lunes, noviembre 10, 2025

sic.

 

0 de noviembre de 2025
“La caridad es la sal del apostolado”
Ama y practica la caridad, sin límites y sin discriminaciones, porque es la virtud que nos caracteriza a los discípulos del Maestro. –Sin embargo, esa caridad no puede llevarte –dejaría de ser virtud– a amortiguar la fe, a quitar las aristas que la definen, a dulcificarla hasta convertirla, como algunos pretenden, en algo amorfo que no tiene la fuerza y el poder de Dios. (Forja, 456)

Pecaría de ingenuo el que se imaginase que las exigencias de la caridad cristiana se cumplen fácilmente. Muy distinto se demuestra lo que experimentamos en el quehacer habitual de la humanidad y, por desgracia, en el ámbito de la Iglesia. Si el amor no obligara a callar, cada uno contaría largamente de divisiones, de ataques, de injusticias, de murmuraciones, de insidias. Hemos de admitirlo con sencillez, para tratar de poner por nuestra parte el oportuno remedio, que ha de traducirse en un esfuerzo personal por no herir, por no maltratar, por corregir sin dejar hundido a nadie.

(…) Yo me siento movido ahora a pedir al Señor -uníos, si queréis, a esta oración mía- que no permita que en su Iglesia la falta de amor encizañe a las almas. La caridad es la sal del apostolado de los cristianos; si pierde el sabor, ¿cómo podremos presentarnos ante el mundo y explicar, con la cabeza alta, aquí está Cristo? (Amigos de Dios, 234)

viernes, noviembre 07, 2025

Sobriedad.

 

Sobriedad

 

 

Daniel Tirapu


Gula, una de las secciones de la Mesa de los pecados capitales,
de Hieronymus Bosch.

 

 

 

 

 

Ver un defecto propio en otro es terrible. Dicen que la vida te ajusta las cuentas y que antes o después encuentras la horma de tu zapato. Gracias a la formación que recibí y recibo en la Obra, el Opus Dei, me hablaron de ser moderado en aperitivos, cócteles públicos, etc. Ciertamente es penoso en reuniones académicas o sociales, cómo personas que parecen tener una posición o inteligencia pierden los papeles después de la conferencia, persiguiendo una croqueta con una mano y con la otra unos frutos secos.

Recuerdo a un famoso canonista italiano, que me hablaba con la boca llena en la copa posterior a su intervención, mientras me preguntaba si además de la copa se serviría después la cena. También en el mismísimo Vaticano, ví cómo un Cardenal hacía valer su posición frente a un Obispo, para acceder al lunch vaticano. No te digo nada cuando uno o dos asistentes copan una zona y avisan a sus amigos o amigas porque hay abundante material comestible y bebible. De eso te das cuenta cuando lo ves en los demás.

Es como el famoso y bello faisán, que se pavonea, pero que a la hora de la pitanza acaba desplumado por las gallinas que ven como su belleza se torna en avidez alimenticia. Que conste que quien les escribe tiene un apetito envidiable, pero es mejor despedirse amablemente que pelear por una croqueta. Otro día hablamos de los bufetes libres.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es

viernes, octubre 31, 2025

Difuntos-

 

Opinión

Difuntos

 

 

Daniel Tirapu


Cementerio de San Isidro.

 

 

 

 

 

Día de otoño en Madrid: lluvia, hojas caídas, visita al cementerio de la Almudena. Lewis decía que puede ser que esta vida nos la pasemos afinando los instrumentos para la gran orquesta del cielo, la gran sinfonía.

La muerte es muy democrática: ricos, pobres, mayores, jóvenes. Repasaba las lápidas, a algunos les conocía, había convivido con ellos; a otros no. Besé una lápida, no les faltaban flores cuidadas. Rezamos, daba paz, no resquemor. In Pace.

Les visitamos porque creemos que viven o con Jesús y su Madre o ganándose el cielo, purificándose. Es obra de misericordia pedir por los difuntos, y la Misa nuestra mejor ofrenda. Una flor se marchita, una lágrima se seca, la oración siempre queda.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es

jueves, octubre 30, 2025

sic.

 

30 de octubre de 2025
"No queramos esquivar su Voluntad"
Esta es la llave para abrir la puerta y entrar en el Reino de los Cielos: "qui facit voluntatem Patris mei qui in coelis est, ipse intrabit in regnum coelorum" -el que hace la voluntad de mi Padre..., ¡ése entrará! (Camino, 754)

De que tú y yo nos portemos como Dios quiere -no lo olvides- dependen muchas cosas grandes. (Camino, 755)

Nosotros somos piedras, sillares, que se mueven, que sienten, que tienen una libérrima voluntad.

Dios mismo es el cantero que nos quita las esquinas, arreglándonos, modificándonos, según Él desea, a golpe de martillo y de cincel.

No queramos apartarnos, no queramos esquivar su Voluntad, porque, de cualquier modo, no podremos evitar los golpes. -Sufriremos más e inútilmente, y, en lugar de la piedra pulida y dispuesta para edificar, seremos un montón informe de grava que pisarán las gentes con desprecio. (Camino, 756)

La aceptación rendida de la Voluntad de Dios trae necesariamente el gozo y la paz: la felicidad en la Cruz. -Entonces se ve que el yugo de Cristo es suave y que su carga no es pesada. (Camino, 758)

Un razonamiento que lleva a la paz y que el Espíritu Santo da hecho a los que quieren la Voluntad de Dios: "Dominus regit me, et nihil mihi deerit" -el Señor me gobierna, nada me faltará.

¿Qué puede inquietar a un alma que repita de verdad esas palabras? (Camino, 760)

miércoles, octubre 29, 2025

sic.

 

29 de octubre de 2025
“Hay mil maneras de orar”
¿Católico, sin oración?... Es como un soldado sin armas (Surco, 453).

Yo te aconsejo que, en tu oración, intervengas en los pasajes del Evangelio, como un personaje más. Primero te imaginas la escena o el misterio, que te servirá para recogerte y meditar. Después aplicas el entendimiento, para considerar aquel rasgo de la vida del Maestro: su Corazón enternecido, su humildad, su pureza, su cumplimiento de la Voluntad del Padre. Luego cuéntale lo que a ti en estas cosas te suele suceder, lo que te pasa, lo que te está ocurriendo. Permanece atento, porque quizá Él querrá indicarte algo: y surgirán esas mociones interiores, ese caer en la cuenta, esas reconvenciones.

(…) Hay mil maneras de orar, os digo de nuevo. Los hijos de Dios no necesitan un método, cuadriculado y artificial, para dirigirse a su Padre. El amor es inventivo, industrioso; si amamos, sabremos descubrir caminos personales, íntimos, que nos lleven a este diálogo continuo con el Señor. (…)

Si flaqueamos, acudiremos al amor de Santa María, Maestra de oración; y a San José, Padre y Señor Nuestro, a quien veneramos tanto, que es quien más íntimamente ha tratado en este mundo a la Madre de Dios y -después de Santa María- a su Hijo Divino. Y ellos presentarán nuestra debilidad a Jesús, para que Él la convierta en fortaleza. (Amigos de Dios, nn. 253. 255)

viernes, octubre 24, 2025

Tres cuestiones.

 

Opinión

Tres cuestiones

 

 

Daniel Tirapu


Matrimonio católico.

 

 

 

 

 

Los profesores en la medida que van adquiriendo más madurez, solemos decir a los estudiantes que si tienen alguna duda que la manifiesten...que yo se la ampliaré, la duda, me refiero. Planteo, a grandes rasgos, tres cuestiones: homosexuales y matrimonio, sexualidad, culturas indígenas.

Yo intentaré decirle algo de estas cuestiones:

 

a) la Iglesia pide comprensión, ayuda y respeto para las personas homosexuales. Condena, no a las personas, sino los actos sexuales, así como también los no homosexuales deben vivir la castidad. El matrimonio es la peculiar unión de un hombre y una mujer que se comprometen en cuanto que personas diferenciadas sexualmente a una unión vital abierta a la vida y la familia, dos personas del mismo sexo en todo caso pueden formar una unión asociativa. Por qué no admite a dos hermanos al matrimonio, si se quieren, se ayudan, etc.?

b) La sexualidad va unida a la persona, fuera del matrimonio prestaría su sexualidad desligada de un compromiso y puede falsear la entrega personal. Además cómo distinguir el sexo por el sexo, la prostitución, el egoismo carnal, el machismo, el turismo sexual? Sé que es una doctrina exigente. También existe una castidad matrimonial.

c) Esas culturas precolombinas, junto con muchas cosas buenas parece que estaban en decadencia: sacrificios humanos, poligamia, animismo, tribalismo. Me sorprende cómo supieron hacer suyo el cristianismo y en tres siglos ser pueblos de principios democráticos que se liberaron de España. La Iglesia contribuyó a esto en cierta medida.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es

 

sic.

 

4 de octubre de 2025
“¡Señor, que no sé hacer oración!”
Me has escrito: “orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?” –¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras: conocerle y conocerte: “¡tratarse!”. (Camino, 91)

¿Cómo hacer oración? Me atrevo a asegurar, sin temor a equivocarme, que hay muchas, infinitas maneras de orar, podría decir. Pero yo quisiera para todos nosotros la auténtica oración de los hijos de Dios, no la palabrería de los hipócritas, que han de escuchar de Jesús: no todo el que repite: ¡Señor!, ¡Señor!, entrará en el reino de los cielos. Los que se mueven por la hipocresía, pueden quizá lograr el ruido de la oración -escribía San Agustín-, pero no su voz, porque allí falta la vida, y está ausente el afán de cumplir la Voluntad del Padre. Que nuestro clamar ¡Señor! vaya unido al deseo eficaz de convertir en realidad esas mociones interiores, que el Espíritu Santo despierta en nuestra alma (...).

No me he cansado nunca y, con la gracia de Dios, nunca me cansaré de hablar de oración. Hacia 1930, cuando se acercaban a mí, sacerdote joven, personas de todas las condiciones -universitarios, obreros, sanos y enfermos, ricos y pobres, sacerdotes y seglares-, que intentaban acompañar más de cerca al Señor, les aconsejaba siempre: rezad. Y si alguno me contestaba: no sé ni siquiera cómo empezar, le recomendaba que se pusiera en la presencia del Señor y le manifestase su inquietud, su ahogo, con esa misma queja: Señor, ¡que no sé! Y, tantas veces, en aquellas humildes confidencias se concretaba la intimidad con Cristo, un trato asiduo con Él. (Amigos de Dios, nn. 243-244)

jueves, octubre 23, 2025

sic.

23 de octubre de 2025
“Meditación- Tiempo fijo y a hora fija”
Meditación. –Tiempo fijo y a hora fija. –Si no, se adaptará a la comodidad nuestra: esto es falta de mortificación. Y la oración sin mortificación es poco eficaz. (Surco, 446)

Venced, si acaso la advertís, la poltronería, el falso criterio de que la oración puede esperar. No retrasemos jamás esta fuente de gracias para mañana. Ahora es el tiempo oportuno. Dios, que es amoroso espectador de nuestro día entero, preside nuestra íntima plegaria: y tú y yo -vuelvo a asegurar- hemos de confiarnos con El como se confía en un hermano, en un amigo, en un padre. Dile -yo se lo digo- que Él es toda la Grandeza, toda la Bondad, toda la Misericordia. Y añade: por eso quiero enamorarme de Ti, a pesar de la tosquedad de mis maneras, de estas pobres manos mías, ajadas y maltratadas por el polvo de los vericuetos de la tierra.

(…) Que no falten en nuestra jornada unos momentos dedicados especialmente a frecuentar a Dios, elevando hacia Él nuestro pensamiento, sin que las palabras tengan necesidad de asomarse a los labios, porque cantan en el corazón. Dediquemos a esta norma de piedad un tiempo suficiente; a hora fija, si es posible. Al lado del Sagrario, acompañando al que se quedó por Amor. Y si no hubiese más remedio, en cualquier parte, porque nuestro Dios está de modo inefable en nuestra alma en gracia. (Amigos de Dios, nn. 246. 249)

 

miércoles, octubre 22, 2025

sic.

 

22 de octubre de 2025
“Dios nos conduce sin pausas”
Mientras hay lucha, lucha ascética, hay vida interior. Eso es lo que nos pide el Señor: la voluntad de querer amarle con obras, en las cosas pequeñas de cada día. Si has vencido en lo pequeño, vencerás en lo grande. (Via Crucis, 3ª Estación, n. 2)

Debo preveniros ante una asechanza, que no desdeña en emplear Satanás -¡ése no se toma vacaciones!-, para arrancarnos la paz. Quizá en algún instante se insinúa la duda, la tentación de pensar que se retrocede lamentablemente, o de que apenas se avanza; hasta cobra fuerza el convencimiento de que, no obstante el empeño por mejorar, se empeora. Os aseguro que, de ordinario, ese juicio pesimista refleja sólo una falsa ilusión, un engaño que conviene rechazar. (…) Acordaos de que la Providencia de Dios nos conduce sin pausas, y no escatima su auxilio -con milagros portentosos y con milagros menudos- para sacar adelante a sus hijos.

Militia est vita hominis super terram, et sicut dies mercenarii, dies eius, la vida del hombre sobre la tierra es milicia, y sus días transcurren con el peso del trabajo. Nadie escapa a este imperativo; tampoco los comodones que se resisten a enterarse: desertan de las filas de Cristo, y se afanan en otras contiendas para satisfacer su poltronería, su vanidad, sus ambiciones mezquinas; andan esclavos de sus caprichos (...).

Renovad cada mañana, con un serviam! decidido -¡te serviré, Señor!-, el propósito de no ceder, de no caer en la pereza o en la desidia, de afrontar los quehaceres con más esperanza, con más optimismo, bien persuadidos de que si en alguna escaramuza salimos vencidos podremos superar ese bache con un acto de amor sincero. (Amigos de Dios, 217)

viernes, octubre 17, 2025

Raíces.

 

Raíces

 

 

Daniel Tirapu


Estatua de santa Teresa de Ávila.

 

 

 

 

 

Polémica de niñas con velo en la escuela, se suprime el consumo de cerdo en una guardería, los crucifijos los quitaron sin regular, los intelectuales no creen en Dios por principio, los políticos mejor que no tengan creencias religiosas. Estamos en el gueto católico.

Cada una de las cosas que he citado tienen solución, pero parece que la libertad religiosa se inventó para respetar toda creencia menos la cristiana. Es una situación curiosa. El ayuntamiento organiza en Madrid una enorme carpa para entender el ramadán, a parte de las fiestas esotéricas, con masaje incluido para el Karma. Y nosotros de ¿dónde venimos?

Pues de la reconquista, de Recaredo, de la Virgen del Pilar, de los misioneros y religiosas españolas que están por el mundo, hasta las encomiendas civiles en España  se llaman cruces. Id y bautizad a las gentes; estamos apollinados y temerosos de decir lo que creemos y lo que da razón de nuestra esperanza. Hay que ponerse a rezar... y a trabajar, proponiendo pero no escondiendo.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es

sic.

 

17 de octubre de 2025
“La escondida maravilla de la vida interior”
Hasta ahora no habías comprendido el mensaje que los cristianos traemos a los demás hombres: la escondida maravilla de la vida interior. ¡Qué mundo nuevo les estás poniendo delante! (Surco, 654)

¡Cuántas cosas nuevas has descubierto! –Sin embargo, a veces eres un ingenuo, y piensas que has visto todo, que estás ya enterado de todo... Luego, tocas con tus manos la riqueza única e insondable de los tesoros del Señor, que siempre te mostrará "cosas nuevas", si tú respondes con amor y delicadeza: y entonces comprendes que estás al principio del camino, porque la santidad consiste en la identificación con Dios, con ese Dios nuestro, que es infinito, inagotable. (Surco, 655)

Vamos a no engañarnos... –Dios no es una sombra, un ser lejano, que nos crea y luego nos abandona; no es un amo que se va y ya no vuelve. Aunque no lo percibamos con nuestros sentidos, su existencia es mucho más verdadera que la de todas las realidades que tocamos y vemos. Dios está aquí, con nosotros, presente, vivo: nos ve, nos oye, nos dirige, y contempla nuestras menores acciones, nuestras intenciones más escondidas.

Creemos esto..., pero ¡vivimos como si Dios no existiera! Porque no tenemos para Él ni un pensamiento, ni una palabra; porque no le obedecemos, ni tratamos de dominar nuestras pasiones; porque no le expresamos amor, ni le desagraviamos...

–¿Vamos a seguir viviendo con una fe muerta? (Surco, 658)

jueves, octubre 16, 2025

sic.

 

16 de octubre de 2025
“Sólo en el Cielo están los perfectos”
¡Que el otro está lleno de defectos! Bien... Pero, además de que sólo en el Cielo están los perfectos, tú también arrastras los tuyos y, sin embargo, te soportan y, más aun, te estiman: porque te quieren con el amor que Jesucristo daba a los suyos, ¡que bien cargados de miserias andaban! –¡Aprende! (Surco, 758)

Te quejas de que no es comprensivo... –Yo tengo la certeza de que hace lo posible por entenderte. Pero tú, ¿cuándo te esforzarás un poquito por comprenderle? (Surco, 759)

¡De acuerdo!, lo admito: esa persona se ha portado mal; su conducta es reprobable e indigna; no demuestra categoría ninguna.

–¡Merece humanamente todo el desprecio!, has añadido.

–Insisto, te comprendo, pero no comparto tu última afirmación; esa vida mezquina es sagrada: ¡Cristo ha muerto para redimirla! Si Él no la despreció, ¿cómo puedes atreverte tú? (Surco, 760)

Verdaderamente la vida, de por sí estrecha e insegura, a veces se vuelve difícil. –Pero eso contribuirá a hacerte más sobrenatural, a que veas la mano de Dios: y así serás más humano y comprensivo con los que te rodean. (Surco, 762)