lunes, abril 15, 2013

Historias que nos contaban en el cole....





Quedaron en mi memoria para siempre.

Estábamos en una época antigua, mediados del XX por ejemplo. El hospital era antiguo. Dos camas paralelas; una de ellas daba a la ventana. En ésa había un niño que disfrutaba con lo que veía por la ventana y lo contaba a toda a la habitación. El niño, pobrin !!, andaba mal de los pulmones y de vez en cuando se ahogaba, tenía una campanilla a mano y una buena monja al oir la campanita, le atendía. Al lado, un hombre maduro, frisaba los sesenta, viejo para la época. Ya llevaban dos meses sin alta;pasaban los días, aburridos, tediosos, dolorosos, sólo animados por los relatos del niño de la ventana.

Una noche se ahogaba, buscó la campana y no la encontraba. El hombre maduro, en un ataque de locura, madurado en otras noches, la tenía en su mano. Tenía envidia de las vistas del niño, de su ventana al mundo. El niño se ahogó. Al día siguiente el hombre maduro y loco ocupaba la cama del pequeño. No quiso mirar hasta estar bien instalado; el cielo era gris, iba a llover. Y por fin descubrió lo que hacía feliz a la habitación, al niño de malos pulmones. Un callejón, media escombrera y nada más.

( en aquella época no abrimos un debate sobre la seguridad social; sobre si niños y mayores deberían estar en la misma habitación; sobre sanidad pública y privada; campanillas o botones... el cuento era ese y solía acabar la clase con un avemaría; creo que ya había oscurecido, eran cuentos de otoño.)


4 comentarios:

Margarita maria dijo...

Bello cuento,cada quien ve lo que refleja su alma.Un Saludito cariñoso Sinre.Margarita María.

Anónimo dijo...

no lo veo un cuento; lo veo cada día en mi aula, en mi hospital...aquello eran narraciones importantes....gracias

sunsi dijo...

Una narración preciosa que habla de la generosidad del hombre. Lo conocía y me hace bien cada vez que la leo.
Gracias, Sinretorno

Anónimo dijo...

Las historias del cole,las primeras que nos contaron nuestros padres o abuelos se quedan en nosotros para siempre.Ojalá esta costumbre no se pierda,los niños de hoy "ven" demasiado (ordenador,tele) y no imaginan al compás de lo que se les va contando.Un abrazo de Janusa,gracias Sinre.