jueves, mayo 28, 2015

Consulta de Irlanda, mala noticia para la humanidad.



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Cuando enferma el alma del mundo

26 mayo, 2015
El arzobispo de Dublín, monseñor DoranLa campaña del reciente referéndum en Irlanda, que ha llevado a la aprobación del matrimonio gay, parecía en gran parte un debate sobre la influencia de la Iglesia católica en el país. Para los promotores del “sí”, el hecho de que la Iglesia se hubiera pronunciado en contra era suficiente razón para descartar su postura. Los argumentos sobre la cuestión en sí importaban menos. Pero se dejaba claro que una sociedad secular no puede admitir que se le “imponga” una doctrina específica de un grupo religioso. Así, la idea del matrimonio como unión de hombre y mujer, compartida a lo largo de toda la historia por creyentes y ateos, ricos y pobres, de cualquier etnia y cultura, se convertía de repente en una “creencia religiosa” cristiana. De modo que las Iglesias no tienen nada que decir sobre la admisión de las  bodas gais en la sociedad, a no ser algún cura disidente cuya postura habrá que presentar como profética.
Si esto pasa en la “católica” Irlanda, qué cabe esperar de Francia, que en su defensa de la “laïcité” ve un nefando signo religioso hasta en la falda larga de algunas alumnas musulmanas. Pero el mismo gobierno socialista que procura mantener a raya cualquier influencia de las religiones en la sociedad, acaba de incitar a los distintos cultos a sumarse a una causa que el poder considera vital: el cambio climático. El próximo noviembre tendrá lugar en París la Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático, en la que Francia, como país anfitrión, espera poder alcanzar ese acuerdo mundial que hasta ahora no ha sido posible.
Ante el temor de un posible fracaso, Nicolas Hulot, que ostenta el ampuloso título de enviado especial del presidente de la República para la protección del planeta, pedía ya en 2014 a las autoridades religiosas “provocar una sacudida de conciencia ante la crisis climática actual”. La Iglesia católica, junto con los líderes religiosos judíos y musulmanes, había intentado también provocar una sacudida de conciencia cuando el gobierno aprobó la ley del matrimonio gay. Entonces sus pronunciamientos fueron tachados de intromisiones, y su posible influencia sobre los fieles, como un atropello de las conciencias.  Pero la movilización que no era admisible en el caso del cambio matrimonial, se considera imprescindible cuando se trata del cambio climático.
En este caso, Nicolas Hulot, militante ecologista, no tiene inconveniente en utilizar un lenguaje espiritualista para pedir a los representantes de las religiones que aporten una “dimensión vertical” a la “profunda crisis de civilización” que supone el cambio climático. “El alma del mundo está enferma”, dice. “Vuestras voces van más allá del ruido de fondo de la sociedad. La crisis climática es la última injusticia”. Ahora que parece anticuado hablar del alma humana, hay que preocuparse por salvar el alma del mundo. O si no iremos todos al infierno… climático, solo que en este caso pagarán tanto justos como pecadores.
Para contribuir a esta movilización, las informaciones dicen que Hulot ha ido ya tres veces al Vaticano, y ha tratado de convencer al Papa de que en su viaje a Francia en 2015 vaya al simbólico Mont-Saint-Michel. ¿No está preparando el Papa una encíclica de tema ecológico? Pues sumémosle a esta cruzada por la Tierra.
Se comprende que se busque también el aval de las autoridades religiosas, habida cuenta de que el cambio climático ha adquirido en algunos ambientes tintes de creencia laica, con el riesgo de ser declarado hereje (“negacionista”) si uno lo pone en duda o matiza las proyecciones catastrofistas.  Pero si las voces religiosas son bienvenidas para recordar que la acción del hombre debe salvaguardar la naturaleza, deberían también ser escuchadas cuando hablan de lo que exige el respeto de la propia naturaleza humana. Quizá así se vería que algunos cambios que se saludan como progreso lo único que hacen es ahondar una “profunda crisis de civilización”.

6 comentarios:

goyo dijo...

sin ser pesimista ni derrotista ya que soy cristiano y los cristianos somos lo contrario del derrotismo y el fatalismo. Creo que estamos viviendo las consecuencias de vivir sin Dios, hemos expulsado a Dios de todos los ambitos sociales y culturales y cuando vivimos sin Dios, expulsamos tambien una serie de valores eticos y morales fundamentales en el mundo. En una palabra el hombre sin Dios se animaliza y acaba suicidandose colectivamente .

Pero repito estoy orgulloso de ser cristiano y aportar luz al mundo.

Gracias por el blog Sr Sin retorno. ( por cierto usted alumbra mucho)

Sinretorno dijo...

D. Goyo es usted un gran personaje. este blog alumbra lo que puede...que es muy poco, pero gota a gota se hace un mar.

goyo dijo...

Sin re lo que te voy a decir no te lo digo para alabarte,te lo digo para que continues muchos años con el globo, quizas muchos dias te entre la pereza y la tentacion del diablo y puedas pensar " esto del blog me quita tiempo y no veo frutos". Pero los frutos son grandes no veas como alumbra a mucha gente que esta perdida y el primer paso para metas mayores es bucear en internet y encontrar y de repente " alguien habla de Dios ". Te lo aseguro cuantas veces estas comiendo en una comida de trabajo y la gente empieza a bucear con el movil en internet buscando de todo, y de repente dices voy a ver el blog " cara a cara " y la gente empieza a plantearse cosas.

Animo Que tu eres de Donosti y puedes con todo y tienes luz

Sinretorno dijo...

esos son, como tú, los buenos amigos de cara a cara. Gracias a ti.

Sinretorno dijo...

por el momento el blog me descansa...

Anónimo dijo...

Jajaja.... le descansa jajaja... es vd inquebrantable al desánimo

misael