martes, enero 06, 2015

Nicolás Jouvé, y la mentira del aborto....














Genetista español de gran prestigio....



La ciencia, lejos de los sentimientos, las emociones, las ideologías o las creencias religiosas, se basa en hipótesis y experimentos que las demuestran. No es propio de la ciencia hacer valoraciones morales de los hechos, como si es ético o no aceptar el aborto, pero sí aportar datos que permitan explicar los fenómenos naturales, como por ejemplo la vida. Dicho esto, hace años que la ciencia demostró que en los organismos superiores con reproducción sexual, tras la fecundación, ya hay una nueva vida, y que el cigoto es la primera realidad corporal humana, y el embrión y el feto, las primeras etapas de su desarrollo. El cigoto posee una identidad genética propia y distinta a la del padre y la madre de que proceden los gametos que se fusionan. Tras su formación, queda constituida la identidad del nuevo ser, que se va a mantener de por vida y que, sin pérdida de continuidad, va a dirigir el desarrollo del nuevo individuo y todas sus características biológicas. Esto no lo cuestiona ningún científico.
Sin embargo, esta verdad objetiva se trata de ocultar bajo el absurdo de que el embrión y el feto no son más que un amasijo de células. Un error que ha servido para justificar la destrucción de embriones o la barbarie del aborto. Un error que es más discutible si cabe conforme avanza el desarrollo y que resulta indefendible cuando el pretendido conglomerado de células adquiere forma humana –ya desde la octava semana–, y presenta corazón, extremidades, rostro y hasta reacciona a los estímulos externos, como se demuestra en cualquier ecografía de las que se hacen a las embarazadas, mucho antes incluso del momento en que se suelen practicar los abortos.
El aborto, además de una crueldad, es un atentado contra la vida humana, basado en una inmensa mentira. Es curioso constatar la decisión con la que, atendiendo a los datos de la ciencia, se promueven leyes para contrarrestar el cambio climático, prohibir el tabaco, rechazar los organismos transgénicos, proteger a las especies amenazadas, erradicar la energía nuclear, etc. Sin embargo, ante algo tan básico como la existencia del ser humano durante sus primeras fases de desarrollo, se opta por ignorar la verdad y se niega el más elemental de los derechos, el derecho a vivir. Falsear o renunciar a los datos de la ciencia es renunciar al conocimiento, y si se renuncia al conocimiento, lo único que queda es ideología.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La gente que está a favor del aborto no piensa nada,sólo defienden su egoísmo y hacer siempre lo que les da la gana.Armas invencibles:el Rosario y rezar a tope.

Sinretorno dijo...

bien...

Ana Márquez dijo...

Y lo peor, Daniel, es que, en algunos círculos, estar contra el aborto se considera estar contra el progreso(??). Yo no sé qué entienden algunos por progreso, se supone que progresar es avanzar, se sabe que muchas tribus primitivas mataban a los recién nacidos que venían con malformaciones, les aplastaban la cabeza o los arrojaban por barrancos... ¿Dónde está el progreso? Apoyando el aborto, regresamos a las cavernas.

Pero todo el problema procede del mismo foco: el materialismo galopante que lo está inundando todo. Hace poco leí -sin apenas poder salir de mi asombro- que un científico había declarado que nadie debería vivir más allá de los 75, porque a partir de esa edad sólo se es "una carga para la economía y la sociedad". Dijo que, a partir de los 75, él mismo dará ejemplo y dejará de "cuidarse" para morir cuanto antes y no molestar a sus hijos ni resultar un gravamen para el sistema sanitario. Esto es fisicalismo puro y duro y una consecuencia clara de sostener que el ser humano es poco menos que un quiste que le ha salido al planeta. Desde el momento en que piensas que el ser humano es eso, un amasijo de órganos y células surgidos del azar, cualquier consideración de dignidad inherente (de la que habla la Declaración de los Derechos Humanos) es ajena a esta propuesta y sólo valdrás en medida de lo que puedas aportar a la sociedad. Si no aportas nada, estorbas, así que mejor quitarte de en medio, seas un bebé, un enfermo o discapacitado o un anciano. Dime cuál es la distancia entre ésto y el nazismo. El nazismo, lo reconozcan o no, fue una consecuencia política indirecta de la teoría de Darwin, sólo es cuestión de tiempo que aparezca otro iluminado chiflado con carisma y poder de convocatoria que nos lleve de nuevo al caos.

Un abrazo.

Sinretorno dijo...

Ana, es necesario que sigas con tu blog y dando la pelea....es una carrera de fondo

Ana Márquez dijo...

Lo haré, si Dios así lo quiere, ya sabes, tú sigue rezando ;-)

Te dejo el artículo sobre el científico este para q veas que no me lo he sacado de la manga, porque la verdad es que parece una de esas noticias de broma del Día de los los Inocentes.

http://hispantv.com/detail.aspx?id=303605

Por cierto, el famoso zoólogo ateo Richard Dawkins cumplirá 75 en menos de dos años y es también un materialista acérrimo, ¿tú crees que seguirá el consejo de su colega? ;-)

Un abrazo.

Sinretorno dijo...

había un profesor muy liberal que escandalizaba un tanto a sus alumnos....un día dijo " una cosa es lo que explico y otra que mis hijos lo hagan"... suelen tener brillantes ideas para los demás.........

Sinretorno dijo...

no sé si fue Camus oalgún otro existencialista, si Dios no existe todo me es lícito....o el suicidio es la única salida.. De todos modos recuerdo mis años de estudiante universitario , en los ochenta y han mejorado muchas cosas, los cristianos están estudiando más,divulgando, defendiendoy no asutándose...un ppocode ciencia te hace increyente, mucha te acerca a Dios...tb está la libertad

Ana Márquez dijo...

Ese científico del q te hablaba tiene ahora algo más de cincuenta años, es fácil hablar de "abandonarse" cuando la salud es buena, ya verás cuando llegue a los 75 cómo se le quitan las ganas de hacer "sacrificios" por la economía de su país y sale pitando para el médico en cuanto se note el más leve síntoma de cualquier cosa :-D Abrazos!