jueves, septiembre 22, 2011

Esta mujer sí va a la cárcel.



Trece de septiembre de 2011: Mary Wagner, católica de 36 años, es condenada a 40 días de cárcel. Otra vez. Ya ha perdido la cuenta de las veces que ha sido arrestada desde la primera, el 1 de febrero de 1999. Pero a ella no le importa: en la cárcel de mujeres ya la conocen, y aprovecha esas estancias para evangelizar. Y para consolar a las presas que han abortado. Mary es pequeña, delgada, suave, nada amenazadora. Pero muy tenaz. En la JMJ de Denver (EEUU), en 1993, experimentó un despertar espiritual. Su familia era intensamente católica y pro vida, creció con diez hermanos, cuatro de ellos con necesidad de atención especial. Su padre era presidente de la Coalición Campaña por la Vida de la Columbia Británica, en Canadá. Su madre, militante de Birthright ("Derecho a nacer"). Desde que se liberalizó el aborto en Canadá en 1969, su familia acudió a marchas por la vida y rezó por el final del aborto en el país. Pero en Denver pasó algo. Vio aquellos jóvenes incontables y su alegría especial. Con 19 años, Mary entendió "cómo Dios nos mira y nos ama a cada uno de nosotros de una forma cercana y personal". Siempre había sabido que Dios ama, pero ahora entendía su protección y amor inagotable. Y eso, declaraba ya en una entrevista en el año 2000, "me hace sentir feliz, llena de gozo y puedo vivir como Cristo nos enseñó". Es decir, de la cárcel al tribunal y del tribunal a la cárcel. Su crimen es entrar en clínicas abortistas, en la sala de espera, o en el jardín ante la puerta de entrada, y repartir rosas blancas con una tarjeta a las mujeres que hay allí. En ella se puede leer: "Fuiste hecha para amar y ser amada. Tu bondad es más grande que las dificultades. Las circunstancias en la vida cambian. Una nueva vida, aunque sea diminuta, promete un gozo irrepetible. ¡Hay esperanza!".A veces, les dice: "estamos llamados a amar a todo el mundo". ¡Gravísimo!Este martes, el juez William Bassel de Toronto la declaró culpable de "un uso y disfrute ilegal" de las instalaciones de la clínica abortista de Bloor West, cerca de Toronto. Y de "retrasar el desarrollo del negocio". Los testigos dejaron claro que Mary había sido amable, tranquila, pacífica en su trato con las mujeres de la clínica, pero al juez le dio igual. Cuando la policía se la llevó de la clínica, aún decía a las chicas: "no es demasiado tarde; aún podéis cambiar de opinión. Dios os ama".El juez Bassel le prohibe acercarse al centro abortista y a sus empleados durante 3 años. Que hay que acumular a otras sentencias anteriores. Es difícil llevar la cuenta. Entra y sale. En la cárcel se porta muy bien. Soltera, sin hijos, pobre... no tiene nada que perder. En la cárcel de mujeres (primero en Burnaby, en Columbia Británica; después en el centro Vanier, en Ontario) reparte folletos sobre la Biblia y la Iglesia. Escucha a las mujeres que han abortado (el 90% de las presas), llora con ellas, reza con ellas. Para cuando salgan, les recomienda centros que ayudan a la mujer a superar el trauma post-aborto. Recibe visitas y cartas. La gente pro-vida le visita, como hacían los primeros cristianos con sus presos encarcelados por el César. Mary reza mucho: ¿dónde la quiere enviar Dios la próxima vez?En agosto la detuvieron de nuevo: dos policías ante un centro abortista. Mientras se decidían a llevársela ella rezaba el rosario sentada en la acera. Había entrado en la sala de espera a ofrecer a las chicas folletos con ayudas, con alternativas al aborto. En marzo, después de 48 días de cárcel, Mary pudo efectuar en Toronto una de sus jugadas habituales. Siempre rechaza tener abogado, pide defenderse ella misma, y allí, en la vista pública, en vez de hablar de sí misma, en vez de defenderse, lee una breve declaración contra el aborto que suele llegar a manos de la prensa local. "Ese negocio existe casi exclusivamente para destruir a los niños en el vientre de su madre; bajo el disfraz de ayuda a la mujer, se mata a bebés indefensos, y sus madres quedan heridas. Intentaba llegara las mujeres que consideran el aborto como una solucióna las circunstancias difíciles que atraviesan. Mi presencia era pacífica, y nace del reconocimiento del hecho de que una nueva vida humana existe desde la concepción", lee.Normalmente, en este momento pide un minuto de silencio para recordar "a mis hermanos y hermanas destruidos por el aborto". En Columbia Británica algún juez se lo concedió, pero en Toronto siempre se lo deniegan.En noviembre de 1999 la arrestaron por primera vez por violar el "área de seguridad" de un centro abortista. Fueron sus primeras navidades en la cárcel.Además de repartir rosas, a veces exhibe carteles de la Madre Teresa de Calcuta que invitan a optar por la vida. Ella es una de sus fuentes de inspiración. Los grupos pro vida de Canadá aseguran que Mary Wagner tiene un don especial para hacer el apostolado pro vida ante las clínicas, porque por su dulzura y suavidad puede acercarse con tacto a las mujeres que acuden a esos centros.



Para escribir a Mary Wagner a prisión: Vanier Centre for Women665 Martin StMilton, OntarioL9T 5E6CANADA

4 comentarios:

Mento dijo...

Estos son nuestros modelos a imitar en esta sociedad basura que estamos dejando de la mano. Sin miedo, si nos llevan a la carcel será una bendición poder entrar en ella con Jesucristo de la mano. Seguro que alli dentro como afuera, muchos esperan una palabra de salvación.
A los valientes que no se cansen de luchar, A los cobardes que ya llega el momento de perder los miedos a los que por cuestiones de salud, edad, ect, no pueden que recen con aplomo y valentia.
Tenemos ante todo que defender la Vida porque en ella recide la gloria de Dios.
Sinret corazón mi oración contigo cada dia, ofresco mi enfermedad tambien por tu mejoria. Un bezaso.

MariaJose dijo...

Mary Wagner es un ejemplo para todos los cristianos y todos los no cristianos de buena voluntad. Igual que ella está Linda Gibbons, también canadiense, que de los últimos doce años ha pasado, no consecutivamente, unos siete en la cárcel. Como siempre, los confesores de la fe son pocos (es que da miedito, ¿no? :) , que una cosa es hablar y otra muy distinta perder el trabajo, tal vez la familia, los amigos y la libertad. Pero son una gloria de la Iglesia y de la humanidad.

Yo no sé que pasa exactamente en Canadá pero desde que derogaron la ley del aborto, creo recordar que a finales de los 60, la situación se va volviendo cada vez más maligna. Estas dos mujeres van a la cárcel y la semana pasada sale la noticia de que a una madre que estranguló a su hijo recién nacido le suspenden la pena por infanticidio argumentando que, total, sólo se iba un poquito de tiempo de un aborto, pero no le rebajan ni un minuto la pena por delito ecológico (arrojó el cadáver de su bebé al patio del vecino). Esta madre y la jueza que ha dictado la sentencia también son un ejemplo, pero de las tinieblas.

Anónimo dijo...

Un ejemplo a seguir.Cuanta gente buena hay en el mundo!Yo no soy tan valiente,yo rezo.La oracion tiene gran poder.

José Sanchez dijo...

Felicidades Mary, con gusto te envío mis oraciones por ti y por tu causa... eres una inspiración para todos los católicos y no católicos que luchamos contra el aborto.
y un motivo de reflexión para los gobiernos que no encarcelan a los que nos quieren hacer aceptables ver como buenos la homosexualidad, el aborto y el libertinaje sexual, pero prohíben y llevan a la cárcel a los que respetuosamente defienden lo contrario.