domingo, noviembre 25, 2018

El Prelado de la Obra en Granada.




«Hay que reconquistar la libertad»

El prelado del Opus Dei llegó el viernes a Granada, la ciudad escogida para su tercera visita pastoral en España, tras las realizadas a Madrid y Barcelona. Su primera parada fue en la basílica de Nuestra Señora de las Angustias, patrona de la ciudad, a cuyos pies dejó los frutos del viaje. Le esperan tres días de encuentros con todo tipo de personas.
DEL PRELADO
Opus Dei - «Hay que reconquistar la libertad»
Día 23: Un viaje a los pies de la Virgen
Mons. Fernando Ocáriz aterrizó en el aeropuerto Federico García Lorca de Granada pasadas las 17 horas del viernes. A pocos metros de la pista de aterrizaje, le esperaban algunas familias que le obsequiaron con un ramo de rosas blancas. El prelado saludó con cariño a Juan Pablo, un niño de ocho años que hará este año su primera comunión, y que le dio la bienvenida a la ciudad de la Alhambra.
El primer hito del Prelado en suelo granadino fue la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, patrona de Granada. El párroco del templo, Blas Gordo, le mostró el camarín de la Virgen y pudo rezar a escasos metros de una imagen que los granadinos veneran desde la llegada de los Reyes Católicos y la toma de la ciudad. Don Fernando ha seguido así los pasos de San Josemaría en sus estancias en Granada, y los de su predecesor, Mons. Javier Echevarría, en 1996 y 2002.
Durante sus primeras horas en Granada, el prelado saludó a varias personas de la Obra, como Emilio, que le hizo entrega de dos cajas de piononos, un dulce típico granadino que creó uno de sus antepasados.
Día 24: “Hay que reconquistar la libertad”
El sábado, las nubes habían desaparecido del cielo de Granada, y un sol radiante iluminaba los perfiles de la Alhambra recortados sobre la nieve blanca de Sierra Nevada. Con ese paisaje de fondo el prelado del Opus Dei se dirigió al colegio Monaita - Mulhacén para tener varios encuentros con familias y personas de la Obra provenientes de Granada, Málaga, Almería, Jaén y Melilla.
Antes del encuentro de la mañana, Mons. Fernando Ocáriz saludó a los directivos de Attendis, empresa educativa que dirige 21 centros de enseñanza en Andalucía y Extremadura. Estos colegios promueven una estrecha colaboración entre el profesorado y los padres de los alumnos, inspirados en los consejos y el impulso de San Josemaría. Sandra Pérez, la directora general, le entregó como recuerdo una placa con el renovado logotipo de la empresa y le explicó el sentido de cada uno de los elementos. A continuación saludó a las personas que trabajan en la limpieza y en la cocina, asegurando que su tarea tiene una importancia formativa directísima, “tanto o más que la de los profesores”.
Por la mañana, Mons. Fernando Ocáriz mantuvo un primer encuentro con unas 1.400 personas en el pabellón deportivo de Monaita - Mulhacén. Al comenzar recordó los viajes que hizo a Granada con Mons. Javier Echevarría, y animó a los asistentes a estar disponibles para cumplir la voluntad de Dios, abiertos a todas las personas, con visión universal, poniendo como ejemplo la vida de Guadalupe Ortiz de Landázuri, una mujer del Opus Dei que será beatificada el próximo 18 de mayo. También pidió oraciones por el Papa, en estos momentos difíciles para la Iglesia.
Entre los asistentes estaba Juan, mago de profesión y contable, que para mostrar al prelado del Opus Dei dónde estaba situada su empresa, sacó un pañuelo que repentinamente se transformó en un bastón. También Ángel, árbitro de fútbol, o Daniel, buzo de profesión y que trabaja en Arabia y Egipto, le hicieron preguntas a Monseñor Ocáriz.
Mons. Fernando Ocáriz animó a todos a cuidar unas prácticas de piedad que ayuden a poner a Jesucristo en el centro de la vida. Hay que estar esperanzados -dijo-, porque “un mínimo de visión sobrenatural nos lleva a estar contentos. También cuando las cosas cuestan”.
El prelado del Opus Dei mantuvo además un encuentro con sacerdotes diocesanos que participan en las actividades desarrolladas por la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz en el área oriental de Andalucía. Durante el coloquio, ante la situación de cierta confusión en la Iglesia y la sociedad, les animó a tener convicciones firmes y actuar con sentido sobrenatural. También les pidió dar ejemplo de alegría, “que solo se obtiene estando con el Señor”, y a transmitir sentido de esperanza.
Por la tarde, otro encuentro en Monaita - Mulhacén volvió a reunir a un grupo heterogéneo de personas llegadas desde las cuatro provincias de Andalucía oriental y la ciudad de Melilla. El Prelado les recordó que la santidad es el proyecto de Dios para cada uno, y que no se trata de una perfección material, de llegar a ser gente sin defectos, sino de la plenitud del amor, que lleva a darse a los demás y al Señor.
Volvió a poner el ejemplo de Guadalupe Ortiz de Landázuri. Don Fernando recordó su disponibilidad para “estar a lo que Dios quiera”, desde marchar a México hasta vivir en Roma o dedicarse a la administración de los centros del Opus Dei.
“Hay que reconquistar la libertad”, animó Ocáriz a los presentes, explicando que esto es posible haciendo todo “porque nos da la gana, poniendo amor a Dios. Al sentirnos libres y actuar por amor es cuando realmente estamos contentos”.
Entre las asistentes estaba María del Mar, Inspectora de Trabajo, a la que don Fernando animó a intensificar la amistad con sus colegas de trabajo y a buscar el bien de cada persona.
Otra joven de 27 años, le contó al Padre que pertenece a la generación millenial y que vive inmersa en las redes sociales e internet, y preguntó al prelado cómo encontrar a Dios en medio de ese ruido que tanto le atrae. Monseñor Ocariz recordó que San Josemaría descubrió la hondura de la presencia de Dios en medio de la ciudad, en un tranvía, y le invitó a cuidar momentos de encuentro con Dios a lo largo de la jornada, como radiadores para caldear su presencia de Dios, y muy especialmente la misa.

domingo, noviembre 18, 2018

IX Simposio de S. Josemaría, en Jaén.




http://simposiosanjosemaria.com/?page_id=3086

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Verlo para creer. 180 jóvenes preguntando  por su vocación cristiana. Una monja muy joven que gracias al Opus Dei descubrió que lo suyo era ser monja; nos aclaró que no nació monja; una influencer de la moda, un youtubber, un novillero; Mariano Fazio, vicario general del Opus Dei insistiendo en ser amables, en contarnos cosas del Papa, en pedir coherencia.

Luis Foix periodista, una madre de ocho hijos, dos luteranos conversos, el Profesor  Pin, Antonio Tormo; más quinientos medianos  y mayores. La alegría y la paz de ser cristianos de a pie en tiempos muy confusos, de individualismo, hedonismo, relativismo, emergencias sociales. Constaté que treinta generaciones de estudiantes te reconocen, te saludan, que sembraste algo que dio fruto.

En fin anímense a disfrutarlo y a organizar cosas así; cada dos años se puede exultar, comer, beber, abrazarse y dar gracias a Dios.

miércoles, noviembre 14, 2018

Con motivo del IX Simposio de San Josémaría en Jaén.





«El cristianismo ha impulsado sociedades libres»

José Ramón Pin impartirá la ponencia inaugural del IX Simposio de san Josemaría, que se celebra en Jaén los días 16 y 17 de noviembre. Reproducimos un extracto de la entrevista que ha publicado el Ideal de Jaén.
REVISTA DE PRENSA
Opus Dei - «El cristianismo ha impulsado sociedades libres»José Ramón Pin Arboledas.
José Ramón Pin Arboledas (Madrid, 1944), profesor emérito del IESE, diputado en el Congreso durante la Transición y colaborador en medios de comunicación, impartirá la conferencia inaugural en el IX Simposio internacional de san Josemaría, con el título:‘Fe cristiana y sociedad libre’; éste se celebra en Jaén los días 16 y 17 de noviembre en el Palacio de Congresos de IFEJA, que este año se centrará sobre ‘Fe y sociedad’.
En esta edición bienal se reunirán en la capital jienense quince conferenciantes de España, Suecia, EE.UU. y Roma, que disertarán sobre la actuación de los cristianos en la sociedad. Clausura el evento el Vicario General de la Prelatura del Opus Dei, el bonaerense Mariano Fazio. Está previsto que asistan más de dos mil personas, especialmente jóvenes, además del seguimiento en directo por internet en www.simposiosanjosemaria.org.
¿Podría resumirnos el contenido de su conferencia?
La fe cristiana ha sido la que ha conseguido impulsar sociedades libres. Sólo en los países en donde la fe cristiana, esencialmente católica, ha sido dominante, se ha desarrollado la democracia, el respeto a la ley y los derechos humanos. En donde está en peligro la libertad es porque se olvidan los valores humanos del cristianismo; la idea de que todos los seres humanos son iguales en derecho porque son hijos de Dios su creador.
LA IDEA DE LA FILIACIÓN DIVINA, QUE SIEMPRE ESTUVO PRESENTE EN EL CRISTIANISMO, FUE MUY QUERIDA POR SAN JOSEMARÍA
La idea de la filiación divina, que siempre estuvo presente en el cristianismo, fue muy querida por san Josemaría. Ni este concepto, ni el de la santificación del trabajo ordinario, otra de las notas de su espiritualidad, son nuevos. Siempre estuvieron en la fe cristiana desde su inicio. Lo que hizo san Josemaría fue rescatarlos con la fuerza de su palabra y personalidad pastoral. Si se cree en estos dos valores es necesario comprometerse para mejorar la sociedad y para que ésta sea libre.
¿Qué retos se le presentan a un cristiano en una sociedad cada vez más relativista y materialista?
Frente a los que dibujan un panorama pesimista de la actual sociedad creo que cada vez mejoramos más en términos morales. Todo el proceso del respeto a los Derechos Humanos es nuevo; no olvidemos que se recogieron en la ONU en el siglo pasado con el nombre de Derechos Universales, es decir para todos. Eso era inconcebible antes. También el cuidado de la ecología y la responsabilidad frente a la naturaleza. Hace poco tampoco estaba en la agenda de las sociedades.
ES LA IGNORANCIA DE LA NATURALEZA HUMANA LA QUE HACE RETROCEDER A LAS SOCIEDADES
Hay quienes quieren volver a los tiempos del paganismo. Los paganos se llamaban así porque vivían en los pagos, en las aldeas diríamos ahora, y no conocía el cristianismo, que se desarrolló fundamentalmente en su origen en las ciudades, en zonas cultas. Por eso los paganos se consideraban retrasados respecto al progreso humano que supuso la fe cristiana. Es la ignorancia de la naturaleza humana la que hace retroceder a las sociedades.
El cristianismo y su fe supusieron un avance social decisivo. Sin él no tendríamos la idea del hombre en su dignidad por encima de todas las cosas


Neumáticos, nivel Bilbao.




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lunes, noviembre 12, 2018

El 68, 50 años después.




Hadjadj: hemos pasado de la libertad sexual a la hipervigilancia de «meter un notario en la cama»

Fabrice Hadjadj, durante su intervención este sábado en el congreso sobre Mayo del 68 de la Universidad Francisco de Vitoria.
Fabrice Hadjadj, durante su intervención este sábado en el congreso sobre Mayo del 68 de la Universidad Francisco de Vitoria.
El Congreso Internacional “50 años de mayo del 68. Una época de cambios, un cambio de época” ha concluido esta mañana con una conferencia de Fabrice Hadjadj, brillante y provocador pensador católico, que ha intervenido en el Aula Magna de la Universidad Francisco de Vitoria con una conferencia titulada “La restauración de la carne”. En ella ha reivindicado el papel de la carne frente a filosofías espiritualistas, puesto que la carne es el lugar en donde descubre la miseria y de la misericordia, la donación y perdón, y que Dios usó para la salvación del hombre.
Hadjadj se ha negado a mirar el pasado con nostalgia afirmando que por algo “Dios me ha puesto aquí y ahora, en este tiempo, con una misión concreta”. De hecho comentó que él es hijo de padres del 68, incluso militantes maoístas. Ya previamente, el presentador de Fabrice Hadjadj en el Congreso, el profesor Angel Barahona, lo había comentado al igual que es converso del judaísmo y tiene 8 hijos.
El pensador francés comento que el mayo del 68 trajo también cosas positivas, al menos de forma indirecta: “Necesitamos herejías para ayudarnos a crecer. El Mayo 68 nos ayudó a plantearnos preguntas más profundas sobre épocas anteriores”. “El 68 es un síntoma, no es el problema en sí mismo -explicó-. La cultura de la muerte ya existía antes del 68. Y existía en familias católicas”, y señaló el ejemplo clásico de la hija que se queda embazada fuera del matrimonio. Situaciones de estas eran vistas como una desgracia: ya entonces era la cultura de la muerte.
Fabrice Hadjadj, durante su presentación en el Congreso
Lo mismo sucede con la ideología de género. Es también un síntoma o una consecuencia del algo anterior y explosiona ahora. La realidad es que las mujeres han llevado un combate de un problema que ya existía antes y que comienza con el liberalismo, al cual no le importa los hombres o las mujeres, sino solo que haya personas que trabajen. Se trata, por tanto, de una sociedad sin sexo o con un solo sexo, y en donde se olvida la diferencia sexual.
De hecho en la Iglesia sucede algo similar. Dios se plantea siempre en masculino y los creyentes en femenino. En nuestra relación con Dios, él toma la iniciativa de acercarse y los fieles lo hacen como acogida, luego Dios es visto en clave masculina y los fieles en femenino.
Hoy como en mayo del 68 –ha subrayado Hadjadj- se sigue escribiendo en los muros, aunque los nuevos muros son los de Facebook y Twitter. Es sorprendente, eso sí, que hayamos pasado de una liberalización extrema de la sexualidad a querer controlarlo todo, a la hipervigilancia del acto sexual. Y, en este sentido, ha puesto el ejemplo de una aplicación para móvil dedicada a contactos en el que cada perfil detalla qué parte del cuerpo se puede tocar y cual no: para cual sí se da un consentimiento, y para cual no. En el marco de la revolución sexual del 68 se ha pasado de la liberalización sexual “a meter al notario en la relación íntima”, con una total “hipervigilancia”.
Dentro de estas paradojas también habló que la liberalización sexual lo que realmente hace es convertir a la mujer en objeto. En 1967, en Francia, se legalizan los anticonceptivos con la idea de controlar la sexualidad, pero lo que verdaderamente consigue es someter a la mujer a la tecnología con las graves consecuencias que tiene y que ya se han presentado en este mismo congreso.
Hadjadj ha concluido haciendo un alegato en favor de la carne. La carne es donde se da la donación y la apertura, es donde se dan los sentimientos, donde descubrimos el mundo exterior y a uno mismo. Es también el lugar de la vulnerabilidad, y en donde se produje el dolor y el placer.
Podemos tener una buena relación con la carne, explicó Hadjadj, sobre todo después de conocer el misterio de la Encarnación y la Resurrección de Cristo. La carne es el lugar de la miseria y de la misericordia, no como los ángeles caídos con los cuales no hubo misericordia. El cuerpo es, por tanto, el lugar de la donación y perdón.
De la actual crisis antropológica del mayo del 68 no podemos salir con el espiritualismo ni de la mano de ningún tipo de filosofía, hay que restablecer la esperanza en las personas y entender que si el Verbo se hizo carne, es porque la carne es buena.

domingo, noviembre 11, 2018

sábado, noviembre 10, 2018

Círculo y cruz.



«El budismo es centrípeto, pero el cristianismo es centrífugo (se derrama hacia fuera). Porque el círculo podrá ser perfecto e infinito por naturaleza, pero cerrado para siempre en su órbita... Pero la cruz se abre a los cuatro vientos» (Chesterton)



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miércoles, noviembre 07, 2018

Julio Montero y libertad de investigación



Julio Montero – La nueva inquisición

No sabemos qué quedará en el código penal sobre la libertad de investigación y de expresión de los historiadores. Nuestros políticos parecen más empeñados en rediseñar el pasado que en mejorar el presente. Hay que reconocer que es la tarea más auténticamente política, según George Orwell en su libro “1984”. Allí, con las tres grandes potencias totalitarias en permanente guerra y constante cambio de aliados, todo un ejército de funcionarios del Ministerio de la Verdad cambiaba los archivos y reescribían la historia según convenía en cada momento.
Todos los de mi edad (los nacidos en los cincuenta) podemos presentar, al menos, algún rasguño de la dictadura de Franco. Pero unos perdieron su vida y muchos más hubieron de emigrar. Y se repartieron con exageración años de cárcel (de los de antes y donde antes) entre los discrepantes. Y aunque es verdad que hubo tiempos y tiempos en el franquismo, una dictadura es siempre una dictadura: en Europa, en Iberoamérica y en Asia.
Si en Estados Unidos aún late su particular guerra civil (la de Secesión) no debe extrañarnos que aquí siga viva la nuestra. Se ha dicho que los perdedores del conflicto quieren ganarlo ahora. Serán los nietos de unos y otros, porque de los protagonistas deben quedar pocos y sospecho que con pocas ganas de continuar la guerra. El problema parece centrarse en quienes son los herederos de unos y otros. Más bien en quién reparte las certificaciones de republicanismo o de franquismo.
Cuando empecé a trabajar como modesto historiador tuve el empeño siempre de no juzgar, sino de explicar de modo razonable lo que las fuentes descubrían (después de trabajarlas mucho, porque no todas son iguales). En fin: dar cuenta de por qué había pasado lo que había pasado. Después venían los ensayistas a interpretar y, desde luego, yo mismo sacaba mis propias conclusiones sobre aquello.
No hay modo ahora mismo de saber en los estudios históricos en qué consiste “defender” el franquismo. ¿Decir que el PIB creció en esos años es una defensa? ¿Lo es afirmar que la violencia política del estado franquista no fue siempre igual de dura? ¿O que paradójicamente la última ley orgánica del franquismo -la ley de reforma política- abrió el camino a la democracia? ¿Van a ser los jueces quienes decidan sobre esto?¿Con qué preparación histórica e intelectual?¿Harán algún master en historia (rápido a ser posible) para constituir una escala nueva en la judicatura?
¿Quiénes van a ser los jueces de la historia? ¿Se creará una comisión con una experta en feminismo, un estudioso de las desigualdades étnicas, un animalista, un antisistema, un representante de los sindicatos y otros especialistas escalfados con algún “historiador” afín (y afín a quién)?
No me parece que estudiar el franquismo genere dictadores: y a los hechos me remito. Es difícil encontrar entre los historiadores de nuestra contemporaneidad defensores del franquismo. Casi puede decirse lo contrario: probablemente no haya colectivo más homogéneamente antifranquista que el de los historiadores. No entiendo por qué se les quiere complicar su tarea.
Lo curioso será ver qué se hace con las denuncias a posteriori: ¿se castigará a quienes hayan defendido al franquismo antes o solo a los que hagan desde que se apruebe el nuevo código? Sería curioso que se tomara una decisión franquista para combatir la defensa del franquismo. ¿Se expurgarán las bibliotecas públicas de obras franquistas?¿Será delito conservarlas en privado?¿Habrá actos de afirmación, declaraciones públicas de contrición, relaciones de los “abajo firmantes” arrepentidos?
No me extrañaría que apareciera enseguida un “Libro rojo” de referencia fácil y fundamental para que pueda aplicarlo cualquiera: amplio, con metáforas… y sobre todo cortito. Cortito de todo: por dentro y por fuera. Y lo agitarán los estudiantes de historia contra algunos de sus profesores para hacer esa limpieza que tanto se necesita (al parecer). Y si consiguieran llevarlos a la cárcel nos encontraríamos con la paradoja que por fín habría una universidad (profesores y estudiantes en diálogo y hablando con libertad) aunque estuviera entre rejas.

Julio Montero es Catedrático de Universidad.

domingo, noviembre 04, 2018

Mensaje del Prelado, noviembre.


https://opusdei.org/es-es/section/que-es-el-opus-dei/


Mensaje del Prelado (4 noviembre 2018)

En este mensaje, el prelado del Opus Dei recuerda con la Escritura que “nuestra esperanza está en el Cielo”, una verdad que es posible considerar especialmente en el mes de noviembre.
CARTAS PASTORALES Y MENSAJES
Opus Dei - Mensaje del Prelado (4 noviembre 2018)
Hemos comenzado el mes de noviembre celebrando la Solemnidad de Todos los Santos y, al día siguiente, la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Estas fechas nos recuerdan que nuestra esperanza está en el Cielo (cfr. Col 1,5); una esperanza que ilumina nuestros pasos sobre la tierra. Nos dice que el mundo en que vivimos un día se transformará en «unos cielos nuevos y una tierra nueva» (2 Pe 3,13). Nos dice también que nuestras actividades diarias tienen un sentido que va más allá de lo que vemos inmediatamente: como afirmaba san Josemaría, adquieren vibración de eternidad si las hacemos por amor a Dios y a los demás.
Otra realidad que nos llena de consuelo es la Comunión de los Santos. ¡Cuánto nos anima saber que nunca estamos solos, que en Cristo somos un solo Cuerpo! Edificamos la Iglesia, y concretamente la Obra, ahí donde estamos: todos juntos a la vez y en todas partes. ¡Nos sostenemos mutuamente! En este sentido, os pido especialmente oraciones por los 34 nuevos diáconos de la Prelatura que se ordenaron ayer en Roma.
Roma, 4 de noviembre de 2018