«Tu mir dies nicht an!, pedía a Dios: ¡no me hagas esto! “Cuando, lentamente, el desarrollo de las votaciones me permitió comprender que —por así decirlo— la guillotina caería sobre mí, me quedé desconcertado. Creía que ya había acabado el trabajo de toda una vida y que podía dedicarme a terminar tranquilamente mis días. Con gran seguridad le dije al Señor: ¡No me hagas esto! Tienes personas mejores y más jóvenes, que pueden afrontar esta gran tarea con un entusiasmo y una fuerza mayores.”
“En aquel momento —continuaba sus recuerdos del cónclave— me impresionó profundamente una breve carta que me escribió un hermano del Colegio Cardenalicio. Me recordaba que durante la misa por Juan Pablo II, yo había centrado la homilía en la palabra del Evangelio que el Señor dirigió a Pedro a orillas del lago de Genesaret: ¡Sígueme! […] Si el Señor te dijera ahora sígueme, acuérdate de lo que predicaste. No lo rechaces. Sé obediente, como dijiste que lo fue el gran papa que ha vuelto a la casa del Padre. Esto me llegó al corazón. Los caminos del Señor no son cómodos, pero tampoco hemos sido creados para la comodidad, sino para hacer cosas grandes, para hacer el bien.»
¡¡Cuánto animan éstas sentidas palabras del Papa para no conformarnos con lo fácil!! Y para rezar mucho por él.
¡¡Surrexit Christus!!
Old Chap
1 comentario:
Hoy en mi blog también la entrada es de gratitud al Santo padre por su servicio como Vicario de Cristo y por seguir adelante.
Tenemos que rezar mucho por él y por todos aquellos que un dia renuncia a la comodidad de su vida para trabajar enter@s de cara al Evangelio.
Un abrazo Sinret.
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