lunes, febrero 16, 2009

Optimismo , Rusia, sacerdote.



Cuenta la anécdota un sacerdote que ha venido de Rusia. Durante ochenta años estuvo prohibido el culto católico en la vieja Unión soviética. Sólo dos iglesias, dependientes de embajadas. Ahora hay cuatro diócesis. Un sacerdote después de ochenta años apareció por un pueblo. Le llevaron al cementerio, a la tumba del último sacerdote del pueblo, al que casi ninguno de los presentes había conocido. Ante la tumba de ese sacerdote se reunían los domingos durante años, e iban allí a confesar sus pecados. Para que nos demos cuenta del don del sacerdocio en la Iglesia. Y para que seamos más optimistas.

4 comentarios:

eligelavida dijo...

Es muy significativo y pienso que en nuestra sociedad materialista ocurrirá algo parecido. Por más que quieran quitar crucifijos y Rosarios, siempre habrá hambre de Dios.

Stepario dijo...

Resulta emocionante, la verdad.

Outsider friar dijo...

No optimistas, no, más que eso, mucho más: esperanzados.

Anónimo dijo...

Lo DeL CeMeNTeRio eS eMoCioNaNTe Tío! FLiPo :D