Estás en un blog espumoso, intimista, paradójico; de lo humano y de lo divino. No soy mejor que tú... Me propongo hablar a la cara y que me hables a la cara, sin caretas, sin retorno, a quemarropa... blog del Profesor Tirapu
lunes, octubre 15, 2007
Santa Teresa.
Felicidades a todas las Teresas; es una santa de mis favoritas, una genio del amor a Dios, la sabiduría, la experiencia, las letras. A ver que me digan de alguna mujer así en otras religiones. Una de las cosas más sabrosas del libro del Papa es el continuo tema de las pruebas. Jesús es puesto a prueba continuamente. Bájate de la cruz, resucita a este muerto, convierte el granito en pan, dinos ya de una vez quien eres, a qué has venido, por qué te muestras así, tan dócil, tan cordero, me miras personalmente, a mí sólo y a todos, envía a un muerto para que crean, señales, pues bien no es que quiera estar a bien contigo como Dios justicia, sino que quiero quererte como Dios amor. La queja del oprimido y del justo; por qué sufrimos tanto , te seguimos y pareces sordo, dormido en la tempestad, y parece que a esos degenerados (todos lo somos) les va tan bien. Teresa yo quise pero los hombres no quisieron, orar decía la Santa es hablar de amistad con quien sabemos que nos ama. Amigos de Dios, como Moisés que hablaba con Dios como se habla con un amigo, eso es despertar y estar en casa, en la casa del Padre."Hacedlo todo por amor "decía Escrivá. "Dios está en los pucheros" dijo la Santa.
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2 comentarios:
De acuerdo en todo lo que dices sobre el libro del Papa. Creo que ningún cristiano culto debería dejar de leerlo. Yo estoy ahora en el tercer repaso, y, en efecto, es uno de esos libros que mejoran en cada relectura.
A los menos ilustrados en cuestiones teológicas yo les recomiendo que se salten el prólogo.
La fiesta de Santa Teresa me trae el recuerdo de la estupenda serie de televisión que realizó hace ya unos cuantos años Concha Velasco. Aunque, si de verdad queremos llegar al interior de la fundadora del Carmelo reformado lo mejor es acercarse a sus obras literarias, auténticas joyas para iniciar un dialogo con el Señor, como acostumbraba a hacer la Santa abulense.
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