad, la amabilidad, y el dominio de sí (cf Gál 5,16-25).



Es el “Espíritu de la Verdad” que nos guiará hasta la verdad plena (cf Jn 16,13), pues Él concede luz a los sucesores de los Apóstoles para que anuncien la verdad entera del Evangelio de Cristo, enseñando a todas las gentes, y nos concede a nosotros el gusto de aceptar y creer la verdad (cf Dei Verbum, 5).



Robustecidos por el Espíritu Santo, nuestro espíritu se llenará de coraje, de valentía, para testimoniar a Cristo en medio del mundo. Y nuestra alma, elevada por el Espíritu Santo a la comunión con la Trinidad Santísima, vivirá en la fe, en la esperanza y en el amor, alentando en nuestras vidas las obras nuevas de los hijos de Dios.



Guillermo Juan Morado.



11 comentarios:

Anónimo dijo...

Un poco pestiño el taljurado.Escriba usted y corto.

javier dijo...

Vuelvo a agradecer esta hermosa lección pero echo de menos esas entradas que usted escribía antes, tan cuadraditas.

Miriam dijo...

Es Espiritu Santo es lo más de lo más¡

Antonio José dijo...

Ya ves, compañero. El personal no está para muchas prédicas y menos aún que sean largas... “¿Qué importa que el entendimiento se adelante, si el corazón se queda?”, que le dio ahora por repetir a José Antonio Marina por boca de Gracián...¿o es al revés? Todo bien por acá. Ánimo por allá, adelante... Un abrazo.

candela dijo...

Qué mandon el Anónimo. En fin, igual prefiere los ladrillos de Fidel Castro, pero de amor no habla mucho este sujeto.

Francisco Javier dijo...

Hola:
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Por si tienes tiempo te mando este par de testimonios. Son muy buenos. Un cordial saludo y que Dios te bendiga:
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Javi
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EL TESTIMONIO LARGO DE LA ESCRITORA ESPAÑOLA MARÍA VALLEJO NÁJERA (1H Y 30), CONVERTIDA EN MEDJUGORJE, EN VIDEO DE YOUTUBE, EN ESTE ENLACE, MERECE MUCHO LA PENA:
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http://youtu.be/3iF4qRXCZLo
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http://www.youtube.com/watch?v=3iF4qRXCZLo&feature=youtu.be
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EL TESTIMONIO ESCRITO DE CATALINA RIVAS SOBRE LA SANTA MISA (REVELACIÓN PRIVADA), AQUÍ:
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http://www.tengoseddeti.org/article/testimonio-de-catalina-rivas-sobre-la-santa-misa/
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O AQUÍ:
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http://www.inmaculadocorazon.com/fundacion/images/pdf/10testimonio%20de%20catalina%20sobre%20la%20santa%20misa.pdf

Anónimo dijo...

Imposible abrir lo de Catalina Rivas y rompo una lanza,o más,por Jose Antonio Marina.Janusa

Anónimo dijo...

Hya que ver que cosas más preciosas y tan bien escritas que dicen los santos que escriben por estos globs.

LAUDES! Alegría de Dios! LAUDES!

Jyy

Anónimo dijo...

Madre no es asín! lo diga Catalina o Sebastiana!

Jyy

Anónimo dijo...

tan cuadraditas? tan cuadraditas!

¿Qué son entradas cuadraditas?

Jyy

Anónimo dijo...

Un poco pestiño? un poco pestiño!

Usted si que es corto!

Jyy