miércoles, noviembre 23, 2005

Farmacia.


Tengo un buen amigo farmaceútico en Jaén, de esos que cuida bien a sus clientes, con trato personal, con cariño. Un poco de farmacia de pueblo, pero entrañable. El otro día apareció una señora mayor con un tubo absolutamente consumido de LACER, que es una pasta dentífrica. Venía a por otro tubo. Por el tono de la conversación, mi amigo se vio en la obligación de decirle, "esto va muy bien para la boca", la señora no salía de su asombro, "ah también para la boca, yo estoy encantada, en cuanto tengo algún dolor me la aplico y no sabe que bien me va, da un frescor, cómo alivia". Mi amigo prefirió no decirle nada, siguiendo el principio de que si algo le va bien al paciente y no es dañino, mejor dejarle con la profunda convicción de que LACER es la mejor pomada para todo tipo de dolencias. A lo mejor la pruebo para mi dolor de cuello, qué frescor.

3 comentarios:

hna. josefina dijo...

¡Lástima que me parece que aquí, en la Argentina, no hay, porque la hubiera probado para los golpes! ¡Tal vez sea buenísima!

marmota dijo...

Peor sería que utilizase los supositorios como grageas para el alivio de la garganta , el reflex como desodorante ...

Anónimo dijo...

Que historia tan bonita, me gustan las historias que pones como esta o la de los chavales que te encontraste en el tren.
Si la señora es feliz así y se le quitan los dolores.. ¿para qué decirselo? Es una mentirijilla piadosa..