martes, abril 17, 2012

Gran Benedicto.

Confieso que estos cuatro últimos años para mí han sido duros. Perdí a mis padres. Empecé a notar síntomas de ya no soy un chaval : la memoria, alguna intervención, contracturas o contracciones, sueños que se quedaron en sueños, comprobar que las cosas , lejos de costar menos, cuestan más, que en las llamadas amistades hay mucho interés, mucho olvido, que como dice S. Agustín si te paras retrocedes, que no se puede vivir de rentas; pocas cosas ilusionan con el brillo de la novedad, has visto lo uno y lo otro,que los argumentos cambiaban según conveniencia, en fin que la vida te va poniendo en tu sitio. Además desde hace unos años casi todo son noticias negativas, crisis, crisis, vivíamos en la mentira, no habrá trabajo para todos, todo lleno de tertulianos y economistas que nos quieren sacar de donde no sabían donde estábamos.

A lo que iba el Papa, es sabio, ve mucho más que yo, tiene 85 años, le ha caído un peso insufrible y se da cuenta de la enormidad del mal que nos rodea y abruma, PERO, siempre hay más luz, más Dios, más esperanza que toda esa negrura. Cumple 85 años y dice que no sabe lo que le espera, pero que confía en Dios y eso es alegría. Olé, y además es verdad. Gracias Benedicto, por iluminar a este enano con ínfulas.

6 comentarios:

Miriam dijo...

A veces me pasa, que cuando ya me creo muy mayor, la vida me enseña un poquito de todo que me falta por aprender, por asumir, por crecer, por aprender a querer.
Y la "sorpresa" es tanta que sin la confianza en Dios, me quedaría bloqueada, cuando no hundida.
Por eso me uno al "gracias Benedicto", por recordarme que Dios siempre está aquí, a mi lado"

Gioconda dijo...

Me ha encantado el post.Viva Benedicto! Y tu no ers enano... Animo!

Sinretorno dijo...

Comparado a mis hermanas sí, muy enano....

Old Chap dijo...

Mañana se celebra el 7º aniversario de la elección de Benedicto XVI. Buen día para recordar los sentimientos que rondaban en el corazón del Papa, pocos momentos antes de ser elegido..¡¡con 78 años!!.
«Tu mir dies nicht an!, pedía a Dios: ¡no me hagas esto! “Cuando, lentamente, el desarrollo de las votaciones me permitió comprender que —por así decirlo— la guillotina caería sobre mí, me quedé desconcertado. Creía que ya había acabado el trabajo de toda una vida y que podía dedicarme a terminar tranquilamente mis días. Con gran seguridad le dije al Señor: ¡No me hagas esto! Tienes personas mejores y más jóvenes, que pueden afrontar esta gran tarea con un entusiasmo y una fuerza mayores.”
“En aquel momento —continuaba sus recuerdos del cónclave— me impresionó profundamente una breve carta que me escribió un hermano del Colegio Cardenalicio. Me recordaba que durante la misa por Juan Pablo II, yo había centrado la homilía en la palabra del Evangelio que el Señor dirigió a Pedro a orillas del lago de Genesaret: ¡Sígueme! […] Si el Señor te dijera ahora sígueme, acuérdate de lo que predicaste. No lo rechaces. Sé obediente, como dijiste que lo fue el gran papa que ha vuelto a la casa del Padre. Esto me llegó al corazón. Los caminos del Señor no son cómodos, pero tampoco hemos sido creados para la comodidad, sino para hacer cosas grandes, para hacer el bien.»
¡¡Cuánto animan éstas sentidas palabras del Papa para no conformarnos con lo fácil!! Y para rezar mucho por él.
¡¡Surrexit Christus!!
Old Chap

Sinretorno dijo...

Old Chap, siempre en el clavo.Gracias.

María dijo...

Es que los mayores deben de cuidar siempre de los más Pequeños como nosotros. Por eso acogió el cargo, por responsabilidad hacia los más Pequeños.!