domingo, marzo 14, 2010

El afán de cada día.



Para que la vida se haga más soportable, es fundamental ejercitarse en no cargar más que con las dificultades de hoy, entregando el pasado a la Misericordia de Dios y el futuro a su Providencia. Detenerse con demasiado interés en nuestros fallos, en nuestras derrotas, nuestras malas elecciones nos impide vivir el presente. Es evidente que tenemos que pedir perdón a Dios y aprender las lecciones que nos enseña la experiencia, pero sin volver continuamente sobre ello. Ahogar el mal en abundancia de bien, decía San Josemaría, pero sin dejar acorralarnos por el propio pasado ; sería falta de confianza en Dios y en que todo lo puede. " Quién de vosotros, por mucho que se preocupe, puede añadir a su estatura un solo codo? ". Hay que hacer proyectos y ser previsores pero sin inquietud. ( De La libertad interior de Philippe, no es literal).

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Escrivá hablaba de la mística "ojalatera", ojalá si, ojalá no.....

javier dijo...

Yo tengo un poquito de estrabismo desde niño. Con el ojo malo veo mis defectos y no me extraña que se haya vuelto vago, malhumorado y perezoso. Con el bueno -que no crea usted que es un ojo de águila precisamente- miro a Dios. Mi ojo bueno casi no ve, pero está muy contento.Será por lo poco que ve.

Anónimo dijo...

Genial el tal Philippe; es fácil decirlo, pero difícil vivirlo.

Anónimo dijo...

La imagen del post me ha inspirado. Usted es Kung-Fu Panda, ese osito simpaticón pero con una nula experiencia de la vida, que sigue soñando con sus personajes de cómic y sus fantasías.

Necesita un maestro urgentemente, SinRetorno.


El Chico del Amanecer

Anónimo dijo...

chico del amanecer se deberia llamar usted el niño de la noche
profunda.
El amigo sin retorno le gana a usted en todo cultura, saber estar
sentido del humor le ganaria hasta a las chapas.
Que bien le vendria que se acercase
mas a DIOS para ver la vida de otra
manera
¿ en que sueña usted, cuales son sus personajes de comic?
UN ABRAZO
GOYO

Angelo dijo...

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:

Tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado;

tiempo de matar y tiempo de sanar; tiempo de destruir y tiempo de construir;

tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de estar de duelo y tiempo de bailar;

tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar y tiempo de dejar de abrazar;

tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de arrojar;

tiempo de romper y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar;

tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz.

¿Qué provecho saca el que hace algo, de aquello en que se afana?

He considerado la tarea que Dios ha dado a los hijos del hombre, para que se ocupen en ella.

Todo lo hizo hermoso en su tiempo; también ha puesto eternidad en el corazón de ellos, de modo que el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.

Yo sé que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse y pasarlo bien en su vida.

Y también, que es un don de Dios que todo hombre coma y beba y goce del fruto de todo su duro trabajo.

Sé que todo lo que Dios hace permanecerá para siempre. Sobre ello no hay que añadir, ni de ello hay que disminuir. Así lo ha hecho Dios, para que los hombres teman delante de él.

Aquello que fue ya es, y lo que ha de ser ya fue. Dios recupera lo que ya pasó. (Eclesiastés)

Un abrazo

Sinretorno dijo...

Chico, muy bueno. Enséñame y enséñanos de la vida. Preciosa la cita del Eclesiastés Angelo y gracias a todos.

Luis MP dijo...

Más que cada día, cada momento tiene su propio afán.