sábado, enero 28, 2012

De un amigo...



"Años 70...joven y con ideales. Ser un cristiano burgués me parecía hipócrita. En aquel grupo atendíamos a gitanos, enseñábamos a leer...pero despreciábamos a los demás, hablábamos mal de la jerarquía, odiaba al Opus...de qué sirve ir a Misa...rezar es de viejas o de inútiles. Lo importante era hacer, viajar por la Rumanía y la Yusgoslavia de los paraísos, becados claro. Y pensábamos que lo estábamos haciendo bien, que al fin había llegado la hora de conectar con Cristo y sus amigos. De vez en cuando alguna liturgia hippy. Menos mal, que mi madre rezaba y mi padre, me dejaba algunos libros sobre la cama, que yo no leía, pero que acabé por leer. Aquello era pura soberbia, disfrazada de buenos sentimientos. Muy poca cultura religiosa, mucha lujuria, ira. Seréis como dioses, a los 17 años" ( testimonio de un compañero de estudios). Nada que objetar, fueron otros tiempos, y ganas de " compromiso". Menos mal que Dios tiene una caña muy larga y nos deja tirar del hilo, y recoge poco a poco; y que hay madres que rezan y padres con libros. Amén.

5 comentarios:

mjbo dijo...

En qué poco espacio qué buen resumen de un tiempo que para muchos no ha terminado; capillitas enteras y hasta conventos con esa soberbia y ese desprecio a lo bueno y excelente. ¡Menos mal que Dios nos deja tirar del hilo!

Vila dijo...

Esta entrada me ha gustado realmente. En algún momento de la vida todos hemos usado ese sedal tan largo de una forma u otra y como no lo rompe sabemos el camino de vuelta.

Anónimo dijo...

Me incorporo como abuela y tia orante.Por eso no va a quedar,no ha pasado nuestro tiempo.Ahora son mis hijos los que,con los suyos,hacen lo que aprendieron.Estar,rezar,dejar libros-pistas-por todas partes.Y los abuelos en la retaguardia recordando la abuela que ella también tuvo su puntito de cuestionar todo mientras quitaba mocos a crios y se creía el no va más de la justicia social.Lo cuento porque fué así.Un abrazo de Janusa

Mariazell dijo...

Muy bonito y muy ilustrativo. Gracias

Francisco Javier dijo...

A mi padre le destruyeron la poca fe que tenía en la universidad... Años 70...
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