martes, febrero 12, 2013

Cónclave II




Estoy conmovido, pero es que el tenor de emoción que toma la historia en estos momentos, hace que el tiempo tome otras dimensiones. Los cardenales electores están obligados a guardar riguroso secreto sobre todo lo relacionado con la elección, a no ser que el Romano Pontífice le releve del secreto. Una importante innovación es la limitación de dos modos de elección sobre los tres existentes:el llamado per inspirationem seu acclamationem, que suponía la elección del Romano Pontífice por unanimidad y de viva voz, sin acuerdos previos y sin las formalidades propias del escrutinio, y el llamdo per compromissum, es decir, cuando los electores, después de numerosos escrutinios infructuosos, designan a algunos de entre ellos(entre 9 y 15, siempre número impar) para que tomen la decisión en su lugar. Por tanto sólo es viable la fórmula de la votación, que asegura transparencia, rectitud y reponsabilidad de los electores. Para que la elección sea válida, es necesario los 2/3 de los votos de los cardenales presentes, no de los válidamente emitidos, ya que los en blanco o nulos no influyen en la mayoría requerida. Este mayoría cualificada era desconocida por el derecho romano y fue el ordenamiento canónico el que la introdujo en los ordenamientos civiles(resulta que estos modos de elección democráticos tienen origen canónico, toma ya demócratas de toda la vida). No se requiere un quorum mínimo de asistentes. Las normas preven que cada día se hagan dos votaciones por la mañana y dos por la tarde. En el caso de que después de 30 o 33 votaciones, dependiendo de si el primer día hubo o no votaciones,los electores pueden decidir seguir intentando con la mayoría cualificada o decidir que basta la mayoría absoluta para la elección. Durante la Sede vacante puede haber intercambio de pareceres sobre la elección. Se exhorta al elegido a que no se retraiga de asumir el oficio al que es llamado, por temor a la carga que supone. Realizada la elección canónica el Cardenal Decano pide el consentimientoal elegido:¿aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice? Aceptada la elección el Romano Pontífice elige su nuevo nombre, e inmediatamente es obispo de Roma y verdadero Papa de la Iglesia universal. Si el elegido no tuviese el carácter episcopal, habría de ser ordenado inmeditamente como Obispo. Los Cardenales prestan al nuevo Papa el homenaje debido y el primero de los cardenales Diáconos anuncia al pueblo la elección del nuevo Pontífice, quien imparte la Bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la basílica vaticana. Todo el Pueblo de Dios participa a través de la oración,del trabajo, de las obligaciones ofrecidas a Dios, en esta elección. Estamos desde ya , todos y todas, en el Cónclave.

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