Explotación mediática del éxito
Rafael Navarro-Valls, catedrático de la UCM y académico de Jurisprudencia.
El día 5 de enero de 2012, se ha publicado en el diario El Mundo, un artículo de Rafael Navarro Valls, en el cual el autor opina sobre el 'Caucus' del Partido Republicano : las consecuencias inmediatas tanto para los ganadores como para los que peores resultados han obtenido así como la expectación de un proceso de vital importancia para la carrera electoral a la presidencia de Estados Unidos
Trascribimos íntegramente dicho artículo.
IOWA : EXPLOTACIÓN MEDIÁTICA DEL ÉXITO
Los 'Caucus' de Iowa ya tienen ganador: Mitt Romney, con el 24,6% de los votos. No es una sorpresa. Sí lo es, en cambio, que en segundo lugar, y a tan sólo ocho votos, haya quedado Rick Santorum (un outsider al que, por sus convicciones y resultado electoral empieza a llamársele “divina sorpresa” y que el tercer puesto haya sido para Ron Paul (la “anarquía al poder”), con el 21,5%.
El maratón de las primarias en EEUU a veces acaba convirtiéndose en un sprint para algunos candidatos: los que se retiran al poco tiempo por falta de fondos o de apoyos. Esto puede suceder con Perry (10,3%) y Huntsman (0,5 %). Bajo sus pies se ha abierto en Iowa un cráter del que les costará salir. Perry ya ha dicho que se va a Texas a meditar. Y Bachman (5%) presentó ayer mismo su renuncia.
Los estadounidenses tienen una extraña manera de elegir candidato presidencial. Un pequeño Estado del medio oeste (Iowa), con menos del 1% de la población de todo EE UU y con un 88% de población blanca, ha sido objeto de la máxima presión mediática de toda la campaña electoral. Y otro Estado aún más pequeño (New Hampshire, un multiétnica atenuada y poco representativa del país, producirá un efecto casi definitivo el próximo martes. He aquí un curioso proceso de contaminación informativa y de explotación mediática del triunfo. Un fenómeno que convierte a los corresponsales de las grandes cadenas de televisión o de los influyentes periódicos de la costa Este en los grandes nominadores.
Romney era el heredero legítimo del título. En 2008 fue un fuerte candidato electoral y es natural que ahora encuentre los frutos. Esto lo sabían otros republicanos que hubieran podido ser candidatos sólidos, como el senador por Florida Marco Rubio, o el gobernador Chris Christie, de New Jersey, que se hicieron a un lado para preparar las elecciones de 2016. Lo que explica que hace unos días Romney recibiera el apoyo del patriarca George H.W Bush, padre y del antiguo vicepresidente Dan Qua-ley. Este empate Santorum / Romney en Iowa puede ser solamente una ilusión. La realidad es que New Hampshire espera con los brazos abiertos al ex gobernador Romney. Según la CNN aventaja en casi 30 puntos a los restantes candidatos. Es cierto que luego vienen Carolina del Sur y Florida, donde las cosas le serán menos fáciles. Pero el triunfo final del candidato de Wall Street se dibuja con fuerza en el horizonte. Los conservadores parece que le han perdonado sus pasadas veleidades centris-tas, pero aún así no ha logrado capturar el alma del Partido Republicano. Su victoria ha sido un triunfo del sentido común sobre el corazón. Lo contrario que Santorum y Paul.
El primero es un católico coherente con sus convicciones, con una visión alentadora del matrimonio, un provida decidido y con siete hijos educados en casa. Su problema será aguantar el largo tirón que queda hasta la convención republicana de Tampa Bay en agosto. Puede que esta victoria -fruto de una remontada fulminante por la adhesión de un buen número de protestantes evangélicos- haga concentrar sobre el joven católico los votos social-conservadores obtenidos por Bachmann, Perry e incluso Gingrich. Esto lo convertiría en un duro adversario para Romney. Pero también puede ocurrir que su estrella palidezca, como sucedió con Huckabee en 2008.
Quedan Ron Paul y Newt Gingrich. El primero es uno de los fenómenos más notables que ha producido la política estadounidense. El único verdadero antisistema de los candidatos. Un indignado que quiere eliminar la Reserva Federal y cinco ministerios, que defiende el aislamiento internacional y la liberalización de las drogas. Es prácticamente seguro que nunca será nominado. Puede acabar siendo un tercer candidato independiente. Gingrich es comparado por algunos con la mujer del Evangelio que tuvo cinco maridos y Jesús la perdonó. Pero no todos le perdonan sus veleidades matrimoniales y su caótica campaña. El caso es que Gringich piensa que hay vida después de Iowa y se prepara a dar la batalla en New Hampshire, abriendo una guerra de trincheras contra quien cree que es el origen de todos sus males: Mitt Romney.
Los republicanos siguen diciendo que Obama puede ser presidente de un solo mandato. Y señalan a Taft, Hoover, Cárter y Bush padre como presidentes electos derrotados. Pero no añaden que sus adversarios fueron, respectivamente, Wilson, Roosevelt, Reagan y Clinton. El problema de los republicanos es si alguno de los supervivientes de Iowa tiene la talla de estos últimos.
Rafael Navarro-Valls, catedrático de la UCM y académico de Jurisprudencia.
El día 5 de enero de 2012, se ha publicado en el diario El Mundo, un artículo de Rafael Navarro Valls, en el cual el autor opina sobre el 'Caucus' del Partido Republicano : las consecuencias inmediatas tanto para los ganadores como para los que peores resultados han obtenido así como la expectación de un proceso de vital importancia para la carrera electoral a la presidencia de Estados Unidos
Trascribimos íntegramente dicho artículo.
IOWA : EXPLOTACIÓN MEDIÁTICA DEL ÉXITO
Los 'Caucus' de Iowa ya tienen ganador: Mitt Romney, con el 24,6% de los votos. No es una sorpresa. Sí lo es, en cambio, que en segundo lugar, y a tan sólo ocho votos, haya quedado Rick Santorum (un outsider al que, por sus convicciones y resultado electoral empieza a llamársele “divina sorpresa” y que el tercer puesto haya sido para Ron Paul (la “anarquía al poder”), con el 21,5%.
El maratón de las primarias en EEUU a veces acaba convirtiéndose en un sprint para algunos candidatos: los que se retiran al poco tiempo por falta de fondos o de apoyos. Esto puede suceder con Perry (10,3%) y Huntsman (0,5 %). Bajo sus pies se ha abierto en Iowa un cráter del que les costará salir. Perry ya ha dicho que se va a Texas a meditar. Y Bachman (5%) presentó ayer mismo su renuncia.
Los estadounidenses tienen una extraña manera de elegir candidato presidencial. Un pequeño Estado del medio oeste (Iowa), con menos del 1% de la población de todo EE UU y con un 88% de población blanca, ha sido objeto de la máxima presión mediática de toda la campaña electoral. Y otro Estado aún más pequeño (New Hampshire, un multiétnica atenuada y poco representativa del país, producirá un efecto casi definitivo el próximo martes. He aquí un curioso proceso de contaminación informativa y de explotación mediática del triunfo. Un fenómeno que convierte a los corresponsales de las grandes cadenas de televisión o de los influyentes periódicos de la costa Este en los grandes nominadores.
Romney era el heredero legítimo del título. En 2008 fue un fuerte candidato electoral y es natural que ahora encuentre los frutos. Esto lo sabían otros republicanos que hubieran podido ser candidatos sólidos, como el senador por Florida Marco Rubio, o el gobernador Chris Christie, de New Jersey, que se hicieron a un lado para preparar las elecciones de 2016. Lo que explica que hace unos días Romney recibiera el apoyo del patriarca George H.W Bush, padre y del antiguo vicepresidente Dan Qua-ley. Este empate Santorum / Romney en Iowa puede ser solamente una ilusión. La realidad es que New Hampshire espera con los brazos abiertos al ex gobernador Romney. Según la CNN aventaja en casi 30 puntos a los restantes candidatos. Es cierto que luego vienen Carolina del Sur y Florida, donde las cosas le serán menos fáciles. Pero el triunfo final del candidato de Wall Street se dibuja con fuerza en el horizonte. Los conservadores parece que le han perdonado sus pasadas veleidades centris-tas, pero aún así no ha logrado capturar el alma del Partido Republicano. Su victoria ha sido un triunfo del sentido común sobre el corazón. Lo contrario que Santorum y Paul.
El primero es un católico coherente con sus convicciones, con una visión alentadora del matrimonio, un provida decidido y con siete hijos educados en casa. Su problema será aguantar el largo tirón que queda hasta la convención republicana de Tampa Bay en agosto. Puede que esta victoria -fruto de una remontada fulminante por la adhesión de un buen número de protestantes evangélicos- haga concentrar sobre el joven católico los votos social-conservadores obtenidos por Bachmann, Perry e incluso Gingrich. Esto lo convertiría en un duro adversario para Romney. Pero también puede ocurrir que su estrella palidezca, como sucedió con Huckabee en 2008.
Quedan Ron Paul y Newt Gingrich. El primero es uno de los fenómenos más notables que ha producido la política estadounidense. El único verdadero antisistema de los candidatos. Un indignado que quiere eliminar la Reserva Federal y cinco ministerios, que defiende el aislamiento internacional y la liberalización de las drogas. Es prácticamente seguro que nunca será nominado. Puede acabar siendo un tercer candidato independiente. Gingrich es comparado por algunos con la mujer del Evangelio que tuvo cinco maridos y Jesús la perdonó. Pero no todos le perdonan sus veleidades matrimoniales y su caótica campaña. El caso es que Gringich piensa que hay vida después de Iowa y se prepara a dar la batalla en New Hampshire, abriendo una guerra de trincheras contra quien cree que es el origen de todos sus males: Mitt Romney.
Los republicanos siguen diciendo que Obama puede ser presidente de un solo mandato. Y señalan a Taft, Hoover, Cárter y Bush padre como presidentes electos derrotados. Pero no añaden que sus adversarios fueron, respectivamente, Wilson, Roosevelt, Reagan y Clinton. El problema de los republicanos es si alguno de los supervivientes de Iowa tiene la talla de estos últimos.
2 comentarios:
gracias, Sinret, por acercar ese artículo
saludos blogueros
¿Que le han echado los Reyes?
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